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CONTINÚA DETENIDO

Por presunto abuso sexual elevan a juicio la causa contra un médico del Sanatorio Mayo

La Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual a cargo de Juan Ávila Echenique formuló la acusación contra el nefrólogo Abel Calles. La gravedad de los hechos denunciados radica, además, en que ocurrieron en un consultorio del nosocomio. La Justicia cree que es uno de sus dueños.

Sanatorio Mayo
EN EL CONSULTORIO. Según la acusación, los presuntos abusos habrían ocurrido en el interior del Sanatorio Mayo. La Justicia sospecha que Calles es uno de sus dueños. | Cedoc Perfil

El fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual del 1er turno, Juan Ávila Echenique, concluyó la instrucción y elevó a juicio por presunto abuso sexual con acceso carnal al médico nefrólogo y especialista en Medicina Legal, Abel Darío Calles, en perjuicio de un paciente a quien atendió en su consultorio del Sanatorio Mayo.

La denuncia fue presentada por la presunta víctima a comienzos de febrero de este año. Refirió que acudió al nosocomio por una dolencia en sus riñones que acarreaba desde hacía tiempo y que fue derivado por la ART que tiene cobertura en su ámbito de trabajo.

Según el relato del denunciante, Calles lo atendió en tres oportunidades entre septiembre y noviembre del año pasado. Durante la última consulta, el paciente grabó la situación con su teléfono y es una de las pruebas que aportó a la justicia. Por tratarse de delitos que afectan la intimidad no es posible conocer los episodios narrados ni menos aún los detalles.

Calles se encuentra detenido desde el 15 de febrero de este año, con prisión preventiva confirmada por el juez de Control, Pablo Agustín Cafferata. La acusación es por presunto “abuso sexual gravemente ultrajante –un hecho– y abuso sexual con acceso carnal en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante reiterado –dos hechos–, todo ello en concurso real”.

Si bien todas las causas por violencias sexuales son graves por afectar la integridad física y dejar secuelas psicológicas en las víctimas, este caso reviste particularidades.

Las situaciones de abuso se habrían producido en el interior del consultorio médico. El legajo del profesional no fue encontrado cuando se hizo el allanamiento al sanatorio porque, deducen en la Justicia, Calles es uno de sus dueños. Esto indicaría un fuerte indicio de poder.

Este medio indagó en la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas y su nombre no figura en el Órgano de Administración, pero no fue posible conocer la integración de la sociedad propietaria del centro asistencial.

En su defensa, cada vez que el acusado declaró negó su participación en los hechos por los que está imputado. Dijo que hubo encuentros consentidos en su consultorio y que el paciente que se presenta como víctima lo extorsionó para obtener réditos materiales. Esa acusación es motivo de otra investigación, radicada en la Fiscalía del Distrito 1 Turno 2.

Independientemente, el fiscal Ávila Echenique consideró que las pruebas obtenidas en la causa permiten sostener la acusación con el grado de certeza que se requiere en la primera etapa del proceso.

En los casos de abuso sexual, la jurisprudencia le da mucha importancia al relato certero y congruente de la víctima y también a los informes periciales psicológicos, cuando aparecen indicadores de victimización sexual. Es posible advertir en damnificados por hechos de abusos actitudes paralizantes, impotencia y pasividad luego de experimentar la violencia sexual. Es también común que presenten cuadros de estrés postraumático.

Por qué continúa detenido. Oportunamente, la detención fue analizada por el juez de Control quien rechazó los planteos que había hecho la defensa afirmando que si el denunciante hubiera padecido los hechos que relató, no habría regresado a una segunda y tercera consulta con el médico. Tampoco avaló la consideración de que, por ser hombre, debió necesariamente reaccionar con violencia ante el supuesto ataque sexual.

Consideró que la pena a la cual se expone, en caso de condena, supera los cuatro años de prisión y también signos de mendacidad en sus declaraciones de domicilio. Dijo residir en una vivienda y luego encontraron que tenía otro departamento y la casa de su exesposa. Al presumir un arraigo disminuido, el juez consideró que debía permanecer preventivamente en prisión.

Pero, quizás, lo más determinante fueron las actitudes que tuvo él y su hijo hacia la víctima. Calles intentó desapoderarlo del teléfono celular con el cual lo había grabado y su hijo también intercedió para que borrara las imágenes, ofreciendo o cediendo –eso lo determinará la investigación paralela por presunta extorsión– la entrega de dinero o bienes.

En síntesis, el juez ponderó que podría incidir negativamente en la víctima y en testigos en caso de permanecer en libertad.

Hay un detalle no menor. Cuando el fiscal Ávila Echenique tomó las primeras medidas probatorias y se decidía a ordenar su detención, Calles se internó voluntariamente en una clínica de salud mental. Dijo que había padecido episodios graves que lo afectaron y por esa razón se internó, pero no informó esta situación a la Justicia.