En un sector donde la sanidad animal es clave para mantener el estatus libre de aftosa y las exportaciones ganaderas, los laboratorios de vacunas protagonizan un enfrentamiento sin precedentes. La disputa enfrenta a las principales empresas nacionales, como Biogénesis Bagó, CDV y ACA, con Tecnovax, una firma que busca importar vacunas desde Brasil a menor costo.
Diego La Torre, CEO de Tecnovax, acusa a sus competidores de formar un monopolio que controla un negocio de 80 millones de dólares anuales, debido a la obligatoriedad de la vacunación antiaftosa en Argentina. Según La Torre, las vacunas brasileñas que buscan importar serían igual de eficaces y más económicas, pero los laboratorios nacionales bloquean la entrada bajo el pretexto de requisitos regulatorios.
Fiebre aftosa: guerra entre los laboratorios por la producción de la vacuna
Desde CDV, su gerente general Juan Roô refuta estas acusaciones y asegura que no existe un monopolio, sino un cumplimiento estricto de las normativas biológicas. “Esto no es un tornillo, son vacunas. Traer un virus inactivado al país requiere garantías de seguridad extremas, tanto aquí como en el mundo”, afirmó al medio Valor Agregado.
Respecto a las vacunas importadas, Roô señaló que no están en contra de la entrada de productos extranjeros, pero que es fundamental que cumplan con las mismas pruebas de seguridad que las locales. “Si quieren traer una vacuna de afuera, tienen que garantizar su eficacia con los mismos estándares que nosotros cumplimos. Es un virus inactivado que afecta la economía de todo el país si no se controla adecuadamente”, explicó.
Además, el gerente de CDV comparó la situación actual con lo ocurrido durante la pandemia de COVID-19 con la vacuna Sputnik. “Cuando nos saltamos los controles biológicos, la incertidumbre que generamos es enorme. No podemos permitir algo similar con las vacunas de aftosa porque un brote impactaría directamente en las exportaciones de carne y en el bolsillo del productor”, enfatizó.
El impacto en el productor ganadero
Mientras las empresas se enfrentan en los medios y en el ámbito legal, los productores ganaderos expresan su descontento por los altos costos. Algunos denuncian “precios abusivos” en las campañas de vacunación. Sin embargo, los laboratorios aseguran que el precio mayorista es razonable y que las fundaciones vacunatorias agregan costos adicionales por servicios de aplicación y logística.
“Nosotros vendemos la dosis a $1.100. Si los productores pagan más, es porque las fundaciones agregan costos logísticos. No controlamos esos precios ni participamos en las decisiones de las fundaciones”, indicó el empresario.
Por otro lado, Juan Roô advirtió sobre las posibles consecuencias económicas de relajar los controles: “Un brote de aftosa podría devastar las exportaciones de carne, una industria que genera más de 3 mil millones de dólares al año. Ya lo vivimos en 2001; no podemos permitir que se repita”.
La ciencia detrás de las vacunas
El debate también ha puesto en el centro de la escena las diferencias en los procesos de registro. Mientras Tecnovax argumenta que las pruebas requeridas son innecesarias, desde CDV y Biogénesis Bagó sostienen que cumplen con estándares internacionales y que las normativas argentinas son indispensables para garantizar la calidad y eficacia de las vacunas.
“Hay que escuchar a los que saben. Estas pruebas se realizan en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Corea del Sur. Tecnovax denuncia barreras regulatorias aquí, pero en otros países, como Nueva Zelanda, sus productos siguen en análisis tras 10 años”, concluyó Roô.
La salida de Tecnovax de la Cámara de Biotecnología, tras acusaciones de divulgar información falsa, y la escalada de declaraciones mediáticas reflejan un conflicto que trasciende lo comercial y toca aspectos regulatorios, económicos y éticos.
Finalmente, Roô insistió en la importancia de mantener la transparencia y la confianza en el sector. “El productor necesita tranquilidad para trabajar y no ser distraído con falsas polémicas. En un país que ha pasado por tantos desafíos económicos, lo último que necesitamos es sembrar dudas con información errónea”, concluyó.
Mientras tanto, el productor ganadero enfrenta un panorama incierto, entre precios en aumento y un debate que promete sumar nuevos capítulos en el futuro cercano.