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Pigna: “La sociedad argentina se encuentra en un nivel de violencia muy peligroso”

El reconocido historiador desembarcó en Córdoba para disertar en una charla en la que se analizó para qué sirve el Estado. Considera que el Estado es imprescindible y que es una pieza clave en países desarrollados como Estados Unidos o Japón que pregonan el libre mercado. En cuanto a la realidad argentina, considera que nunca en la historia hubo un presidente como Javier Milei.

Pigna 8-12
MIRADA. | Fino Pizarro

El historiador Felipe Pigna desembarcó en Córdoba para disertar sobre uno de los temas de los que más se habla y se debate desde que asumió la presidencia Javier Milei: “¿Para qué sirve el Estado?”.

El encuentro organizado por el Sindicato Petrolero de Córdoba (Sinpecor) se llevó a cabo en la Sala Mayor del Hotel de la Cañada y allí el escritor brindó su visión sobre el rol, evolución y desafíos del Estado argentino.

En ese marco, Pigna dialogó con Perfil Córdoba y dejó algunas reflexiones analizadas desde una perspectiva histórica, en el marco de un año que ya transita su última etapa y el cual ha sido verdaderamente frenético en materia política.

“Este ha sido un año muy intenso, cargado de emociones, idas y vueltas. Atravesamos un cambio de época, con discursos políticos muy fuertes y con un sector de la sociedad que se corrió a la derecha. Hay un componente ideológico muy fuerte en la gente y vivimos también un cambio de época en donde se han puesto en duda algunas causas que parecían ya saldadas en la sociedad argentina como los derechos de género, los derechos humanos, entre otros", aseguró Pigna.

–Esta situación particular parece no ser propiedad exclusiva de nuestro país, sino que se da en diversos países del mundo. ¿Cómo lo explica?

–Es así y creo que es un fracaso de la social democracia y del discurso de la modernidad, de la pseudo igualdad, que la gente no entendió bien. Hubo errores en discursos del progresismo, que uno coincide en sus enunciados pero – evidentemente– sus prácticas no fueron las mejores.

–El título de su charla se pregunta para qué sirve el Estado. Esta pregunta se da en el marco de una gestión nacional que busca achicar al máximo sus componentes. ¿Qué reflexión le merece este tema?

–Creo que en la sociedad no hay una claridad sobre lo que es el Estado y hasta dónde llega. Sin dudas hay muchos errores cometidos con anterioridad, vinculados a un mal manejo del Estado, al manejo discrecional de fondos estatales y gente que no se siente bien tratada por ese Estado que sostiene con sus impuestos. Entonces un alto porcentaje entiende que la inexistencia del Estado es una solución, sin saber el alcance que realmente tiene esta entidad. Sin entender que el Estado significa curarse, estudiar, jubilarse. Son reacciones de bronca, calenturas. Estos son tiempos sin mucho lugar para el análisis, pero el Estado es imprescindible. Las grandes sociedades desarrolladas son tremendamente estatistas y lo vemos en países como Estados Unidos o Japón. Pregonan el libre mercado, el capitalismo, pero allí el Estado no se retira en absoluto. El aparato bélico también es el Estado, hay que entender lo que es el aparato bélico estadounidense, alemán, francés o israelí. Obviamente aquí hay que mejorar al Estado.

–¿Cómo debería ser para usted ese Estado?

–Tiene que ser un Estado reformado, vaciado de vicios, con servicios de calidad, con una plantilla pública de empleados eficientes. Que haya que reformarlo no significa que haya que eliminarlo. Si hay duda sobre la entrega de medicamentos, no se puede dejar de darlos, porque eso no es una solución, sino que es cruel, lo debes mejorar. Todas las teorías de eliminar el Estado fracasaron. Se intentó practicar en la Barcelona de 1936 cuando los anarquistas llegaron al gobierno que finalmente terminaron aceptando las reglas de que el Estado no puede desaparecer. Es casi la única experiencia de intento de desaparición del Estado. Una corriente totalmente opuesta a la del actual Presidente ya que eran de extrema izquierda, aunque Milei también se dice anarco, pero anarcocapitalista.

–¿Hubo en la historia algún presidente con las características de Javier Milei?

–No. Es algo muy disruptivo, muy diferente a todo lo que tuvimos. Él se quiere parecer a Menem en algunas cosas, pero son muy distintos. Principalmente creo que en los 90 no había tanta carga ideológica tan fuerte. Menem además tenía una forma de hacer política muy distinta a la de Milei.

–Este año parecen haberse potenciado los discursos violentos, principalmente en el marco de las redes sociales. ¿Cree que esa tendencia puede acelerarse o tal vez puede frenar un poco de alguna manera?

–Espero que afloje, porque hemos llevado a la sociedad argentina a un nivel de violencia muy peligroso, algo que se ve en las redes sociales, pero también en la calle y no creo que nos conduzca a nada bueno.

 

“El cordobesismo dio buenos resultados”

Si bien Pigna es nacido en Mercedes (Buenos Aires) y criado en Azul, tiene un vínculo sentimental con Córdoba. Los múltiples viajes de su padre como gerente de Sadaic hicieron que pase un año de su infancia en esta ciudad, más precisamente en un chalet en el corazón del Cerro de las Rosas en la década de 1960. El historiador también aportó su visión sobre el perfil del voto cordobés y el apabullante resultado conseguido por Javier Milei en las últimas elecciones: "Creo que tiene que ver con errores gravísimos cometidos por el peronismo, respecto a la discrecionalidad con que el Gobierno nacional se había manejado con Córdoba”, indicó. “Hay también una forma de gobernar, un cordobesismo, que le dio buenos resultados, como forma de construcción política distinta", comentó. Y agregó: "El de las elecciones nacionales de 2023 entiendo que fue un voto bronca más que un voto a favor en Córdoba, el cual aquí se acentuó por el conflicto histórico con el kirchnerismo. Las explicaciones del voto son difíciles pero puedo aventurar esa respuesta. Es una explicación en términos históricos, pero son conductas sociales difíciles de responder", completó Pigna.