En una pradera nevada en Minnesota se levanta un monasterio sin igual. Una construcción de hormigón que encierra un campanario asoma sobre una gigantesca fachada en forma de colmena compuesta por cientos de hexágonos brillantes. Durante medio siglo, solo los monjes benedictinos que rezan allí y los arquitectos que peregrinan a la iglesia de la Abadía de San Juan cada verano estaban al tanto de la existencia de esta obra maestra modernista.
Pero el edificio se ha vuelto famoso como la inspiración para "El Brutalista", el drama de tres horas y media sobre un arquitecto que emigra a Estados Unidos tras sobrevivir al Holocausto, y que se posiciona como favorita para ganar el Óscar a la mejor película.
La historia de la génesis de la iglesia es tan improbable como la trama que inspiró. "¿Cómo pudo ocurrir esto?", comienza sus recorridos turísticos Alan Reed, miembro de la abadía.
"Que este centro de estudios religioso en la época, en el medio de la nada, administrado por un grupo de monjes, contrataría un arquitecto famoso (...) Es una historia fascinante", explicó a AFP.
La historia del monasterio
Todo comenzó con Baldwin Dworschak, un conservador abad que heredó la administración de un monasterio que rápidamente estaba superando sus terrenos históricos en los años de auge de los Estados Unidos después de la guerra en la década de 1950.
Justo cuando la iglesia Católica estaba modernizándose, Dworschak y sus asesores vieron una oportunidad de emular a los monjes pioneros del siglo XII que inauguraron el entonces nuevo estilo gótico.
Organizado por un monje que había estudiado arquitectura, se enviaron cartas invitando encargos a Richard Neutra, Walter Gropius, Eero Saarinen y Marcel Breuer, entre los principales arquitectos modernistas de la época.
Sorprendentemente, varios respondieron y Breuer -un judío húngaro que se formó en la influyente escuela alemana Bauhaus, y que inventó las sillas tubulares de acero que aún amueblan las oficinas hoy en día- fue elegido para encargarse de la gigantesca iglesia en esta remota esquina de Estados Unidos.
El arquitecto chino-estadounidense, I.M. Pei, exalumno de Breuer, escribió una vez que la iglesia de la Abadía de San Juan sería considerado uno de los mayores ejemplos de arquitectura del siglo XX si estuviese en Nueva York y no en Minnesota.
Diferencia y similitudes entre “El brutalista” y la historia real
Brady Corbet, director de El Brutalista, citó un libro de Hilary Thimmesh, un joven miembro del comité de Dworschak, como fuente clave para su película. Corbet dijo a AFP que visitó la abadía y que se tropezó con las memorias de Thimmesh mientras investigaba para su film.
Entre la historia real y la de la película hay puntos en común: un arquitecto judío diseñando un colosal edificio cristiano de estilo modernista en una remota colina estadounidense, la diferencia es que en el largometraje quien encarga la obra es un millonario que es el foco de tensión de la historia.
En la vida real, Breuer se volvió amigo de Dworschak, pero se pelearon cuando los monjes trajeron su diseñador de vidrios, descartando el trabajo de Joseph Albers, amigo próximo y exmaestro de Breuer.
En una carta amarga, Breuer calificó de "golpe repentino" la decisión y dijo que prefería "no hacer nada" antes que continuar con la elección de los monjes. La lucha de poder en El Brutalista concluye con un horrible acto, pero en la vida real, cliente y arquitecto rápidamente se entendieron.
Para los monjes, la aparición de la historia del edificio en una película nominada al Óscar es motivo de orgullo y podría ser de gran ayuda, ya que la iglesia necesita mejoras. Parte del concreto comienza a desmoronarse y el acero, a oxidarse.
Su orden se ha encogido: pasaron de ser el mayor monasterio benedictino masculino con 340 monjes, a menos de 100.
"Si pudiéramos recaudar suficiente dinero", los monjes podrían al menos calentar la iglesia en invierno y refrescarla en verano, dijo Reed.
¿Quién era Marcel Breuer?
El director Brady Corbet explicó que su protagonista, László Tóth, es una "amalgama" de varios arquitectos famosos, especialmente Breuer. Al igual que el ficcional Tóth, Breuer nació en Hungría, se formó en la influyente Bauhaus, en la Alemania de entre guerras, y emigró a Estados Unidos.
Ambos diseñaron sus modelos distintivos de sillas antes de planear grandes edificios. Judíos ambos, fueron contratados para erigir gigantes construcciones cristianas en remotas partes de Estados Unidos que se convertirían en sus obras maestras.
Breuer también es conocido por haber diseñado partes de la sede de la UNESCO en París; el Museo Whitney de Arte Estadounidense, en Nueva York; y el Pirelli Tire Building, en Connecticut.
Qué es el brutalismo
El brutalismo es un estilo de diseño polarizante que surgió durante la reconstrucción de Europa en la década de 1950, tras la Segunda Guerra Mundial. Es reconocible por su hormigón expuesto, sin adornos, y sus gigantes y audaces formas geométricas.
Se cree que su nombre deriva de "beton brut", la definición en francés para hormigón en bruto.
Por qué es cuestionada por arquitectos
Algunos especialistas cuestionan que El brutalista no muestra casi nada de arquitectura brutalista hasta al final del film de tres horas y media, cuando revela una parte de la obra completa de Tóth.
En un podcast titulado "¿Por qué 'El Brutalista' es una película terrible?", Alexandra Lange, comentó que los cineastas "dijeron que leyeron todos estos libros sobre brutalismo, pero absolutamente nada de eso fue utilizado con fines dramáticos, ni parece haber sido absorbido".
Victoria Young, profesora de la Universidad de St. Thomas, dijo a AFP que el edificio que aparece al final ni siquiera es brutalista, sino modernista temprano, lo que provoca una confusión cronológica.
También señalaron errores históricos, como, por ejemplo, el hecho de que en la película, antes de ser descubierto por un millonario benefactor, Tóth es un sobreviviente del Holocausto en busca de empleo que hace fila para conseguir pan gratis al llegar a Estados Unidos en la posguerra.
Pero pupilos de la Bauhaus como Breuer y Walter Gropius cruzaron el Atlántico en la década de 1930, antes de la Segunda Guerra Mundial. Llegaron como profesionales renombrados y fueron recibidos con prestigiosas posiciones en lugares como la Universidad de Harvard.
La arquitectura modernista estaba profundamente establecida y de moda en Estados Unidos mucho antes de la época que retrata la película. Además, aseguran, que Tóth es caracterizado como devoto religioso y adicto a la heroína. Breuer era sobrio y secular.
Con información de AFP