Varias Salas Cuna en la ciudad de Córdoba, que forman parte de la red provincial gestionada por el Ministerio de Desarrollo Social, atraviesan una grave crisis económica debido a la falta de fondos desde hace cuatro meses. Esta situación obligó al cierre de algunas de estas instituciones y dejó a niños y niñas sin alimentos básicos, como leche y almuerzo.
Las Salas Cuna afectadas, que mayoritariamente operan en zonas vulnerables, atienden a niños de hasta tres años, cuyas familias dependen de estos espacios para su alimentación y cuidado. La falta de recursos ha generado deudas con proveedores y atrasos en los salarios del personal, lo que agrava la situación.
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Las organizaciones que administran las salas afirman que han cumplido con los requisitos legales, pero culpan a la burocracia por la demora en la liberación de los fondos. El Ministerio de Desarrollo Humano, por su parte, reconoce que siete salas están enfrentando problemas debido a trámites incompletos ante la Inspección de Personas Jurídicas (IPJ), publicó La Voz.
Representantes de varias Salas Cuna, como "Casa Pueblo Sur" y "Hormiguitas Viajeras", han manifestado su desesperación ante la falta de respuesta efectiva. Señalan que, sin los pagos, han tenido que suspender servicios esenciales, como la provisión de alimentos, y reducir el personal al mínimo.
La situación es particularmente crítica en zonas como barrio General Savio, donde la sala "Alma Mía" tuvo que cerrar temporalmente en julio. A pesar de haber reabierto, ahora apenas pueden ofrecer una merienda básica a los 49 niños que asisten, sin poder proporcionarles una alimentación adecuada.
Además, la incertidumbre afecta a otras Salas Cuna, como "Belén" y "Pancitas Felices", que no han recibido fondos desde mayo y junio, respectivamente. La imposibilidad de mantener los espacios y la falta de insumos han llevado a que varias instituciones reduzcan su operación al mínimo o incluso cierren temporalmente.
En la provincia de Córdoba, más de 500 Salas Cuna dependen de la red provincial, asistiendo a unos 20.460 niños. Sin embargo, la demora en la entrega de fondos ha puesto en jaque a estas instituciones, generando una situación de precariedad que afecta directamente a las familias más vulnerables.