Era el año 1945 y “Manucho”, como le conocían en el ambiente literario, estaba en Europa. El diario La Nación, con quien colaboraba, le había pedido que cubriera la entrega de los Premios Nobel: ese año se lo entregaban a Gabriela Mistral.
Él se había comprado unos zapatos de charol y estaba muy contento con el atuendo que había elegido para la ocasión, pese a que la nieve y el frío habían hecho que llegase empapado a la ceremonia en la que, además, entregaban el Nobel de Medicina a Alexander Fleming (que había descubierto la penicilina en 1928).
El parecido del escritor con el científico era considerable y se prestaba a confusión. Tanto, que en el lobby y los ascensores del hotel lo confundían con Fleming y le pedían autógrafos.
Al principio él pensó en negarse pero encontró tan divertida la situación que firmó el primer autógrafo. Inmediatamente se encontró rodeado de personas que querían también un autógrafo del falso Fleming y Manucho los repartió sin reparos. No solo eso, a más de uno le escribió dedicatorias que decían: “la penicilina salvará al mundo”.
Años más tarde, Fleming (el auténtico) viajó a Buenos Aires y coincidió con el escritor en una cena. A Manucho le pareció que era tiempo de contarle al médico lo que había hecho y Fleming, lejos de molestarse, le agradeció aquel acto disparatado ya que ese día, según sus propias palabras, se le había cansado la mano de tanto firmar autógrafos.
Esta anécdota pinta de cuerpo entero a un personaje atrapante, mordaz y -según quienes lo conocieron- muy seductor. Un escritor que en 1969 decidió mudarse con su familia a Cruz Chica, a una casona estilo colonial diseñada por León Dourge: ‘El Paraíso’.
En El Paraíso -convertido hoy en una casa museo que atesora todas sus pertenencias- se fueron acumulando no solo los borradores de obras literarias fundamentales para la literatura sino también una gran cantidad de objetos exquisitos y obras de arte que el escritor fue coleccionando a lo largo de su vida.
Sin embargo, hechos lamentables ocurrieron durante los 2000 en la casa museo y muchos objetos de su colección desaparecieron; incluso manuscritos, entre ellos la primera novela que escribió a los 14 años en francés, dedicada a su padre y encuadernada por su madre.
En este sentido, en el sitio de la Fundación puede leerse: “La presidenta actual, Ana Mujica, hija del escritor, fue nombrada en agosto de 2007 por la Interventora de la Fundación, Lucía Pravia, luego de la clausura judicial tras la denuncia del Intendente de La Cumbre por irregularidades. El proceso tramita en los tribunales de Cosquín. Interpol tiene fotografías facilitadas a su pedido por la Fundación de objetos faltantes como el importante Niño Dios de pie de marfil del siglo XVIII, escuela portuguesa”.
Puesta en valor. Gracias a un subsidio de las Fundaciones Bunge & Born y Williams, un equipo interdisciplinario relevará y organizará todos los manuscritos del escritor. “Había un proyecto de la familia de hacer un ordenamiento archivístico adecuado con una persona que trabaja en el museo. Sin saber que estaba este proyecto vi la convocatoria de la Fundación y con Federico (Alcalá Riff), con quien ya habíamos trabajado en una biografía de Manuel Mujica Lainez, le propusimos a Ana, su hija, aplicar al subsidio”, dice la doctora en Letras Candelaria de Olmos, una de las integrantes del equipo (ver más abajo).
El subsidio que pedían era para trabajar sobre la serie de correspondencias y la serie de manuscritos del escritor, “pero la correspondencia más importante -cartas con Victoria Ocampo, Alejandra Pizarnik y Jorge Luis Borges ha sido donada por la familia a la Universidad de Princeton. Es decir que eso ya no está en Argentina, aunque en el museo aún hay cartas que Manucho mantuvo con amigos, por ejemplo”, detalla de Olmos.
Finalmente, la Fundación Bunge & Born, que este año otorgó más subsidios pero achicó los montos a cada uno, les dio el subsidio para que se ocuparan solamente de la serie de manuscritos.
Objetivos. La idea es ordenar y clasificar los manuscritos de Mujica Lainez para que estén accesibles, “lo que no significa que la gente va a poder ir y sacar un manuscrito pero sí que los documentos y la información estarán accesibles en una plataforma online. Tampoco se digitalizará nada”.
El equipo tiene por delante un año de trabajo con un cronograma y objetivos muy precisos. “Todo lo que hay de Manucho en Argentina está en El Paraíso. Ha sido un privilegio para nosotros que su hija nos permitiera en su momento consultar los álbumes para escribir la biografía porque ha sido un insumo maravilloso. Ahora el trabajo que realizaremos es para poder seguir preservando sus manuscritos y evitar su manipulación”.
Se cree que en El paraíso están los manuscritos de todas sus obras y este relevamiento servirá para saber si falta algo más. “El era un escritor muy prolífico y estarían los manuscritos de todas sus novelas. Además hay muchos cuadernos de estudio y de notas porque él se documentaba mucho para escribir. Y sabemos que las agendas que él llevaba año a año, están ahí”.
El equipo tendrá a su cargo el relevamiento de la documentación existente en la serie manuscritos, la optimización de las condiciones de conservación de los documentos, la organización archivística y el acceso a los documentos para investigadores y público en general (es decir: disponer la información en una plataforma de gestión de archivos de acceso abierto).
Hacia el final del proyecto, se trabajará en la difusión del patrimonio documental conservado y su proceso de puesta en valor. Para ello, se realizará un evento en El Paraíso y un podcast o documental que dé cuenta de la experiencia y el contenido del archivo.
LOS MANUSCRITOS. En El Paraíso se encuentran los originales de sus novelas, sus agendas y cuadernos de notas.
Un equipo interdisciplinario
El grupo conformado por Noelia García (licenciada en archivología y especialista en gestión cultural), Federico Alcalá Riff (licenciado en Letras), Virginia Laurenti (técnica en restauración de obras de arte), Alejandro Laurentti (guía del Museo Manuel Mujica Lainez) y Candelaria de Olmos (doctora en Letras) será el encargado durante un año de trabajar en los manuscritos del escritor de Los ídolos.
CASA MUSEO. El Paraíso acumula los objetos personales del escritor y puede visitarse los sábados, domingos y feriados de 11 a 18 (Foto Fino Pizarro).
