Hace siete meses que la pequeña localidad de Chalacea (departamento Río Primero), en el norte cordobés, exhibe con orgullo ser el primer pueblo belgraniano de la provincia de Córdoba, una designación que reconoce el paso del general Manuel Belgrano por allí el 27 de febrero de 1819, cuando bajaba desde Tucumán hacia Villa de los Ranchos (hoy Villa del Rosario) para combatir a los sublevados contra el gobierno central.
Este pueblo que hoy tiene 180 habitantes, por entonces era un paraje. Está ubicado a 140 kilómetros de la Capital sobre el antiguo Camino de las Tropas, una vía alternativa al Camino Real, por el que circulaban los ejércitos patriotas y destacados protagonistas de la historia nacional: Belgrano, San Martín, Lamadrid, Paz, Bustos, entre otros.
Allí, en un cuartel móvil, Belgrano firmó un parte de guerra para enviar al director Supremo Juan Martín de Pueyrredón.
“Belgrano es requerido a fines de la década de 1810 por el gobierno central para empezar a reprimir los levantamientos de los caudillos. Los historiadores, los llamamos ‘proto caudillos’”, explica el historiador Carlos Ferreyra, director del Museo La Posta de Sinsacate y del Museo de la Estancia Jesuítica de Jesús María.
Por entonces asomaban las primeras guerras civiles y levantamientos que mostraban signos de descomposición del Estado argentino surgido de la Revolución de Mayo. Aparecían los precursores de los caudillos que dominarían el espectro político a partir de 1820.
En esas circunstancias, el general Belgrano informó desde Chalacea a Buenos Aires que “las fuerzas del orden” (Bustos, Paz y Lamadrid) habían ganado la batalla de La Herradura –cerca de Villa María– a los “anarquistas”, en referencia a los caudillos federales.
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Marcela Vaca, maestra de la escuela primaria Dr. Arturo Capdevila de Chalacea detalla que cuando el general Bustos doblega a los insurgentes, envía a un chasqui a avisarle al general Belgrano para que, a su vez, reportara la noticia de lo sucedido a Pueyrredón. “Este chasqui lo encuentra en Chalacea. El pueblo no estaba, era una pedanía un poco más al sur de Chalacea. Ahí redactó el informe de combate”, cuenta Vaca, que participó de manera activa de la investigación y búsqueda de la documentación histórica.
En el parte de combate escrito sobre un papel con el sello de la Corona aparecen los detalles de la contienda. La noticia llegó a Buenos Aires el 11 de marzo. Ferreyra indica que, probablemente, Belgrano, ya enfermo, paró por algunas horas o quizás días en la zona. El 26 de febrero, había mandado notas desde el Puesto de Sejas, a unos 50 kilómetros al norte. Belgrano murió en 1820.
Belgraniano por ley
La referencia al documento histórico que nombra a Chalacea aparece en 1974 en una publicación de la Academia Nacional de Historia (ANH) sobre partes de batallas de las guerras civiles argentinas. La información fue rescatada por la historiadora cordobesa Marcela González en un libro sobre la vida del general Bustos. Ese dato interesó a Ferreyra y a las autoridades comunales de Chalacea, quienes iniciaron la búsqueda de los documentos.
El original, firmado por Belgrano en el “Quartel General en Chalacea” el 27 de febrero de 1819, se encuentra en el Archivo General de la Nación y fue provisto por el Instituto Nacional Belgraniano. “Conseguimos que esos originales fueran escaneados y enviados a la comuna”, cuenta Ferreyra.
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Manuel Belgrano, presidente del Instituto Belgraniano y chozno del general Belgrano, explica a Perfil Córdoba que no existe una estadística nacional de pueblos declarados belgranianos. Sólo acreditan esa distinción la ciudad General Belgrano en la provincia de Buenos Aires –fundada al provincializarse la Capital Federal y hermanada con Oneglia (Liguria, Italia) donde nació el padre de Belgrano– y Chalacea, en Córdoba.
“Chalacea es uno de los pueblos en los que está totalmente documentado el paso de Belgrano; hay un oficio de él escrito desde allí”, confirmó Manuel Belgrano, presidente del instituto.
Con esa documentación en mano, la legisladora provincial María del Rosario Acevedo presentó el proyecto de ley que fue aprobado (Ley N° 10.971) el 19 de junio del año pasado, un día antes de la conmemoración del Día de la Bandera. “Cuando me plantearon lo de Chalacea hace un año, me pareció muy interesante, sobre todo porque nosotros desde el Instituto Nacional Belgraniano estamos trabajando para hacer la ruta belgraniana en todos los caminos que transitó Belgrano en su momento”, apunta Belgrano.
El presidente comunal de Chalacea, Néstor Inga, asegura que es un gran orgullo ser el primer pueblo belgraniano de Córdoba. “Es un hecho muy importante. Impacta pensar que Manuel Belgrano caminó por donde hoy está la escuela”, piensa. El próximo paso –anticipa– será acondicionar una sala para exhibir las copias del documento que los enorgullece. “Es trascendente. Al departamento Río Primero le hacía falta una noticia así; entramos en la historia argentina”, concluye Marcela Vaca.
Chozno de Belgrano frente al Instituto Belgraniano
Manuel Belgrano es el presidente del Instituto Nacional Belgraniano. Es quinta generación: chozno directo del general Manuel Belgrano por la línea de su hija Manuela Mónica.
El apellido Belgrano lo lleva por su bisabuelo, que se casó con la nieta del general Belgrano, Flora Vega de Belgrano. Manuela Mónica se casó con un sobrino de ella por parte de una hermana del general: Manuel Vega Belgrano. De tres hijos que tuvo la pareja –es decir, los nietos del general Manuel Belgrano– Flora es la única que tuvo descendencia. Flora se casó con su primo y sobrino nieto de Belgrano por parte de un hermano, Juan Carlos Belgrano. Ahí se recuperó el apellido Belgrano de esta línea genealógica.
Es decir, que el presidente del Instituto desciende de Belgrano, de una hermana y de un hermano Belgrano. “Desciendo de tres hermanos”, resume Manuel Belgrano, para quien es un honor y un orgullo pertenecer a esta familia.