Hay series y pelíclas que uno elige por su director, otras por su trama, sus temas o sus paisajes. En este caso, es el protagonista, Ted Danson quien los invita a darle click a El hombre infiltrado (un titulo sin mayor atractivo, que recuerda a una vieja película de Alfred Hitchcock con Henry Fonda, El hombre equivocado) en Netflix, y terminarla en apenas dos sentadas (Son menos de cuatro horas en ocho capítulos).
La trama, insipirada en El agente topo, el documental chileno de 2020 que dirigió Maite Alberdi, arranca con la monótona vida de Charles Nieuwendyk, un viudo reciente que fue docente universitario de ingeniería y que tiene un muy buen pasar, pero a quien su hija quiere movilizar para que no se deprima y le propone que encuentre un reto.
Por otro lado, la agencia de investigaciones Kovalenko recibe un encargo: encontrar al culpable de un robo en una residencia de ancianos llamada Pacific View, ya que el hijo de una residente quiere saber quién robó el collar de rubíes de su madre. La responsable de la agencia pone un aviso en un diario y Charles encuentra el reto que le sugirió su hija. En el casting, gana porque puede tomar y enviar una foto con su celular. Una gran habilidad para un sub 80.
Con la premisa de ser discreto y averiguar todo, el personaje de Ted Danson entra a esa comunidad de ancianos, donde todos podrían ser sospechosos del robo, incluso el personal que los atiende y, como en las típicas sitcoms de la televisión de toda la vida, algo sale mal. En su primera jornada dentro de la residencia, muestra sus habilidades de barman, emborracha a todos y hasta se fuma un porro. Claro, su encanto, su don de gentes y su necesidad de averiguar a lo Sherlock Holmes, logran mucho más que (spoiler) encontrar la joya perdida.
El hombre infiltrado es una comedia blanca, con mucho humor, no tan corrosivo, pero que la emparenta con El método Kominsky, protagonizada por Michael Douglas, y hasta con Curb your enthusiasm, de Larry David, donde Ted Danson también tiene un papel central. En este caso, hay una sencilla reflexión sobre la soledad de los mayores, los abandonos, los reencuentros, las amistades y el apego a las cosas. También, claro, una sombra terrible que nadie sabe cómo (ni quiere) afrontar (salvo Charles, que había perdido por esa enfermedad a su compañera de toda la vida): el Alzheimer.
La serie fue creada por Michael Schur, que ya había trabajado con Danson en The good place, y en distintos roles se lucen tambien Mary Elizabeth Ellis, Lilah Richcreek Estrada y Stephanie Beatriz. Los sitios especializados en críticas señalaron que tiene entre un 75 y un 96 por ciento de aceptación, lo que la hace recontra recomendable dentro de las ciénagas de policiales negros, documentales estirados y esterilizadas tomas con drones que suelen ofrecer las plataformas de streaming.