Perfil
CóRDOBA
DEFENSOR DEL PUEBLO

Sin plan B de De Loredo, Llaryora se planta como el “gran elector” en la vacante que deja Decara

Con plazo final el 3 de julio, Mario Decara nombrará a un adjunto, con la venia del PJ, para evitar la acefalía. El deloredismo quiere a Ochoa como número uno de la Defensoría, pero en el PJ no cuaja y la danza de nombres en el peronismo no se detiene.

29-6-2024-Mario Decara
. | LPO

Más allá de la intensa rosca política entre espadas peronistas y radicales en la Unicameral, todos los caminos conducen al gobernador Martín Llaryora. El mandatario levantará o bajará el pulgar ante el acuerdo histórico, que viene de tiempos de José Manuel De la Sota, de designar a un opositor en la Defensoría del Pueblo.

Los diálogos entre espadas oficialistas y referentes radicales estuvieron a la orden del día con miras al 3 de julio, fecha que pone fin al mandato de Mario Decara. A esto se suma la renuncia de Hugo Pozzi, su adjunto en la Defensoría. Ante el plazo fatal, Decara nombrará a un nuevo adjunto, con la venia del PJ, para evitar la acefalía. Según la versión aportada por un influyente radical, Decara tenía la firme intención de continuar en el cargo con el visto bueno del PJ, pero carecía de los avales de la UCR.

El nombre que aportó el deloredismo, a través de Marcos Ferrer, fue el del (ex) negrista Julio César Ochoa. Sin embargo, no le termina de cerrar al peronismo. Ahí estaría la clave de por qué el acuerdo está trabado. Desde el entorno de De Loredo advierten que “no hay plan B”.

En medio de la negociación, una voz radical advirtió que estuvo a punto de ingresar la propuesta de designación en la sesión del miércoles pasado, pero algo pasó que hizo desactivar la movida. Otras fuentes de ambos lados afirman que “no hay acuerdo”. Hacen falta 47 votos en la Unicameral para designar al nuevo Defensor.

En este marco, interlocutores válidos aportaron visiones diferentes. Uno de ellos consideró que podría haber novedades en los próximos días, mientras que un correligionario suyo desestimó esa posibilidad. Las negociaciones se retomarán después del receso invernal. Ambos radicales sí coincidieron en que “no habrá sesión especial” esta semana ante la falta de acuerdo. “Ese es el panorama hoy, mañana puede cambiar”, aportó por su parte un peronista. Lo único seguro en este caso es que Llaryora es el “gran elector” en la vacante que deja Decara.

El poder de la lapicera
En el mar de versiones y conjeturas, un boina blanca indicó que Decara le pidió a Pozzi que renuncie. De este modo, el titular de la Defensoría -sin chances de repetir– está facultado a nombrar un adjunto para evitar que el organismo quede acéfalo. Es decir, Decara ejercerá el poder de la lapicera hasta el último minuto de su mandato. 

En su momento sonó el nombre del peronista Francisco Fortuna para ese cargo, ahora lo anotan en el sur provincial a Juan Manuel Llamosas. No obstante, en los últimos días –tras la sesión del miércoles pasado– cobró fuerza otra versión que se escuchó en el radicalismo que involucra al PRO.

Dos radicales de distintos núcleos internos coincidieron en resaltar que esto rompe el acuerdo histórico que inauguró De la Sota. Según voces boina blanca implicaría detonar los pocos puentes que quedan en pie con el oficialismo. Otros le bajan el precio. Ahora bien, coinciden en un punto: si eso ocurre, la UCR entraría en una fase de fuerte oposición.

En el PJ lanzan la contraofensiva. “¿Y la oposición no rompe los acuerdos en la Unicameral?”, se le escuchó decir a un peronista con banca en la Legislatura. “¿El PJ por qué entregaría así nomás la Defensoría a la UCR?” es el otro interrogante que muchos se hacen en filas del oficialismo.

“Lo de Ochoa venía por un tubo hasta que se frenó el domingo”, tras la victoria del PJ en Río Cuarto, expuso un radical. “Ahí cambió la cosa”, dijo. Las miradas correligionarias apuntan a Llaryora, el gran elector.

En los comicios de la Capital Alterna, el gobernador apostó por Guillermo De Rivas, quien le sacó 13 puntos de ventaja a la alianza de la UCR y el juecismo. De este modo, el PJ retuvo el poder municipal y tendrá continuidad en la gestión del distrito clave en el sur provincial. “Llaryora tiene la espalda más ancha”, tiró al pasar un opositor.

En su contragolpe, un radical con varias elecciones sobre el lomo cuestionó: “Instaron a que la gente no vote. Pusieron la elección en un fin de semana largo”. A su vez, resaltó: “Había 138 mil electores habilitados y votó la mitad. De los que sufragaron, fueron 27 mil los que eligieron al PJ. De cada 10 lo votaron dos”.

¿Adjunto del PRO?
“Tengo mis serias dudas”, respondió un influyente dirigente que frecuenta la Casa Radical ante la consulta de si el PJ respetará el acuerdo histórico. En línea con el razonamiento de un par radical, la fuente centró su mirada en el PRO.

El boina blanca conjeturó que las abstenciones de los amarillos en la sesión de la Unicameral por la Cuenta de Inversión 2023 serían retribuidas con el defensor adjunto, al menos por un tiempo. Decara dejaría como segundo a cargo de la Defensoría a un hombre de ese espacio. De igual modo, un correligionario que abonó esta versión sostuvo que la vicegobernadora quiere a un amarillo en ese puesto pero remarcó que “esto cambia día a día”

Más macro
En el mar de fondo de la rosca política, un radical con acceso a los principales despachos de la bancada UCR señaló que el PJ pidió “un acuerdo político más macro” que no sólo implica el sillón de la Defensoría, sino también la vocalía vacante del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), entre otros puntos. “Hay que hacer un acuerdo grande”, aportó una voz de la primera minoría que se refirió al requerimiento peronista. “Hay cosas que hay que atarlas”, dijo el interlocutor.

Para designar al nuevo Defensor del Pueblo hacen falta 47 voluntades a favor en la Unicameral (2/3 de los votos). En medio de la marcada paridad y la exigencia que fija la norma, el PJ necesita un acuerdo con la UCR y viceversa. Como no se llega a ese número para el acuerdo, Decara -con el visto bueno del PJ- dejaría a un adjunto del PRO. Con lo cual, el peronismo exhibiría sus señales de no tener apuro de investir al número uno del organismo. Esa es la tesitura que sostienen espadas radicales.

En filas oficialistas manifestaron que la decisión de quién se sentará en el principal sillón de mando de la Defensoría “es exclusiva del gobernador” y, a su vez, rechazaron el supuesto pedido del PJ de “un acuerdo macro” a los radicales.

“Es una decisión pura y neta del gobernador”, dijo un peronista interiorizado en el tema. Por ahora, no hay señales inequívocas de El Panal, aunque esto puede cambiar de un día para el otro, advirtieron desde ambas partes interesadas. El radicalismo ya aportó el nombre de Ochoa para sellar el entendimiento.

Por otro lado, desde el PJ desmintieron lo del “acuerdo macro” que se escucha en voces de la UCR. “Eso es fuego de artificio. No tienen nada que ver el vocal del TSJ”, aportó un oficialista. Asimismo, abonó el escenario de revisar el tema Defensor después de las vacaciones. “Hasta hoy es después del receso”, expresó. Sin embargo, aclaró: “Todo puede pasar”, al mantener el clima caliente en torno a las expectativas de propios y extraños.