El último informe del Indec reflejó una baja en la pobreza a nivel nacional, ubicándola en un 38,1 % durante el segundo semestre de 2024. Pero para Vanesa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros de Córdoba, esa cifra no refleja la realidad diaria de miles de familias:
“Desde nuestro punto de vista, no hay nada para celebrar. Hoy a muchas familias les cuesta colocar alimentos en la mesa. Y lo que colocan, deja mucho que desear en términos nutricionales".
La ejecutiva fue entrevistada en el programa Punto y Aparte (Punto a Punto Radio 90.7). Allí detalló los cambios drásticos en los hábitos de consumo y alimentación que relevan periódicamente entre pequeños y medianos comercios barriales.
Menos carne, más menudos: radiografía de un cambio forzado
El informe de calidad alimentaria y hábitos de consumo elaborado por la entidad revela una transformación preocupante. En los últimos tres años, cayó de forma sostenida el consumo de cortes tradicionales de carne vacuna:
- 48 % en asado
- 37 % en molida
- 41 % en puchero
- 45 % en carne para milanesas y cerdo
En paralelo, se disparó el consumo de alternativas más baratas y menos nutritivas: “Creció un 139 % el consumo de menudencias vacunas como hígado y mondongo, y un 369 % el de alitas y menudos de pollo. Hoy se consume cinco veces más menudos de lo que recomienda el INDEC”, afirmó Ruiz.
La tendencia marca un reemplazo obligado en el plato cotidiano, con impacto directo en la nutrición.
Los lácteos también caen: “Estamos muy complicados”
Ruiz fue contundente al señalar el retroceso en el consumo de alimentos fundamentales para el desarrollo infantil y la salud general:
- La leche fluida cayó un 21 % en 2024, luego de haber bajado ya un 7 % el año anterior.
- La leche en polvo, un insumo básico para muchas familias sin refrigeración, cayó 33 %.
- Los yogures y quesos sufrieron recortes del 45 al 50 %.
“Acá estamos muy complicados, porque ya no hablamos sólo de cantidad, sino de calidad nutricional. Y eso tiene consecuencias invisibles que recién se verán a largo plazo.”
La fruta, cada vez más lejana: azúcar y mate cocido en ascenso
Además del retroceso en carnes y lácteos, el informe destaca otras señales de alerta:
- Aumentó 94 % el consumo de mate cocido
- Subió 23 % el de azúcar
- Cayó fuertemente el consumo de frutas frescas, reemplazadas por hidratos baratos como papa y cebolla.
En paralelo, el 45 % de las familias más humildes recortan al menos una ingesta diaria. No es una decisión voluntaria: es una estrategia de supervivencia.
Clase media: la migración silenciosa hacia segundas marcas
Ruiz también describió cómo la clase media alta ha cambiado sus hábitos de compra: “Ese segmento ha migrado a segundas y terceras marcas, especialmente en alimentos, pero sobre todo en productos de limpieza e higiene personal. Ya no hay margen para sostener el consumo como antes.”
En cambio, señaló que una minoría de clase alta incluso ha mejorado su alimentación, dejando harinas y priorizando proteínas. La brecha se amplía no sólo en ingresos, sino en salud alimentaria.
Inflación desacelerada, bolsillos vacíos: crítica al gobierno nacional
El gobierno de Javier Milei celebró la desaceleración de la inflación. Ruiz reconoce que los precios suben más lentamente, pero advierte que el costo social de esa estabilización ha sido altísimo: “Mostraron como bandera la baja de la inflación. Pero los indicadores sociales no acompañan ese éxito. Esa es la gran deuda pendiente".
Desde el Centro de Almaceneros midieron una inflación del 30,7 % en diciembre de 2023, muy por encima del 25,5 % informado en ese momento por el Indec. “Fue un fogonazo inflacionario, especialmente en alimentos. Y aunque el dólar bajó, los precios no bajaron. Están atados a valores anteriores”, denunció.