CULTURA
Experiencia

Ópera para los 5 sentidos en el Teatro Colón: "El cónsul” sobre el escenario y sobre la mesa

La obra de Gian Carlo Menotti se puede volver a disfrutar en agosto y, en esta oportunidad, es acompañada por una propuesta gastronómica temática en el Pasaje de los Carruajes.

Teatro Colón - "El Cónsul"
Teatro Colón - "El Cónsul" | Prensa Teatro Colón/ Lucía Rivero

Durante agosto se puede volver a ver en el Teatro Colón, la ópera del siglo XX, El Cónsul, creada por Gian Carlo Menotti. Se trata de la odisea de Magda Sorel, interpretada por Carla Filipcic-Holm, quien se enfrenta a la burocracia de un sistema totalitario que le impiden salir del país con su hija y su suegra y encontrarse con su esposo John (Sebastián Angulegui), un opositor al régimen absoluto que podría ser cualquiera del siglo pasado. Todo está en manos de un misterioso Cónsul.

La obra en tres actos con tono kafkiano ilustra la soledad del individuo frente al Estado, las trabas burocráticas de un sistema llevadas al límite. Menotti presentó esta pieza en 1950 en Filadelfia, pero llegó rápidamente a Broadway donde estuvo 8 meses en cartel.

Teatro Colón -

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El Cónsul llegó al Colón en 1953. La última vez que se presentó sobre sus tablas fue en 2022 y ahora regresó con la misma puesta a cargo de Rubén Szuchmacher y con Marcelo Ayub como director musical. En esta oportunidad, el Pasaje de los Carruajes, para acompañar la presentación, ofrece un menú temático de pasos que, como los actos de la ópera, cuenta la historia de Menotti, pero en formato gastronómico.

Esta iniciativa de la Gerente de Gastronomía y Eventos, Silvina Del Grande, el Chef Ejecutivo, Gastón Storace y Ezequiel Silingardi Celaya, Supervisor y Sommelier, todos de Blue Catering del Grupo L que cuenta con la concesión de los espacios gastronómicos del Teatro Colón. 

Teatro Colón -

Gian Carlo Menotti nació en Italia, pero vivió en los Estados Unidos, sus óperas tienen el toque norteamericano del espectáculo y un sentido dramático que puede asociarse a Arthur Miller. El Cónsul obtuvo, cuando se presentó en Broadway, un Premio Pullitzer y fue tapa de la revista Time.

El libreto, escrito por el propio Menotti (como en todas sus obras para la escena), refería directamente a una temática que la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría pusieron en el primer plano. La mujer de un líder de la oposición, perseguido por la policía secreta de un país innombrado, trata de conseguir en un consulado la visa para poder salir al extranjero. El cónsul del título jamás aparece, pero, en cambio, una secretaria pide una y otra vez papeles distintos, cuestionarios y trámites a la desventurada Magda Sorel y a una suerte de corte de los milagros que acude cada día a las oficinas.

Teatro Colón -

El Cónsul se erige  en una reflexión humanista acerca de cualquier clase de totalitarismo. El reestreno de la obra se dio el pasado 6 de agosto y seguirá en cartelera durante el mes de agosto en distintas fechas.

 

La experiencia gastronómica en El Pasaje de los Carruajes

El Pasaje de los Carruajes, con entrada por Tucumán 1171, se encuentra ubicado en una de las calles internas del Teatro Colón. Este pasaje solía ser utilizado para estacionar las carrozas que transportaban al público. Allí se ofrece una propuesta gastronómica temática, que se planea de acuerdo a la agenda de las obras.

Para probar el menú no es necesario haber asistido a la obra, aunque vivir el drama musical de El Cónsul y luego probar los platos rodeados de una fachada de estilo francés clásico, característica de la Buenos Aires de antaño, es una experiencia potenciada.

La oferta de pasos comienza con “Nunca Jamás”, un aperitivo “sour mix” a base de vodka con un leve golpe de malbec que queda suspendido en la fina cristalería acompañado por dos rocas de hielo. Es una propuesta que combina los aromas frutados del vino y en boca se genera una mixtura de dulzura con un leve dejo “sour”, según explicó el Sommelier, Silingardi Celaya.

En el primer paso, se llama “Sueños de Libertad”, un pan Jalá trenzado con una manteca de hongos que, en palabras del Chef Ejecutivo, Gastón Storace, “trae a la memoria los caminos entreverados que Tom debía recorrer en la ópera para poder escapar” y agrega: “Debía ser un plato rápido que represente la celeridad para huir y que a la vez tenga un sabor profundo con un polvo de cebollas que realza la manteca de hongos”.

Teatro Colón
"Nunca Jamás”, un aperitivo “sour mix” a base de vodka con un leve golpe de malbec con “Sueños de Libertad”, un pan Jalá trenzado con una manteca de hongos.

Luego le toca a “Archivos”, con crackers de semillas de lino y chía y otras de mandioca y arroz, acompañadas por hummus, salmón ahumado y encurtidos de cebolla. Esas finas hojuelas reflejan el papelerío que abruma en El Cónsul. “Para generar la idea de papeles que den cuenta de los archivos, decidimos incluir las crackers de mandioca y arroz, que llevan un proceso de tamizado y cocción tal que quedan como un papel de calcar, transparente. Luego, mediante cocción a inducción porque no podemos usar fuego, logramos darle la textura e imagen de una hoja de papel”.

Teatro Colón
 “Archivos”, con crackers de semillas de lino y chía y otras de mandioca y arroz.

“Calvario de Magda”, es el plato fuerte. Una fusión entre el Goulash y el Boeuf Bourguignon maridado con un blend Malbec - Cabernet Petit Caro. En palabras del chef: “La obra no especifica en qué lugar de Europa se desarrolla, por eso decidimos fusionar dos íconos de la gastronomía del viejo continente, platos de resistencia que le hicieron muy bien a esa región durante muchos años. Para dotarlo de intensidad y más profundidad, elegimos bañarlo con una reducción de vino”.

Vuelve la Semana de Cine Latinoamericano al Cultural San Martín: del 13 al 18 de agosto con entrada libre
 

 

Teatro Colón
“Calvario de Magda”
Teatro Colón
"Sin tiempo ni espacio”, un majestuoso domo de tres tipos de chocolates.

La experiencia culmina con “Sin tiempo ni espacio”, un majestuoso domo de tres tipos de chocolates, en su mayoría black 70 con un centro de chocolate blanco y bañado con manteca de cacao. Pintado con pistola, el último plato cuenta con unos detalles en degradé con una confitura que representa el “tiempo que se desvaneció”, concluyó el chef Storace. También cabe destacar que el establecimiento está abierto al público todos los días de 9 a 23:30.

LT