Los movimientos ultraderechistas siempre buscan acorralar la expresión artística, y el nazismo no fue la excepción. En 1937 el régimen nacional socialista montó la muestra de "arte degenerado" en Múnich, donde exponía obras de arte vanguadista o “no clásicas” para marcarlas como desviaciones o “corrupción artística” que había invadido Alemania y Europa a principios del siglo XX.
A partir de este martes 18 de febrero esa exposición será reproducida parcialmente por el Museo Picasso de París. Allí se podrán ver cerca de 60 cuadros y esculturas, entre ellas, obras de Picasso, Otto Freundlich y George Grosz.
La “limpieza” de las artes de Joseph Goebbles a pedido del führer
Para la histórica exposición, que estará abierta hasta el 25 de mayo, el museo cuenta con importantes donaciones, como "Metrópolis" de George Grosz (1916-17), del museo Thyssen de Madrid, una visión expresionista del caos de una gran ciudad. También se podrá ver el cuadro "Libro, frutero y mandolina" (1924) del propio Pablo Picasso, una obra que tuvo un itinerario singular: antes de la II Guerra Mundial era el único cuadro del pintor español colgado en un museo alemán, concretamente en el Museo Nacional de Berlín.
Cuando los nazis llegaron al poder, en 1933, empezó una campaña oficial de "limpieza" de las artes, según los criterios del propio führer, Adolf Hitler, y de su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels.
Esa campaña consistía en ridiculizar y sacar de las colecciones públicas las obras de unos 1.400 artistas considerados "degenerados", en su mayoría alemanes.
Más de 20.000 obras fueron así retiradas de los museos. "Unas 5.000 fueron destruidas", explicó a los periodistas el curador de la exposición, Johan Popelard.
El cuadro de Picasso fue retirado del museo y almacenado en una caja fuerte del banco Thyssen hasta 1939. Al día siguiente de estallar la guerra, el 2 de septiembre de 1939, la obra fue vendida por apenas una cuarta parte de su valor a un coleccionista privado.
Tras ello, la obra permaneció escondida en territorio alemán hasta que recuperó su lugar, a la vista del público, en el museo nacional bávaro de Múnich, en 1971.
Las obras “degeneradas” fueron un éxito
En la exposición montada en 1937 de arte "entartete" ("degenerado") había cerca de 700 obras de artistas alemanes como Otto Dix o extranjeros, como Vincent Van Gogh o Marc Chagall.
La muestra fue a modo aleccionador y censurador, pero se convirtió en un éxito fenomenal: tuvo más de dos millones de visitantes a lo largo de poco más de cuatro meses. Luego de Múnich fue paseada por otras ciudades alemanas.
La exposición del museo Picasso se abre con los nombres de los 1.400 artistas vilipendiados, despedidos o asesinados, como Otto Freundlich, que murió en el campo de concentración de Sobibor.
Debajo de la lista, cuatro esculturas "degeneradas" que fueron halladas durante las obras de una línea de subte en Berlín en 2010. "De cierta manera son dos exposiciones en una: intentamos hacer una exposición sobre las obras maestras del arte alemán de la primera mitad del siglo XX, y una exposición sobre esta historia del arte degenerado", destacó el curador.
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El pintor alemán George Grosz escribió a su amigo Felix Weil en 1933: "Generaciones futuras contemplarán más adelante mis cuadros como contemplamos hoy en día las escenas inmortales de atrocidades de Goya: yo lo vi y viví, esa era mi Alemania, esa era la verdad".
Con información de AFP