El Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (Odsa-UCA), y Fundación Navarro Viola publicaron el informe del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores titulado ‘Desafíos y oportunidades en el envejecimiento: Un balance de la última década en la Argentina’.
La investigación concluye en que una de cada cuatro personas mayores se encuentra en situación de pobreza multidimensional. Esto significa que viven en hogares que presentan dos o más carencias en alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente saludable, educación, empleo y seguridad social.
En lo que respecta a sus capacidades económicas, surge una firme tendencia hacia el aumento de la inseguridad alimentaria que aumentó 4,9% durante la década que abarca desde 2013 al 2023, con respecto a mediciones anteriores. En el período pasó de afectar a 10,8% a 15,7% de los mayores de 60 años. Por otra parte, el estudio también considera los efectos pospandémicos.
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En este sentido, constatan que tres de cada 10 personas mayores perciben “tener comprometida su salud”. Sin embargo, las cifras en torno al ejercicio físico demuestran que las generaciones más jóvenes también presentan un gran porcentaje de déficit de práctica de actividad física. Sólo cuatro de cada 10 personas de generaciones más jóvenes la realizan.
La importancia de los vínculos
La vejez, como cualquier otra etapa de la vida, es heterogénea. Si bien el estado de salud es primordial, puede verse afectado por otros aspectos. Entre ellos, el vincular es importante. En el informe se afirma que “las personas mayores viudas reportan un peor estado de salud”. Pero esto se agrava cuando se relaciona con las condiciones sociales y económicas de esas personas. “La mayor vulnerabilidad socioeconómica, en particular el nivel bajo y muy bajo, duplica el riesgo de presentar problemas de salud, siendo el nivel muy bajo aquel con mayor peso.
Lo mismo sucede al contar con carencias en las dimensiones de derechos sociales. Al considerar las características individuales o del hogar que podrían influir en la salud, la situación conyugal cobra relevancia: ser viudo aumenta en un 30% las probabilidades de tener una mala salud. El vivir solo también repercute en la salud en la vejez, en un 50%", concluyen.
Tendencia hacia la infelicidad
En el estudio encontraron que hay una tendencia en aumento hacia la infelicidad, que trepó al 4,6% en los 10 años estudiados. Pero que se revierte si esas personas tuvieron mejores oportunidades educativas. No obstante, señalan que el aumento también se da en personas de otras generaciones. En mayores de 60 años como en las de otras generaciones, es de 25,1% en mayores vs 26,4% en los aún no mayores.
El grado de acceso puede predecir la manera en la que se vivirá la vejez, incluso en detrimento de la edad cronológica, al actuar como un factor protector. Las personas que tuvieron mayor acceso a la educación, tienen más herramientas para enfrentar su envejecimiento de manera saludable. Entendiendo que el envejecimiento saludable también incluye la salud mental y emocional, además de la física.
Políticas públicas enfocadas en la vejez
El aumento de la expectativa de vida y la baja en la tasa de natalidad implican que vamos hacia sociedades “envejecidas”. La esperanza de vida al nacer en Argentina indicaba en 2022 que es de 76 años. Para los investigadores, esto plantea un desafío a la hora de pensar políticas públicas no sólo para revertir la situación, si no también para cubrir las demandas que implican, entre ellas, mayor necesidad de un sistema sanitario acorde.