En la agenda 2020 de museos nacionales y provinciales, públicos y privados, las mujeres serán las grandes protagonistas. Ante la ola de los feminismos, en las instituciones artísticas se percibió que este podía ser momento de reivindicación del trabajo de artistas como las argentinas Raquel Forner, María Luisa Bemberg, Elda Cerrato, Carlota Beltrame, Adriana Bustos; la mexicana Remedios Varo, la húngara Magda Frank, la italiana Maria Lai y la brasileña Leda Catunda, entre otras. Muestras solistas o antológicas, rescate de obras eclipsadas en los patrimonios de museos y guiones curatoriales que responden de manera oportuna a uno de los debates del presente se alternarán en distintos espacios expositivos.
De manera inevitable, otro factor que incide en la programación prevista para este año es el dólar alto. Excepto por algunos casos confirmados, como la exposición del fotógrafo alemán Helmut Newton en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y de la colección FRAC en Fundación Proa, las muestras internacionales no abundarán. La crisis económica impone esfuerzos de imaginación entre directores de museos. Por otro lado, el reciente desembarco de la gestión del Frente de Todos en espacios monumentales como el Centro Cultural Kirchner y Tecnópolis (donde, según adelantó el ministro de Cultura Tristán Bauer en la entrevista con PERFIL, se agregará un guión sobre arte a los de ciencia y tecnología) hace prever la organización de muestras centradas en la producción artística de Argentina y América Latina, leitmotiv del discurso oficial. Como aún no se anunciaron los nombramientos de los directores de esos dos espacios, no hay información sobre la programación. En los museos provinciales, como el Castagnino+Macro de Rosario, el Museo de Arte Tigre (MAT) o el Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan, se abordarán obras de artistas que produjeron más allá de la frontera trazada por la avenida General Paz. El enigma se mantiene en la dirección de museos de la provincia de Buenos Aires. Hasta el cierre de esta edición no había sido nombrado ningún funcionario en la devaluada área de Cultura. En la provincia más poblada del país, los proyectos culturales quedaron a la zaga de las discusiones sobre deuda pública e impuestos.
Buenos Aires. A cien años del nacimiento de León Ferrari, en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) se expondrán, entre abril y junio, dibujos, videos, pinturas, esculturas y cerámicas del artista y provocador incansable del statu quo. Al cuidado del director del MNBA, Andrés Duprat (que también tendrá tiempo para organizar una muestra en Rosario), y de la historiadora Cecilia Rabossi, se podrán ver más de cien obras producidas por el artista que denunció, además de padecer en carne propia, los estragos de la civilización occidental y cristiana. En octubre, el agasajado será Antonio Seguí, con la muestra Los territorios de la pintura, que incluye óleos, esculturas, dibujos, pasteles y grabados realizados por este cordobés con domicilio en París. El MNBA también homenajeará a Raquel Forner, con una muestra curada por Marcelo Pacheco, y a las mujeres artistas que crearon entre 1890 y 1950, en una exposición ideada por Georgina Gluzman.
En el Malba, el primer plato fuerte del menú artístico se servirá en marzo, con la inauguración de una ambiciosa muestra dedicada a Remedios Varo, la pintora latinoamericana más surrealista de la región. Al cuidado de Victoria Giraudo y coorganizada con el Museo de Arte Moderno de México, se extenderá hasta junio, para dar entrada a una exposición antológica, de alto voltaje erótico, del berlinés Helmut Newton, con curaduría de Matthias Harder, de la Fundación Helmut Newton. Esta muestra se extenderá hasta noviembre, cuando comenzará a advertirse el matiz que tomará la institución palermitana bajo la dirección de la venezolana Gabriela Rangel. Ese mes se abrirá al público Terapia: un hilo en el laberinto argentino, que tendrá como eje la influencia del psicoanálisis en la cultura local. En el espacio de acceso gratuito al Malba, de marzo a junio se exhibirán obras de dos artistas fuera de serie: la argentina Alejandra Seeber y la brasileña Leda Catunda.
El as de espadas del rebautizado Museo Moderno de Buenos Aires en 2020 será sin duda la muestra antológica de Alberto Greco, con curaduría de Marcelo Pacheco, María Amalia García y Javier Villa, que abrirá sus puertas a mediados de mayo. Antes y después, sin embargo, habrá muestras solistas de Nicanor Aráoz, Elda Cerrato, Florencia Rodríguez Giles y Lea Lublin, y una exposición conjunta de Adriana Bustos, Claudia del Río y Mónica Millán, curada por Carla Barbero.
Al lado del Moderno se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba). Hasta el domingo 1º de marzo se puede visitar allí la exhibición individual del artista chileno Iván Navarro, así como la exposición de la colección permanente del Macba. El programa de exhibiciones temporarias suma ocho propuestas de artistas locales e internacionales, como la chilena Liliana Iturriaga, al cuidado de su compatriota Patricio Zárate (del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile); Catalina Chervin, curada por Angel Navarro; y Miguel Angel Giovanetti, con guión curatorial de Laura Casanova.
En marzo, cuando haya caído el telón sobre la exposición de Anish Kapoor en Fundación Proa, se inaugurará una muestra con un seleccionado de artistas mujeres integrado por Louise Bourgeois, Mona Hatoum, Ana Mendieta, Marlene Dumas, Doris Salcedo, Marta Minujín y Ana Gallardo, entre otras. A lo largo de los años, en Proa han exhibido más de 150 mujeres y colaborado más de treinta curadoras. La exposición, que se extenderá hasta junio, estará acompañada por actividades y encuentros con creadoras. De junio a septiembre, sonará un acento francés en el espacio cultural de La Boca al presentar las mejores obras de la colección FRAC (Fondos Regionales de Arte Contemporáneo de Francia), curada por Juan Sorrentino, Sigismond de Vajay y el Departamento de Programación de Proa.
Sin abandonar el circuito de La Boca, en el Museo Benito Quinquela Martín cohabitarán muestras de obras del patrimonio (como un conjunto de pinturas de casas del barrio) y otras solistas a cargo de Manuel Kantor, Billy Waller, Pablo Temes y José Maccari. A partir de agosto, la Sala Victorica del museo volverá a albergar obras de la colección de manera permanente, tal como sucedía en época de su fundador, “el artista del pueblo”. Y en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken se podrá visitar, de mayo a septiembre, la exposición Crónica de una señora: María Luisa Bemberg y la mujer en el cine, con escenografías, vestuarios e imágenes de archivo de Bemberg y otras cineastas.
En Puerto Madero se ubica la sede de Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, que en los últimos años dio un giro hacia la producción contemporánea local. Además de la recomendable muestra de Nushi Muntaabski, que permanecerá abierta hasta marzo, este año se anuncian exposiciones de Matías Duville, con curaduría de Gabriel Pérez Barreiro y asistencia de Lara Marmor, y una muestra antológica de Santiago García Sáenz, con curaduría del mexicano Pablo León de la Barra y asistencia de Santiago Villanueva. Cerca de allí, en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref), también habrá aluvión de hacedoras de arte. Para el primer semestre se prepara una muestra con más de cien trabajos de la artista conceptual italiana Maria Lai, junto con una intervención de su compatriota Bruna Esposito. En el segundo semestre, la tucumana Carlota Beltrame cambiará la atmósfera del Hotel de Inmigrantes (donde se aloja el Muntref) con sus instalaciones sonoras y lumínicas.
Así como la pampa tiene el ombú, el Rosedal de los jardines de Palermo cuenta con el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, uno de los más hermosos de la ciudad de Buenos Aires. De marzo a junio, Erica Bohm presentará una investigación artística y una obra de sitio específico acerca de la historia astronómica del Parque 3 de Febrero, con materiales de archivo del Planetario y experimentaciones. De julio a octubre, el museo se convertirá en un laboratorio y convocará a diferentes artífices de la escena del arte local. Artistas, historiadores, investigadores, curadores, directores de instituciones y gestores trazarán una historia de los sucesos significativos de los últimos veinte años, apoyados en la generosa colección del Sívori.
Sedes del arte en provincias. Mientras se aguarda que el gobierno de la provincia de Buenos Aires anuncie la programación de sus museos, el Museo de Arte Tigre (que pertenece al municipio de Tigre) ya estableció su agenda artística. Entre otras muestras, se exhibirá una selección de piezas de la artista húngara Magda Frank que, escapando del nazismo, se refugió en la Argentina. Al cuidado de Roberto Amigo, se exhibirá La red Pallière. Una historia de pintores en el siglo XIX, con obras de la familia Pallière pertenecientes a colecciones públicas y particulares. También se podrá visitar una muestra homenaje a ese gran colorista que fue Ludovico Casagrande. En octubre se inaugurará una muestra de Fermín Eguía curada por Rafael Cippolini. En Casa de las Culturas-Villa del Carmen, ubicada frente a la estación ferroviaria de Tigre, hasta el 16 de febrero continúa la muestra del artista Edgardo Madanes, al cuidado de la flamante directora del Fondo Nacional de las Artes, Diana Saiegh. En marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer se inaugurará una muestra colectiva que reunirá a artistas de Tigre. Hacia mitad de año, se espera una muestra colectiva de cómics, y luego se mostrará la obra de la reconocida artista Antonia Guzmán. Al finalizar 2020, se espera una muestra de trabajos de Fanny Fingerman, que se convirtió en leyenda al crear la “fototrama” junto con Eduardo Joselevich. Por último, en el Museo de la Reconquista se prevé para la segunda mitad del año una muestra de pinturas de Ariel Cusnir, el artista que propone nuevas miradas sobre la historia nacional.
Es bien surtida la programación 2020 del Castagnino+Macro, el museo con dos sedes en Rosario. En la del Castagnino, frente al florido Parque Independencia, se preparan para abril una antológica de Aldo Magnani, con curaduría de Guillermo Fantoni, y otra de Federico Brook. La pintura de Magnani recrea los paisajes del sur rosarino mediante un realismo geométrico particular, mientras que Brook es un escultor argentino residente en Roma que ha desarrollado su carrera en Italia. En agosto, el fotógrafo Roberto Graziano homenajeará al cineasta Fernando Birri, y en noviembre el curador Fernando Farina hará “dialogar” la Colección del Banco Ciudad con la del Castagnino+Macro. En la sede del Macro, a orillas del Paraná, habrá dos muestras colectivas. Una con los artistas premiados por la institución rosarina, y otra a cargo de Andrés Duprat, resultado de un proyecto de intercambio entre Rosario y la ciudad francesa de Alsacia.
El Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, de la ciudad de San Juan, tiene previstas para marzo una muestra solista de la escultora Dora Isdatne, con obras en cerámica, y otra de Casa Roja, grupo de artistas sanjuaninos vinculados al diseño y que realizan acciones a través de varias disciplinas. Para junio se espera una muestra del polifacético y recordado Carlos Gallardo y otra de los tres dibujantes que obtuvieron menciones especiales en la 1ª Bienal Nacional de Dibujo realizada en la institución sanjuanina: Miguel Aballay (San Juan), Ezequiel Quines (Buenos Aires) y Diego Bastos (Córdoba). También habrá muestras de Carlos de la Mota, Luis Frangella, Sebastián Gordin, Martín Fernández y Kela Cremaschi. Desde el Museo de Arte Contemporáneo de Salta se informa que las muestras que “subirán a escena” cuando termine el verano son tres: una del pintor Julio Lavallén, una colectiva y otra del fotógrafo Keko Ferro. Mientras tanto, siguen en cartel las exhibiciones solistas de los salteños Sergio Díaz y Matías de la Guerra, y del jujeño Hernando Migueles. En la sede del Museo Nacional de Bellas Artes ubicada en la ciudad de Neuquén, las muestras temporarias del año aún no están definidas; sin embargo, el MNBA neuquino posee un notable fondo artístico, compuesto por pinturas de las escuelas española, flamenca, inglesa, francesa e italiana de los siglos XV al XVIIII, y una de las colecciones nacionales más representativas, compuesta por obras de Cándido López, Fernando Fader, Antonio Berni, Julio Le Parc, Liliana Porter, Juan Melé y Marta Minujín, entre otros. Por último, en este incompleto relevamiento cabe mencionar la programación del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, de la ciudad de Córdoba. Desde el otoño se anuncia una seguidilla de muestras, entre las que se pueden mencionar varias solistas de creadores locales como Lucas Marín, Osvaldo Monzo, Lucía Pacenza, Teresa Maluf e Isabel Picasso, además de una antológica del impar Pablo Peisino, que mostrará pinturas, bordados, dibujos y objetos a partir de junio. Con la primavera florecerán muestras de Pedro Alberti, Pedro Pont Vergés, Carola Zech y Juan Ranieri. Y antes de que comience 2021, Francisco Medail, el Grupo Bondi, Yuri Gogol y Ananké Asseff dejarán su impronta en la Docta.
El poder de las exposiciones
Andrea giunta*
Si el objetivo se logra, recorrer una exposición produce un tornado de experiencias para las que, generalmente, no tenemos parámetros previos. Las obras son mucho más que objetos colgados en las paredes. Los museos, los centros culturales, las bienales, espacios en los que la imaginación artística entra en contacto con lo público, activan escenarios en los que se readministra el sentido. Las políticas de exposición permiten revisar artistas y conceptos marginados por las historias oficiales. Diferencias, desplazamientos, desobediencias hacen visibles formas alternativas de pensar lo establecido. Alteran el orden de los principios que derivan del moralismo o del dogmatismo.
Lo que puede exponerse en un museo no es necesariamente lo que vemos en un centro comercial o en una iglesia. Contra el lugar común que entiende las exposiciones como espacios en los que triunfa la moda o el mercado, estas pueden ser la arena de transformaciones de los sentidos más conocidos. ¿Qué podemos y qué no podemos ver en el arte contemporáneo? Las instituciones se multiplican, pero siguen representando un mundo cultural extraordinariamente reducido. Las culturas afrolatinoamericanas no representan más del 5%; las artistas mujeres, entre el 20 y el 30%; quienes se distancian de la norma administrativa que nos clasifica en mujeres y varones apenas abren espacios en el mundo del arte. Los conceptos y los afectos de más de la mitad de la población están ausentes en exposiciones que generalmente confirman y enaltecen los nombres ya conocidos. Blanco y patriarcal, el canon del arte se consolida cada vez que revisa artistas celebrados y establecidos. ¿Cuántas exposiciones retrospectivas de homenaje a maestros vemos repetirse, a través de los años, incluso en las mismas instituciones? La pregunta es sencilla, pero absolutamente necesaria si pensamos que al restringir limitamos la posibilidad de ampliar las formas de comprender el mundo.
En disidencia con el concepto aséptico e higienista del cubo blanco, que presupone que las obras resultan evidentes por su pulsión comunicativa, el espacio de exhibición puede concebirse como un obrador generoso. No se trata de corregir en función de lo políticamente correcto, sino de transformar políticas de conocimiento. El mundo del arte parece infinito, pero se asienta sólidamente en criterios reiterativos. Si el arte es una zona estratégica de las humanidades, de la arena donde el cambio cultural se concibe como un espacio de poder en el que podemos desplazar los estereotipos, ¿por qué nos mantenemos en la fijeza que limita la posibilidad de conocer lo distinto?
*Investigadora, docente y ensayista. Este año fue elegida curadora de la 12ª Bienal del Mercosur.