Sienten la misma pasión por la pelota, tienen el potrero en sus piernas, les corre barrio en sus jugadas y se identifican con los colores que representan; son capaces de generar juego y tirar un lujo, son versátiles a la creación y al juego moderno. Unen muchas cosas del futbolista cordobés que provocan en el hincha esas ganas de más. Son parecidos y son diferentes, pero ambos volvieron en momentos clave de sus historias y de la historia de sus clubes. Y se celebra. Lucas Zelarayán y Emanuel Reynoso son los dos jugadores que despiertan ilusiones a Belgrano y Talleres, respectivamente, y a todo futbolero de raza de estas tierras.
El ‘Chino’ –identificado con los ‘Piratas’– retorna a Alberdi con 32 años: intacto físicamente y evolucionado en su forma de jugar, tras nueve años jugando en el exterior (Tigres de México, Columbus Crew de Estados Unidos, Al-Fateh de Arabia Saudita y Selección de
Armenia). Ya no es aquel pibito que debutó en Belgrano un 24 de abril de 2012 con 19 años; es un futbolista consagrado que llegó para liderar.
‘Bebelo’ –surgido de los ‘Matadores’– vuelve a barrio Jardín con 29 años, también en su plenitud, tres siete años jugando en clubes como Boca, Minnesota United de la MLS y Tijuana de México. Atrás quedó aquel juvenil de 18 años que se presentó en un momento difícil de Talleres, jugando en el Argentino A, ese 15 de octubre de 2014. Hoy llega para buscar la primera corona del club.
Ambos jugadores tienen características que los asemejan en el campo de juego. Son enganches clásicos, con una técnica refinada y una capacidad de gambeta excepcional. Poseen una gran visión de juego y son especialistas en la pegada, ya sea en jugadas de pelota parada o en remates desde media distancia. Su fútbol se define por la creatividad, la pausa en el momento justo y la capacidad de generar juego para sus compañeros.
Otra similitud entre Zelarayán y Reynoso es su influencia en los equipos que han integrado. Ambos han sido figuras destacadas en las ligas en las que han jugado y han dejado huella con grandes actuaciones. En el fútbol porteño es más considerado ‘Bebelo’, por su etapa en Boca donde tuvo un paso irregular con grandes pasajes y otros que no estuvieron a la altura de lo que se esperaba. En tanto, el ‘Chino’ resaltó afuera: fue campeón tanto en México como en Estados Unidos, siendo figura. Logró consolidarse como una estrella en la MLS, siendo clave en el éxito de Columbus Crew; mientras que el ‘Rey’, aunque también tuvo muy buenos momentos en la MLS, enfrentó altibajos, incluyendo lesiones y problemas de adaptación.
A pesar de sus similitudes, hay algunas diferencias en sus trayectorias y en su forma de influir en el juego. Zelarayán ha tenido un recorrido más ligado al gol y a la llegada al área, con una vocación ofensiva que lo ha convertido en un mediapunta con mucha presencia en la definición (tiene 84 goles oficiales en su carrera y 53 asistencias).
Por otro lado, Reynoso es un organizador más clásico, con una inclinación mayor a la generación de juego y la asistencia; a propósito, tiene 40 goles oficiales y 44 pases-gol.
En cuanto a su físico, Zelarayán tiene una contextura más robusta, lo que le permite resistir mejor los embates del juego. Reynoso, de complexión más delgada, compensa con una agilidad y velocidad que lo convierten en un dolor de cabeza para los marcadores. Ambos son mediocampistas ofensivos, talentosos y con una capacidad técnica que deslumbra. Tanto el ‘Chino’ como ‘Bebelo’ comparten raíces futbolísticas en Córdoba, una cuna de talentos que nunca deja de sorprender.
UN 'PIRATA' ENFOCADO
“Mi sueño es salir campeón con Belgrano”. No es una frase demagógica o de casete. Esa sentencia se la dijo Lucas Zelarayán a este cronista hace 10 años para una entrevista en la revista El Gráfico. En aquel momento era la figura del fútbol argentino con la casaca Celeste. Pasó una década y en su regreso volvió a sentenciar aquella frase. Es un convencido de esta pasión por el ‘Pirata’. Desde pequeño. Y ha superado dificultades para lograr sus metas. Es que el ‘Chino’ es el mismo que de adolescente, después de estar cerca de un año lesionado, y cuando parecía que sus sueños de pelota se extinguían, se fue a probar a Belgrano y cinco años más tarde, se calzó la ‘10’ Celeste para no soltarla en Primera División; que jugó 81 partidos, y marcó 10 goles en aquellos tres años como profesional, antes de irse. Pero, antes de partir prometió regresar. Y regresó a tiempo. Y más allá de que el inicio del torneo en su vuelta no sea la ideal, se sigue ilusionando con lograr su meta; ahora con el ‘Ruso’ Zielinski, el técnico que en el 2012 lo hizo debutar.
AQUEL PUPILO DE LA 'CHANCHITA'
“Desde chico seguía a Talleres. No tenía tantas posibilidades de ir a la cancha, pero lo seguía por tele, por radio. Y quería jugar en Talleres. Me fui a probar y en ese tiempo estaba de técnico la Chanchita (Daniel) Albornos. Quedé. Me trajo a la pensión, donde viví tres años”, supo contar Emanuel Reynoso a este cronista, allá por el 2016, tras el ascenso histórico de Talleres a Primera división, donde fue figura. Aquel tímido jugador, que llegó desde Cibi, hizo su debut como jugador profesional en la Primera de Talleres en octubre de 2014, cuando el elenco albiazul le ganó 1-0 a Alvarado de Mar del Plata, por el Argentino A. Ese mismo año, el Rey firmó su primer contrato profesional con la institución y dos años más tarde fue protagonista del equipo que consiguió el ascenso, de manera invicta, a la máxima categoría del fútbol argentino. En menos de cuatro años, como jugador de la ‘T’, Reynoso disputó 58 cotejos y marcó cuatro tantos en total. Ahora llegó como figura, firmando contrato hasta 2028, con la ilusión de dar una vuelta olímpica en Primera.