La segunda y última fecha del festival Buenos Aires Trap, al que acudieron en total 100.000 personas, coronó la celebración del género con varios hitos. Los números destacados de la noche incluyeron el regreso de Cazzu a los escenarios, la presentación de Khea, Milo J y Eladio Carrión y un cierre con Bizarrap.
El momento de los “consagrados” del género comenzó a las 19 -el festival empezó a las 12 del mediodía-, con Khea que ingresó a escena encapuchado, todo de negro para la ceremonia del trap junto a un público que celebró cada canción. Su show tuvo invitados y un guitarrista, además de las pistas típicas del género.
Mientras se tomaba “un whiskicito”, el trapero repasó los temas de su trayectoria. “El don”, fue uno de los temas que ayudó a levantar la temperatura, que al atardecer empezaba a ser necesario porque surgía una brisa fresca. “Besame” con Bhavi fue otro momento de agite en el público, pero el momento más intenso fue cuando, recordando los comienzos, llegó el momento de “Tumbando el club” y la posterior entrada de Nicki Nicole. Rusherking fue otro de los invitados de Khea y Duki no estuvo, pero sí las canciones con él como “She don’t give a fo” y “Hitboy”.
Una digresión: Duki fue una de las figuras del sábado, presentó Ameri, su reciente disco que generó un debate sobre su calidad. Cuando se lanzó, se viralizó una crítica que lo ubicó en el lugar de los mediocres. Más allá de la valoración, algo que sobrevolaba esa percepción era el deseo de pedirle más al músico. Y en esta jornada, se hizo palpable por qué se le pide más a él. Cuando aparecen sus temas en escena, hacen la diferencia, su capacidad de flow está por encima, en general. Sus canciones explotan. Y ahí se entiende por qué le pedimos más a Duki. Porque puede.
Cazzu: la jefa
No es “el jefe”, Cazzu es “la jefa” y, en su regreso a los escenarios, hizo saber por qué. Vestida de sadomasoquista salida de una versión trapera de 2001 Odisea del espacio, con bailarinas armadas, Julieta Emilia Cazzuchelli marcó su girl power en escena.
“Las brujas pronostican malestar. Profetizan, que ahora tenemos la autoridad. Nunca más. Para callarme me tienen que matar. Para matarme me tienen que alcanzar (jaja)”, dice su tema “Jefa”, la canción con la que empezó su show.
“Para mí es un placer volver a los escenarios en un marco como este. Espero que lo estén haciendo valer”, dijo en una de sus muchas interacciones con el público.
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Más tarde plantó su bandera: “Yo les voy a contar una anécdota, este es el momento donde hago mi stand up. El primer Buenos Aires Trap fue hace muchos años, algunos eran menores, algunos no escuchaban trap. En ese momento no había muchas chicas haciendo trap, y si las había no estábamos en los escenarios más importantes, yo era la única, entonces había muchos varones en el público, ahora están más mixeados y ese día hice un experimento social. Y me di cuenta de que a los varones les da vergüenza mostrar que les gusta la música hecha por chicas, pero les dije, les juro que si ustedes agitan cuando hay una mujer en el escenario, no se les achica ... Olvídense su masculinidad frágil y a perrear cuando hay que hacerlo y llorar si hay que llorar”.
Cazzu contó con músicos en escena y, además de trap, le dio lugar al reggaetón y al “perreo”. Cuando cantó “Turra”, hizo una referencia, al pasar, a su vida sentimental. “Puedo ser turra, porque estoy soltera”, sostuvo y su audiencia comenzó a corear “hijo de p…” en referencia al ex de la artista, pero Cazzu silenció rápidamente el insulto.
Eladio Carrión, Milo J y Bizarrap
A las 21 llegó el turno de “el cantante”, el joven con una de las voces más hermosas del género, Milo J. Con su atuendo minimalista y sus músicos cantó “No Soy Eterno”, “Vida de rock” y luego invitó a Nicki Nicole al escenario para interpretar “Dispara”.
Sobre el final interpretó la Bzrp Music Sessions, Vol. 57 y le dejó el turno al otro número de cierre de la jornada: Eladio Carrión.
El puertorriqueño confesó que el frío lo sorprendió y le causó una disfonía, por lo que se disculpó por las falencias vocales. De todos modos, pudo ser un gran animador de la noche, que ya estaba completamente oscura.
“Las primeras personas que aceptaron mi música fueron de aquí, de Argentina. Por eso vengo para acá todos los años”, confesó el músico, que invitó a Cazzu y a Khea a cantar con él y finalizó su show con su hit “Soy de la H”.
Y el cierre fue una gran fiesta con Bizarrap que se ubicó en el centro de los dos escenarios principales, mientras todas las pantallas proyectaban visuales superproducidas, luces láser a modo rave dosmilera y eligió abrir con la voz de la sesión con Duki, como símbolo de los comienzos.
“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear”, con esa frase de Eduardo Galeano, Gonzalo Julián Conde inauguró lo que fue su único show del año en Argentina con el que repasó sus hits con remixes para la ocasión y cerró con una sorpresa: desde atrás del escenario apareció un artista que no había sido parte de la grilla: Dillom y así se coronó la despedida del festival.