El domingo 3 de febrero de 2019, Francisco Catalano, al volante de un Volkswagen Vento, y Álvaro Sánchez Pulgar, conduciendo un Peugeot 208, fueron protagonistas de una picada fatal en el Camino Intercountry, en el barrio Villa Warcalde.
Durante la carrera, María Grazia Costanzo, de 19 años, y Federico Cariola, de 22, fueron expulsados del Vento cuando el vehículo volcó, lo que les causó la muerte.
En julio de 2020, ambos conductores recibieron sentencias de 3 años y 8 meses, y 3 años y 2 meses de prisión efectiva.
Cinco años después, la justicia emitió una nueva condena contra Catalano, ordenando que pague una indemnización de 400 millones de pesos a los padres de Grazia Costanzo, quien falleció en el trágico accidente.
El hecho
El accidente ocurrió después de que Catalano, junto a tres jóvenes más, decidiera desafiar a otro automovilista, Álvaro Manuel Sánchez Pulgar, en una carrera a alta velocidad. A bordo de un VW Vento, el grupo circulaba a 140 km/h, una velocidad muy superior a la permitida de 60 km/h en ese tramo de la carretera. Durante el trayecto, Catalano también manejaba bajo los efectos del alcohol, con una graduación alcohólica de 76mg %, a pesar de las advertencias de las pasajeras para que redujera la velocidad.
El choque se produjo cuando los vehículos llegaron a una rotonda cerca de la entrada del barrio Lomas de La Carolina, donde el conductor del Volkswagen perdió el control, se estrelló contra unos postes de madera y el coche comenzó a dar vueltas. Como resultado del impacto, dos de los ocupantes del asiento trasero, María Constanzo y Federico Cariola, fueron expulsados del vehículo y perdieron la vida tras caer sobre la vía pública.
Desprecio a la seguridad
En la sentencia, el juez Héctor Daniel Suárez subrayó que la conducta de Catalano no fue "un mero incumplimiento a una norma reglamentaria, sino del apartamiento consciente de los claros mandatos de la ley, despreciando la seguridad de los acompañantes, de la suya propia, y de ocasionales usuarios de la vía pública".
En su reflexión, Suárez comparó el estado del tránsito urbano actual con un "juego de ruleta rusa", señalando que, debido a la constante violación de las normas viales, tarde o temprano, "un conocido, amigo, familiar, o uno mismo se encontrará con la bala en la recámara".
Además de la indemnización, la sentencia impuso a Catalano la obligación de tomar cursos sobre seguridad vial. Estos cursos, que deberán ser realizados de manera presencial en instituciones como Luchemos por la Vida, la Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial, la Fundación Conducción Consciente o en la Municipalidad de Córdoba, deben completar al menos diez horas cátedra.
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Por su parte, la sentencia también instó a las autoridades locales, como la Policía de la Provincia de Córdoba y el municipio de Córdoba, a intensificar los controles de alcoholemia y velocidad en áreas donde comúnmente se realizan este tipo de picadas y otras actividades riesgosas.
"El precio que se paga por la movilidad sigue siendo demasiado alto", agregó el magistrado.