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ARTE & CIENCIA

Viajó desde Córdoba al desierto mexicano para cruzar arte con ciencia

Nahuel Sánchez Tolosa fue el único argentino participante de la Residencia Artística ‘Simulacros Interplanetarios’, organizada por el proyecto Terremoto en colaboración con La Escuela. Asentados en el desierto de Sonora durante un mes, cinco artistas de países de la región compartieron con científicos de agencias espaciales mexicanas. Una muestra y un libro en base a la experiencia verán la luz en diciembre.

Artistas latinoamericanos en México
EN MÉXICO. Artistas latinoamericanos participaron de una residencia de un mes en México (Foto: Registro de Simulacros Interplanetarios). | Registro de Simulacros Interplanetarios


Nahuel Sánchez Tolosa es oriundo de Santa Cruz y llegó a estudiar a Córdoba cuando tenía 20 años. Hoy, con 36, es egresado en Artes Visuales de la Universidad Provincial de Córdoba –en 2012 había sido becado para estudiar en la Universidad Federal de Paraná, en Curitiba– y acaba de finalizar una maestría en educación artística en la Universidad Nacional de Rosario.

Además de dar clases de artes visuales en diferentes niveles educativos, reparte su tiempo entre su ser artista y la gestoría cultural: dirige junto a Gi Cassettai y Julio Audisio, Tres Salas, y es director de Laboratorio Intermitente, un proyecto enfocado en las prácticas artísticas contemporáneas.

Sánchez Tolosa se piensa como un artista-educador-viajero, un combo que lo ha llevado a lugares que hace algunos años ni se imaginaba. Por caso, el año pasado estuvo en Cuba, dictando clases sobre el pintor cordobés Antonio Seguí en escuelas primarias.

Entender la riqueza en los procesos de intercambio lo llevó a aplicar a una residencia convocada por la mexicana Terremoto y se convirtió en el único artista-educador de nuestro país en conseguirla. La convocatoria fue abierta a toda Latinoamérica y recibió más de 900 postulaciones.

“Terremoto es un proyecto artístico editorial con muchísimos años en la escena del arte contemporáneo latinoamericano; proponen residencias artísticas que vienen siendo, estos últimos tiempos, un formato de vinculación y desplazamiento de artistas, curadores u otros agentes del arte”, empieza contando el artista a PERFIL CÓRDOBA.

Esta experiencia tuvo el acompañamiento de instituciones públicas vinculadas a la cultura en México pero, además, con el apoyo de la Andy Warhol Foundation (EE UU) y de la Fundación Ama Amoedo, de Uruguay.

Denominada ‘Simulacros Interplanetarios’, estuvo bajo la curaduría de la historiadora del arte Helena Lugo y de la divulgadora científica mexicana, Ana Cristina Olvera, quienes propusieron generar un punto de encuentro entre artistas y científicos para imaginar otros mundos posibles en relación con el estudio del espacio. “Es la primera vez que cruzan estas dos disciplinas y juntan en el mismo lugar a actores de ambas ramas”, refiere Sánchez Tolosa.

Para hacer posible la experiencia, Terremoto trabajó en colaboración con varias instituciones, entre ellas La Escuela, que tiene un trabajo muy fuerte de prácticas artísticas y educativas. “Mi selección estuvo a cargo de Terremoto y La Escuela, ellos eligieron mi perfil como artista-educador; había un único lugar a ocupar en esa categoría, porque los otros cuatro puestos eran para artistas que no necesariamente se dedicaran a lo educativo. Quedaron seleccionados además artistas de Chile, de Brasil, de Costa Rico y uno de México”, detalla.

Nahuel Sánchez Tolosa

ARTISTA EDUCADOR. "El arte tiene mucho para darle a otras disciplinas y creo que también necesita nutrirse de otros campos disciplinares" (Foto Fino Pizarro). 

Tras dos días de inserción en Ciudad de México (llegaron el 4 de abril), una vez completo el grupo, se dirigieron a la ciudad de Hermosillo, ubicada al norte y cercana al límite con EE UU. “Ahí está el museo de arte contemporáneo Musas, donde sucederá la muestra producto de esta experiencia de residencia. Al día siguiente nos llevaron al desierto de Sonora”.

Así, unas 20 personas entre artistas, científicos y el equipo de Terremoto se instalaron durante un mes en el desierto. “Los científicos iban llegando, desarrollaban actividades con nosotros, se iban y venían otros. La mayoría de ellos tiene vinculación a la Agencia Espacial Mexicana y todos tienen campos de desarrollo profesional distintos”.

Entre los científicos, había especialistas en Misiones Análogas, ya que uno de los ejes de la residencia era generar una simulación de las misiones que desarrollan los astronautas, previo a viajar al espacio. “En algunos lugares de la tierra hay territorios que por sus características de relieve, temperatura y luz, se asemejan a las condiciones que pueden tener la Luna o Marte. Entonces simulan estar en el espacio, en otro planeta”.

Además de la curadora que los acompañó en los procesos de investigación y creativos, los artistas recibieron la visita de una curadora cuyo proyecto está vinculado a Marte, un arqueoastrónomo, dos astrobiólogas, un especialista en cohetería y una astro-geóloga, que se dedica al estudio de la geología específicamente en Marte.
“También tuvimos la visita de Cristina, integrante de la comunidad indígena Tohono O'odham, porque el lugar donde estuvimos es un lugar sagrado, que tiene un salar que es parte del desierto de Sonora”.

Si bien el grupo estuvo instalado en un lugar similar a los refugios de los Parques Nacionales que hay en nuestro país, también realizaron tres campamentos. “Teníamos nuestras habitaciones, baños y espacios comunes con comedor y cocina y teníamos tareas diarias, desde cocinar hasta hacer la limpieza porque es parte de lo que hacen en las misiones análogas y también en el espacio. Además fuimos preparados al comienzo para realizar controles médicos: tomar temperatura, presión arterial, medir niveles de oxigenación y llevar registros diarios de estos valores”, cuenta.

En tanto, los campamentos fueron realizados en la biosfera El Pinacate, una reserva natural que cuenta con grandes exponentes de volcanes y que por sus características se asemeja a Marte o la Luna. “Pernoctamos en tiendas; hicimos avistaje de satélites; vimos el eclipse del 8 de abril en el salar acompañados por científicos, y vimos la Luna rosa del 23 de abril arriba de unas dunas increíbles. El arqueoastrónomo llevó artefactos de última generación que podíamos conectar desde el teléfono y observar manchas solares con un telescopio electrónico: 
lo posicionabas, lo activabas y se movía solo buscando el Sol”, recuerda.

Camping artistas Sonora

ACAMPANDO. Artistas y científicos en un cruce transdisciplinar en el desierto de Sonora (Foto: Registro de Simulacros Interplanetarios).

Los artistas nucleados en la residencia estuvieron unidos por el interés en investigar recursos y herramientas que ofrecen otros campos de conocimiento para fortalecer y hacer más interesante su práctica artística. “Éramos todos artistas multidisciplinares, un poco la característica de quienes asumimos que somos artistas contemporáneos. Coincidíamos en el gusto por los artefactos, la posibilidad de imaginar mundos distópicos, acercar campos que no es común pensarlos vinculados. Muchos somos artistas que trabajamos con prácticas antropológicas del arte e involucramiento con comunidades”.

El formato de ‘Simulacros Interplanetarios’ fue de investigación. Los artistas asistieron a clases con científicos, investigaron, manipularon artefactos, hicieron salidas de campo buscando características de diferentes rocas, hicieron observaciones nocturnas, identificaron insectos. “Terremoto nos dio una bitácora de trabajo a cada uno y yo fui tomando notas, dibujando, haciendo registros sonoros, audiovisuales y fotográficos”.

En esta segunda mitad del año, el plan es trabajar en una publicación editada por Temblores, proyecto hermano de Terremoto, que se dedica a la editorialización de cuestiones artísticas. Además en diciembre se realizará una exhibición en el Museo de Hermosillo, que dará cuenta de la residencia realizada.

“Desde el comienzo me sentí muy interpelado por elementos de la naturaleza: conchas y caracoles que estaban adheridos al salar; la sal como elemento de la naturaleza y las piedras obsidianas. Y empecé a imaginar de qué manera con estos elementos podrían configurar algún dispositivo que funcionara como un eje de comunicación entre el planeta tierra y otros planetas; así que los últimos 13 días estuve en Ciudad de México trabajando en la construcción de una pieza en colaboración de un equipo de joyeros contemporáneos. Y acá ya estoy trabajando en imágenes fijas y de video y para la construcción de un videoarte que se proyectará en el museo”, finaliza.
 

Manchas solares

MANCHAS SOLARES. De la mano de científicos y aparatos de última generación, los artistas pudieron observar imágenes del espacio en sus celulares (Foto: Registro de Simulacros Interplanetarios).