La muerte del Papa Francisco abrió en el Vaticano un período sin pontífice denominado "tempore sede vacante", en el que el denominado "camarlengo" queda a cargo de preparar la transición de acuerdo a las reglas de Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
“Tempore sede vacante” es el periodo que hay entre el momento en que se produce la vacante en la sede romana y la elección del siguiente sucesor de San Pedro y en ese momento el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, que debe administrar los bienes de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes. De todos modos, el camarlengo no asume como Papa temporal sino como Administrador con facultades limitadas.
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La última vez que ocurrió anteriormente fue el 11 de febrero de 2013, cuando el Papa Benedicto XVI presentó su renuncia, y el entonces camarlengo se ocupó de los asuntos internos de la Santa Sede, y de preparar el cónclave para elegir al nuevo pontífice, hasta el 13 de marzo, cuando Jorge Bergoglio fue aclamado sucesor.
Quien ejerce el rol de camarlengo en la actualidad (agosto de 2023) es Kevin Farrell, nacido en Dublín en 1947, que fue sacerdote en México y Estados Unidos, donde fue arzobispo auxiliar de Washington y en 2007 pasó a ser obispo de Dallas.
Los pasos a seguir tras la muerte del Papa Francisco
Tras muerte del Papa, el camarlengo debe comprobar oficialmente la muerte del Sumo Pontífice en presencia del Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, de los Prelados Clérigos y del Secretario y Canciller de la Cámara Apostólica, el cual deberá extender el documento o acta auténtica de muerte.
Luego debe sellar el estudio y la habitación del Pontífice y permitir que el personal que vive habitualmente en el apartamento privado pueda seguir en él hasta después de la sepultura del Papa, momento en que todo el apartamento pontificio será sellado.
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Mientras está vacante la Sede Apostólica, el gobierno de la Iglesia queda confiado al Colegio de los Cardenales solamente para el despacho de los asuntos ordinarios o de los inaplazables y para la preparación de todo lo necesario para la elección del nuevo Pontífice. Además, en esta transición, las leyes emanadas por los Romanos Pontífices no pueden de ningún modo ser corregidas o modificadas, ni se puede añadir, quitar nada o dispensar de una parte de las mismas, especialmente en lo que se refiere al ordenamiento de la elección del Sumo Pontífice.
“Durante la Sede vacante, todo el poder civil del Sumo Pontífice, concerniente al gobierno de la Ciudad del Vaticano, corresponde al Colegio de los Cardenales, el cual, sin embargo, no podrá emanar decretos sino en el caso de urgente necesidad y solo durante la vacante de la Santa Sede. Dichos decretos serán válidos en el futuro solamente si los confirma el nuevo Pontífice”, aclara la normativa del Vaticano.
Las obligaciones del camarlengo durante el proceso de elección del nuevo Papa
Los Cardenales electores, desde el comienzo del proceso de la elección hasta su resolución, no pueden mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios de comunicación con personas ajenas al ámbito del desarrollo de la misma elección.
Durante ese tiempo, deberán estar disponibles algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones, y también dos médicos para eventuales emergencias.
Se deberá también proveer oportunamente para que un número suficiente de personas, adscritas a los servicios de comedor y de limpieza, estén disponibles para ello.
Quién es Kevin Farrell, el camarlengo que queda a cargo durante la sede vacante
El cardenal estadounidense Kevin Joseph Farrell, fue ordenado sacerdote en 1978 por el cardenal argentino Eduardo Pironio, que se encuentra en camino hacia la santidad, y llegó a Roma en 2016 tras un llamado de Jorge Bergoglio.
Farrell, que fue obispo de Dallas y obispo auxiliar de Washington. Revolucionó el “ministerio” del Vaticano que dirige, donde logró poner a dos mujeres (madres de familia y sin nexos anteriores con el Vaticano) al frente de dos secciones y logró que su equipo estuviera formado mayoritariamente por laicos, a diferencia del pasado.
Además de camarlengo, es presidente del Comité de Inversiones recientemente creado para evitar maniobras oscuras, presidente del Comité Materias Reservadas, también instituido para que ya no haya en el Vaticano operaciones fraudulentas secretas, es miembro del consejo del APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) y del Governatorato.
El anillo del pescador que debe destruirse tras la muerte del Papa
En la superficie del anillo del pescador está representada la imagen de San Pedro arrojando las redes de pesca desde la barca. Usualmente es de oro y lleva el nombre del Papa grabado a lo largo del borde de la efigie del apóstol Pedro.
Durante la misa solemne para la elección del Papa, el cardenal camarlengo se lo entrega al nuevo pontífice y cuando el Papa muere, el mismo camarlengo destruye el anillo del pescador con un martillo de plata delante de los demás cardenales. El anillo así destruido se conserva en los museos vaticanos.
Este ritual tiene origen en el pasado, cuando el anillo era utilizado por el Papa como sello para toda su correspondencia privada y para los documentos de menor importancia de la Santa Sede.
Cuando el 19 de marzo de 2013 el entonces Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, le puso el anillo papal al cardenal Bergoglio, no uso uno de oro, sino de plata.
Previamente, cuando renunció al pontificado, Benedicto XVI no hizo destruir el anillo, sino que solo lo hizo grabar con un cincel para que ya no pudiera ser utilizado, según una práctica llamada rayado.
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