La Policía de Córdoba comenzó en marzo de este año un relevamiento del delito no denunciado. Es lo que comúnmente se denomina “la cifra negra”.
PERFIL CÓRDOBA consultó a la comisario Claudia Salgado, subjefa de la Policía cuál es el delito que más preocupa. “El arrebato en la vía pública porque es el que no se denuncia”, respondió.
No aparece en los números que se comunican o lo hace en escuetas dosis y, sin embargo, expresa en forma clara la desazón de las víctimas y alimenta el descreimiento ciudadano en la policía. No se denuncia el arrebato de una cartera, un teléfono, mochilas, elementos poco suntuosos pero esas experiencias lastiman la confianza en la policía. Ahí está el núcleo de la sensación de inseguridad.
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Por más que se multipliquen los procedimientos y las autoridades policiales muestren resultados positivos, la experiencia propia o cercana de alguien que sufrió un robo aumenta la vulnerabilidad y la desconfianza. El reclamo a la Policía es que haya más y mejor prevención, que no llegue tarde, después del delincuente.
Para ponderar de qué se trata el fenómeno, la Dirección de Estadística y Análisis del Delito, a cargo de la comisario inspector Claudia Bini, lanzó un programa que abarcará la ciudad de Córdoba y el Gran Córdoba y que consiste en encuestar a ciudadanos para saber si pasaron por la experiencia del delito. Comenzó en 10 barrios donde se hicieron 6.000 encuestas.
El relevamiento se realiza sobre una muestra representativa de los barrios. Los resultados serán ponderados.
El cuestionario indaga a las personas sobre:
Si fueron víctimas y denunciaron
Si fueron víctimas y no denunciaron
Si no fueron víctimas y tienen temor a serlo y se sienten vulnerables.
A medida que se avanza en la recolección de datos de campo, se van confeccionando mapas más completos de lo que se conoce como “mapa caliente”. Los puntos rojos identifican corredores, sectores, barrios con alta ocurrencia de delitos. Los puntos azules, en cambio, son los lugares donde hubo delito pero no se denunció, la cifra negra.
Se habla de arrebatos en este último caso porque los robos domiciliarios y los de automóviles sí se denuncian e ingresan al sistema estadístico porque es un requisito para tramitar la reparación de los seguros.
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Hasta ahora sólo cinco personas salieron a entrevistar a ciudadanos, bajo las directivas de Bini. Ese número se incrementará porque 40 cadetes y aspirantes se sumarán en breve.
Con el refuerzo para la recolección de los datos, las autoridades estiman tener nuevos y más completos mapas de delito en tres meses. Permitirán conocer cómo se va presentando la inseguridad según los horarios, calles, espacios y las características urbanas de cada sector.
La aspiración es planificar la prevención con mayor exactitud y eficacia.
La recolección y análisis de datos es auspicioso. Es un primer paso certero, metódico, para descubrir lo que hoy se intuye pero no se conoce con claridad.
Es esperable que la herramienta sirva para una planificación inteligente que demuestre a la ciudadanía que la Policía puede llegar antes y no después de que se produjo el delito.
