Los guaraníes practicaban mucho antes de la llegada del europeo la “salutación llorosa”. Una vez que los aldeanos y los forasteros revisitaban, y se reconciliaban espiritualmente con sus ancestros entre sollozos y cantos, ambos legados podían así caminar juntos adelante. Dani Zelko atraviesa los ghettos y pogrom en los siete mares con Oreja madre. Mi cuestión judía, haciendo de la escucha la dadora del habla por un presente con memoria, solidario y humano.
Estos borroneados diarios, o en verdad acopios de memorias que el artista, editor y docente desperdiga en los vertiginosos días que el mundo eligió el horror, desde la ofensiva de Hamas sobre los territorios ocupados israelíes en octubre de 2023 a los primeros avasallamientos del gobierno de Javier Milei en febrero de 2024, funcionan libro de pasajes de la historia privada desclasificada del autor a las infamias e injusticias actuales. Con un tatarabuelo que iluminó una corriente contraria a los totalitarismos en el seno del judaísmo, y un tío abuelo del Mossad que ponía bombas a los líderes palestinos, Zelko construye una Gran Oreja Maternal donde sueltan rimas poetas árabes, plegarias chamanes mapuches e inquisiciones la vanguardia artística porteña. Y en el método que es el mismo que manipulaban los poetas del Harlem de los 60, con Gil Scott-Heron a la cabeza, quienes mixturaban los versos y excesos de la generación beat con la comunión mística revolucionaria de las Panteras Negras, en tanto que “si estás tratando que la gente piense, tenés que procesar tu propia información”. Y allá patea Zelko en un familiar barrio polaco, o en la Franja de Gaza, en inacabables heridas sangrantes.
“¿Qué vine a buscar a este libro? Quiero invocar el inicio, percibirlo sin ir a las primeras páginas, ojalá las revelaciones de este tiempo ya estén viajando por mi sangre como un secreto evanescente… Tatarabuelo, territorio, pueblo, fe, lengua, justicia, violencia. ¡Pensar que al principio lo judío parecía ser un tema, como una puerta de entrada, una excusa como cualquier otra! Hannah Arendt decía que no hay escapatoria del judaísmo. Y el judaísmo pasa por la madre”, la sobreprotectora idishe mame evoca Zelko, que aquí urge carne y verbo. Falso binarismo que mancomuna desde hace décadas este artista medium con sus proyectos sociales, editoriales y museísticos. Y que convergen en la plataforma multimedial de “Reunión”, un procedimiento de escucha y creación colectiva que activa las antenas hacia las preocupaciones de las inmensas minorías hambreadas y tiroteadas.
Walter Benjamin escribía a Ludwig Strauss en 1912, éste de los futuros constructores del Estado de Israel a partir de 1948, “no he encontrado sionistas que vivan en forma judaica o que tengan algo más que una concepción muy vaga del espíritu judío… Tal vez sean necesarios, pero son los menos indicados para hablar de la experiencia judía. Actúan como semi-humanos ¿Acaso han pensado alguna vez en la escuela, en la literatura, en las emociones, o en el Estado, en forma propiamente judaica?”. En 2025 Dani Zelko retoma este plurinacional pueblo de Abraham, no lo dejemos solo, frente a la Nueva Internacional Fascista.
Oreja madre. Mi cuestión judía
Autor: Dani Zelko
Género: ensayo
Otra obra del autor: Y las fuerzas del desorden
Editorial: Caja Negra, $ 27.500