CULTURA
crítica

El sueño de Derrida

El hilo conductor, a veces débil, facilita seguir la aventura de Derrida, porque lo que pretende comprender –aunque no solamente– es el sentido de Geschlecht como “sexo”, “género sexual” o “diferencia sexual”, que bien podría liderar toda la serie de significados de esa palabra.

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Geschlecht III. Sexo, raza, nación, humanidad. | cedoc

La palabra alemana Geschlecht proyecta un haz polisémico que juega con la desmesura, ya que puede significar “género”, “especie”, “sexo”, “estirpe”, “raza”, “pueblo”, “nación”, “familia”, “generación”, “casta”, “progenie”, “alcurnia” y otros significados cercanos. Schlag, golpe o impacto, tiene la misma raíz que ella, de la cual derivan también schlagen (golpear, pulsar, construir, batir, etc.) o zerschlagen (destrozado, roto), que tampoco son fácilmente traducibles. En cualquier caso, es eso lo que ha “imantado” –según dice– a Jacques Derrida, al punto de someterla a una (también) desmesurada interrogación en cuatro fases sobre el uso de Geschlecht en otro de sus polos magnéticos: Heidegger. La tercera se había extraviado, hasta que en 2018 la recuperó Éditions Le Seuil, luego de un sinuoso trabajo filológico. La traducción a cargo de Alejandro Madrid Zan, por lo tanto, traduce a Derrida traduciendo a Heidegger al francés, quien a su vez traduce el antiguo y alto alemán al moderno –y el griego– en el celebrado estudio sobre la poesía de Georg Trakl.

De ello se infiere rápidamente que la lectura de Geschlecht III en español acerca de “El habla en el poema. Una dilucidación de la poesía de Georg Trakl” requiere de no poco esfuerzo, y no solo por la diversa signatura de lenguas sino, además, por el elevado carácter sígnico-demiúrgico (que solo permite el alemán, sospecha Derrida) de la interpretación heideggeriana.

Pese a ello, el hilo conductor, a veces débil, facilita seguir la aventura de Derrida, porque lo que pretende comprender –aunque no solamente– es el sentido de Geschlecht como “sexo”, “género sexual” o “diferencia sexual”, que bien podría liderar toda la serie de significados de esa palabra. Este flanco, si no se está advertido, se pierde en las traducciones al español (las de Ives Zimmermann y Hernán Zucchi) y un poco menos en la francesa que maneja Derrida, a la cual corrige en varias ocasiones.  Lo que queda claro, entre todas las polivalencias y ambigüedades, es la “maldición” que “golpea” la dualidad o la duplicidad de los sexos como oposición y se extiende al “corrupto” género humano.

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En cuanto Heidegger ensaya una Erörterung (de Ort, “lugar”) –una “localización”, digamos– de los poemas de Trakl, si bien nada impide que sea la misma lengua germana, ese Schlag que maldice los sexos opuestos y el linaje de la humanidad tendría su topología en Occidente, en alemán Abendland, “el país de la tarde”, en el doble sentido de tardío y crepuscular.

Esto, según Derrida, no debe entenderse de modo geográfico, por motivos de orden poético, más todavía cuando Trakl, en la composición heideggeriana, es el poeta del “Occidente” todavía oculto y de un ocultamiento, para decirlo todo, que guarda un origen previo al platónico-cristiano, un origen más originario, no metafísico, no dualista.

El sueño de Derrida es que allí, y dispone de argumentos (hay que leer entre líneas), se origina la promesa de un sexualidad fraternal, prediferencial o predual, no indiferenciada o nula, que libera de la maldición a la estirpe humana.

 

Geschlecht III. Sexo, raza, nación, humanidad

Autor: Jacques Derrida

Género: filosofía

Otras obras del autor: Pasiones; Psyché. Invenciones del otro; De la gramatología; Dar (el) tiempo; Posiciones; Aporías; La entrevista de bolsillo; La trarjeta postal

Editorial: La Cebra, $ 18.000

Traducción: Alejandro Madrid Zan