En el juego “de peso y contrapeso”, el alineamiento opositor de Encuentro Federal (EF), Unión por la Patria (UxP) y los “radicales sin peluca” exhibió fortaleza ante el dictamen de mayoría sobre la reforma que limita el poder de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que dicta el titular del Poder Ejecutivo. El oficialismo intentó bajarlo, pero se topó con la firme negativa.
La oposición tiene los votos para darle media sanción en una próxima sesión especial al despacho que responde al texto original -con algunos cambios- del amarillo cordobés Oscar Agost Carreño. En medio de una fuerte pulseada, en paralelo al Presupuesto 2025, el poder libertario objetó la movida “desestabilizadora”. En su contragolpe, adelantó el escenario: el veto de Javier Milei.
El reclamo de La Libertad Avanza (LLA) pasa por “el cambio de reglas de juego” a mitad del partido. Desde el núcleo opositor chicanean con que “Milei defiende la ley de Cristina” y sostienen que el poder libertario tiró “más de la cuerda” con una serie de DNU que “no son de urgencia” y el mega DNU 70/23 que modificó hasta el Código Civil.
Ante la crítica de que la movida opositora busca limitar el poder de Milei de gobernar por DNU, voces opositoras argumentaron que la reforma no fue pensada en base al gobierno de LLA, aunque fue el libertario quien “les dio la excusa”. “Es una ventana de oportunidad para empezar a cumplir con la Constitución. El presidente que venga también va a ser de minoría y le puede pintar ser déspota, sea quien fuere”, lanzó un interlocutor del arco opositor. “Esta oportunidad no la podemos perder porque Milei se queje”, aseveró.
La reforma, en base al sistema brasileño, invierte la lógica que impera hasta el momento. La responsabilidad en el accionar la tendrá el presidente si quiere que quede firme un DNU. Para ello, deberá conseguir su ratificación por ambas cámaras en un plazo de 90 días y, al mismo tiempo, que ninguna cámara se lo voltee. “Tiene que haber mucho diálogo con el Congreso”, resumió una fuente calificada.
La foto de hoy en Diputados es que están los votos para introducir los cambios a la ley que rige los DNU y así, luego, pase al Senado. El núcleo opositor evalúa la fecha para pedir la convocatoria a sesión especial por este tema en medio de la otra discusión abierta por el Presupuesto 2025. “Esto sirve para tenerlos contra las cuerdas y que se entreguen un poco en el presupuesto”, aportó un opositor.
Ahora bien, existe la posibilidad de que en el medio de la pulseada el gobierno haga política y le corra un poco el arco a la oposición dura. Si las circunstancias lo permiten, los federales junto a ala dura K pedirán sesionar en la segunda semana de noviembre. No antes porque el poder libertario tiene el foco puesto en la elección presidencial de los Estados Unidos.
Defensa con tonada
En un mensaje dirigido al poder libertario, Agost Carreño afirmó que “si nosotros no cambiáramos la ley, cuando venga un nuevo presidente las cosas buenas que hizo Milei te las desarma con un mega DNU el primer día de gobierno”. “Eso es malo”, resaltó. En tono crítico, el amarillo federal señaló que en el abuso que “se hace de la ley de Cristina, que estamos modificando y que Milei defiende, no se cumple con la Constitución porque no hay ni necesidad ni urgencia”.
“Se utiliza hasta para cambiar el nombre de un edificio público (por caso el Centro Cultural Kirchner). Para cumplir con la Constitución y que haya necesidad y urgencia tenemos que cambiar la ley”, sentenció.
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El schiarettista Carlos Gutiérrez defendió la modificación a la ley 26.122. Al respecto, opinó: “El kirchnerismo evadió al Congreso porque no podía construir mayoría como una práctica habitual. Y este gobierno, si bien ha enfrentado situaciones graves, manda el decreto 70/23 con 366 artículos. Ahí había un montón de cuestiones que nada tenían que ver con la necesidad y la urgencia”.
“Ni avanza ni limita el poder del presidente”, enfatizó el peronista federal. “Es poner a éste y a cualquier presidente en caja respecto a de lo que manda la Constitución y las leyes que le otorgan a la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo esas facultades que son del Congreso”, argumentó ante la necesidad de la reforma.
Desde el bloque K, Gabriela Estévez, rechazó que la iniciativa implique “limitar” el poder del Presidente de gobernar por DNU, sino que se busca “fortalecer el poder de control del Legislativo”, dijo y acentuó: “No se trata de una reforma ‘contra Milei’ sino una reforma que busca considerar la nueva composición de la política nacional” que exhibe representaciones políticas que no logran más del 30-40% de los votos en las elecciones. “Es por esto que la anterior concepción, que dejaba implícito que el Ejecutivo contaba con una representación suficiente en el Legislativo como para sostener sus iniciativas legislativas, ya no puede considerarse la norma”, definió.
Bornoroni: “son golpistas”
El jefe del bloque LLA, Gabriel Bornoroni, salió con los tapones de punta, al enfatizar que “los que quieren cambiar las reglas de juego son golpistas”. Así cargó duro contra los opositores de EF, UxP y los radicales “rebeldes” que fogonean esta reforma a diez meses de haber asumido el gobierno de Milei.
Frente al accionar opositor, la espada libertaria retrucó: “Ahora que el presidente Milei está utilizando esta norma, con la menor cantidad de decretos que los gobiernos anteriores, le quieren cambiar las reglas de juego los mismos que en su momento la hicieron a la ley”. Para el titular de la bancada de LLA, esto “genera una distorsión de la realidad nunca visto”. “Personalmente, creo y apoyo al presidente para que si estas modificaciones persisten vayan al veto”, remató el libertario cordobés.
Sobre el escenario configurado, el oficialismo denunció que esta reforma apunta a “desestabilizar” al gobierno. En su avanzada, el arco opositor arremetió: “Es el primer presidente de la historia que modifica códigos con un DNU o te saca un mega DNU”, en alusión al 70/2023. También es al primero que el Congreso le rechaza un DNU, el de los fondos reservados de la SIDE.