CULTURA
Retrospectiva

Guillermo Kuitca en el MALBA revisita sus años ochenta con mirada actual

“Kuitca 86” llega en el marco del 50 aniversario de la primera exposición que realizó en la galería Lirolay en 1974 a sus 13 años, y a 22 años de que su obra se presente por primera vez en Malba. En ese periodo transicional de la dictadura a la democracia y de su juventud a la adultez, sus obras hablan de la época, del arte y de lo que todavía nos emociona.

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Kuitca 86. | MALBA

Todavía me emocionan ciertas voces”, cantaba Juan Carlos Baglietto cuando interpretaba la letra escrita por Fito Páez en una canción con el nombre que le cabe a cualquiera: “Tratando de crecer”. “Kuitca 86”, la exposición que acaba de inaugurarse en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), representa algo de lo que ese tema que se lanzó en el 83 apunta. Eso que a Guillermo Kuitca lo atravesó en 1986 revisitado en el presente, revive las emociones de entonces o, mejor dicho, las actualiza en un contexto necesario.

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Retrato de Guillermo Kuitca en 1987-Taller Cangallo

“Kuitca 86” es una apuesta curatorial que hace eje en ese año, porque históricamente representa un cambio transicional crucial como sociedad, la de asumir las atrocidades de la dictadura militar, aprender a sostener un sistema democrático, reconstruir un país con 30 mil desaparecidos, con bebés expropiados y, así y todo, vivir lo que toca.

En algunos ámbitos artísticos la reacción se vinculó a la búsqueda de la libertad de los cuerpos, la risa, el baile, Virus y Los abuelos de la nada o Los Twist encaraban esa cruzada. También se gestaban las performances y teatros under. En ese contexto, Guillermo Kuitca, a mediados de sus veinte, habiendo realizado su primera exposición individual a sus 13 años, potencia el drama, canaliza en su expresión los artistas que lo atravesaron que no necesariamente venían de su campo.

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Como artista precoz, en 1986 ya estaba en crisis con su elección por la pintura, y en su búsqueda por algo que lo volviera apasionar encontró el cine, la danza y el teatro. En estas obras expuestas en el Malba se ven los entrecruzamientos con El acorazado Potemkin de Sergei Eisenstein o de Café Müller de Pina Bausch.

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La pintura fue siempre donde yo tenía que encontrar la forma de que los temas que me obsesionaban tuvieran lugar”, compartió el artista en una rueda de prensa de la que participó PERFIL.

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"Siete últimas canciones"
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"Yo, como el ángel", 1985

Además de las pinturas, el museo reservó una sala a los archivos de Kuitca de aquellos años. Allí una imagen es fiel reflejo de sus años ochenta: una foto tomada por Alejandro Kuropatwa en la que se ve a Guillermo Kuitca junto a Divina Gloria y Batato Barea tras un concierto de Fito Páez. Otra captura de época: las fotos de su taller de entonces en el barrio porteño de Once que antes le había pertenecido a Charly García, quien se consolidaba con sus discos solistas.

Kuitca en el Malba, 20 años no es nada

La exposición se da en el marco del 50 aniversario de la primera exposición que realizó en la galería Lirolay en 1974 a sus 13 años, y a 22 años de que su obra se presente por primera vez en Malba.

La elección del año 1986, también se vincula a un punto de inflexión en su creación, en ese entonces la figura humana gana terreno hasta desvanecerse y dejar rastros de su presencia. En ese año presentó su serie Siete últimas canciones en la Galería del Retiro, de Julia Lublin y fue la última muestra que realizó en la Argentina hasta la retrospectiva del Malba.

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Eduardo Costantini, Guillermo Kuitca y Teresa Bulgheroni

La exposición presenta pinturas que no se habían expuesto en el país, como la titulada “Del 1 al 30.0000”, hecha por Kuitca a sus 19 años, en 1980, en la que aparecen los números consecutivos hasta alcanzar la cifra estimada de desaparecidos.

También se pueden ver la serie de pinturas "Nadie olvida nada", realizadas sobre pedazos de muebles de su taller de la calle Cangallo y, la obra más reciente, hecha para la ocasión, “Kuitca 86", que es una maqueta que recrea una habitación cubierta de pintura de todos colores.

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"Kuitca 86"

Dice Sonia Becce, co-curadora de la exposición: “La intención es hacer foco en 1986, con fugas puntuales a series icónicas inmediatamente anteriores y posteriores. La estrechez de la ventana temporal ‒una especie de inicio del Big Bang kuitquiano‒ trae al presente a ese artista jovencísimo que empezaba a encontrar en las nuevas pinturas, de una carga experimental altísima, un lenguaje muy propio en concordancia profunda con su época. Si el título Kuitca 86 enfoca, el subtítulo, De Nadie olvida nada a Siete últimas canciones, amplía detalles sobre las pinturas incluidas, tanto las icónicas e insoslayables como muchas otras raramente o nunca exhibidas”.

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Guillermo Kuitca, Sonia Becce y Nancy Rojas

“El Kuitca del 86 nos invita a localizar la fuerza en los procedimientos antes que en los temas, en las variaciones lentas y en la táctica de la diseminación antes que en las transformaciones drásticas. Desde una perspectiva geopolítica y asumiendo la crisis del canon modernista del arte, la producción exhibida en esta exposición actualiza las lecturas sobre el entramado discontinuo que constituyen el arte moderno y contemporáneo. En este sentido, potencia la mirada del arte latinoamericano como una miscelánea de relatos parciales propensos a los derrames temporales que habilitan encuentros intergeneracionales”, explica Nancy Rojas, también curadora de la muestra.

"Todavía me emocionan ciertas voces
todavía creo en mirar a los ojos
todavía tengo en mente cambiar algo
todavía y a dios gracias todavía"

Fragmento de "Tratando de crecer"

Pinceladas de Guillemo Kuitca

Desde 1980 ha realizado más de sesenta muestras individuales en instituciones emblemáticas como el Museum of Modern Art (MoMA, Nueva York, 1991), Kunsthalle Basel (Basilea, 1990), Fondation Cartier pour l’art contemporain (París, 2000), The Drawing Center (Nueva York, 2012) y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, 2003), entre otras. En 2007 representó a Argentina en la 52ª Bienal de Venecia.

Entre sus muestras antológicas sobresalen Burning Beds, a Survey 1982-1994 (Wexner Center for the Arts, 1994; Whitechapel Art Gallery, 1995), Everything. Paintings and Works on Paper, 1980-2008 (Albright-Knox Art Gallery, Walker Art Center, PAM Miami y Hirshhorn Museum, 2010), así como exposiciones recientes como Guillermo Kuitca - Dénouement (LaM, Lille, 2021) y Guillermo Kuitca. Desenlace (MACA, Uruguay, 2023). Como curador, dirigió proyectos interdisciplinarios con la Fundación Cartier, con exhibiciones en París (2014), Buenos Aires (2018) y Milán (2022).

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Su labor en el ámbito teatral incluye escenografías para La casa de Bernarda Alba (2002) y Bodas de sangre (2022) en el Teatro San Martín, y Der Fliegende Holländer en el Teatro Colón (2003). En 2007, The Metropolitan Opera de Nueva York presentó Stage Fright, una exhibición de sus trabajos sobre planos de teatros de ópera. Diseñó el telón de la Winspear Opera House de Dallas (2009) y, junto a Julieta Ascar, el nuevo telón del Teatro Colón (2010).

Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires y fundador de la Beca Kuitca (1991-2011) –en cuyas cinco ediciones participaron varias generaciones de artistas–, su obra integra colecciones de instituciones como MoMA, Guggenheim, Metropolitan Museum, Stedelijk Museum, Museo Reina Sofía, Malba y TATE, entre muchas otras. En 2018 fue nombrado Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres por la República de Francia. En 2024 intervino la capilla del Museo Picasso de París, y su exposición *Lorca/Kuitca. Vals en las ramas* se exhibirá en el Centro Federico García Lorca de Granada en 2025.

RB/ff