CULTURA
crítica

Superando las mediaciones

Rancière analiza la aplicación de “populismo” a los gobiernos de Trump, Sarkozy o Bolsonaro, en cuanto crea una imagen de cierto tipo de “pueblo”.

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En el punto conflictivo donde convergen, no en términos armoniosos precisamente, filosofía y política, o dicho de otra manera, pensamiento filosófico y poder político y económico, esta compilación de textos producidos entre 2010 y 2021 funciona como una síntesis de algunos de los conceptos políticos más relevantes de Jacques Rancière. Esto es el cuestionamiento de la democracia representativa y del consenso político, la victimización de los poderosos, el uso peyorativo de la noción de “populismo”, el neoliberalismo como capitalismo absoluto, la construcción oligárquica del “pueblo”, la dupla seguridad/consenso, el odio a la igualdad, el avance de las desigualdades, la fábula de la ingenuidad popular, la contrarrevolución de los intelectuales, el aggiornamento de la extrema derecha, la limitación de la izquierda sociológica, las alternativas democráticas. En parte, varios de los escritos (también hay dos entrevistas) abordan cuestiones de la situación política y social francesa, y otros tratan problemáticas más de fondo.

Entre estas, que también tienen lugar en el escenario francés y en la mayor parte de las democracias occidentales, Rancière analiza la aplicación de la palabra “populismo” a los gobiernos de Trump, Sarkozy o Bolsonaro no solo en el sentido de “autoritarismo”, sino en cuanto crea una imagen de cierto tipo de “pueblo”. Las comillas indican que no está para nada claro qué significado tiene, ya que puede referirse a la población demográfica, a las capas más bajas de esta o al conjunto de los ciudadanos que no gobiernan. De hecho, para Rancière, se emplea “populismo” con el fin de responsabilizar a ese “pueblo” fantasmal, que se identifica políticamente con la masa de votantes (o el segmento mayoritario), del crecimiento del Estado y, ergo, de la dominación política. En la vida real sucedería que el sistema representativo mismo genera tal “pueblo” frustrado y brutal, deseoso de ser tiranizado, como un dato sociológico “objetivo”. En otras palabras, el “pueblo” no existe a priori o existen muchos “pueblos”. 

Esta liquidación de un sujeto político, en el cual la izquierda insiste y que la extrema derecha construye por medio del odio y el resentimiento, es lo que empuja a Rancière a estudiar el movimiento Occupy y el Mayo Francés. Lo que le interesa de la revuelta parisina de 1968 se centra en que propone una estrategia autónoma de la actividad política, una racionalidad distinta de esta, un atajo que vincula lo local (la universidad) con lo global de las relaciones sociales (el capitalismo), expresado en una de las consignas: “Abolición de los exámenes y del capitalismo”. Esta articulación, quizá risible, en Rancière, a la inversa, señala la superación de las mediaciones entre el todo y las partes, la demolición de los frenos “razonables” que dividen la protesta sectorial de la totalidad social.

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Los presentes inciertos

Autor: Jacques Rancière

Género: ensayo

Otras obras del autor: La palabra muda; El maestro ignorante; El espectador emancipado; El odio a la democracia; Aisthesis; Disenso; Los bordes de la ficción; El método de la igualdad

Editorial: Godot, $ 19.000

Traducción: Agustina Blanco