Emplazada en pleno corazón de La Cumbre se erige Casa Toledo, una joya de la arquitectura local, diseñada por León Dourge, el arquitecto francés que ideó, entre otras construcciones, El Paraíso (casona donde vivió el escritor Manuel Mujica Láinez, convertida hoy en museo).
La construcción, que data de 1925, había sido un encargo de María Unzué de Alvear (presidente de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires y la Caja Dotal para Obreras) y tiene reminiscencias de la Andalucía española.
Casa Toledo fue adquirida por Santiago y Guillermina Seisdedos quienes, hace 18 meses, iniciaron un proceso de restauración y puesta en valor (que incluye modernización con domótica) que la llevó a convertirse en un hotel de categoría con 13 habitaciones, un restaurante, spa, piscina, solarium, un fogonero, senderos y miradores, además de las tres hectáreas de parque y una cava en construcción.
El proyecto arquitectónico estuvo a cargo de los arquitectos Santiago Chasseing y Antonela Faucher Scataglini.
En manos de Seisdedos, quien lleva 20 años en el rubro de turismo receptivo, el complejo apunta al turismo ABC1. “Nuestro mayor desafío es atraer turismo extranjero, queremos poner a La Cumbre en el circuito internacional. Por otro lado, si bien los fines de semana estamos funcionando muy bien, también apuntamos al segmento corporativo, que pueda venir de lunes a jueves”, dice a diario Perfil Córdoba el propietario del complejo.
El master plan contempla además Casa Granada, ubicada a unos 300 metros, aún en etapa de restauración, que abrirá sus puertas a grupos familiares, ya que Casa Toledo tiene categoría ‘No kids’, y se unirá con ésta a través de un spa.
Arte y arquitectura. Uno de los valores agregados de Casa Toledo, es sin lugar a dudas su programa de artes visuales, que de la mano de Capital Creativo (Siu Lizaso y Florencia Gauna) pone en el centro de la escena la riqueza artística de la zona.
Paisaje sobre paisaje #1 es la primera muestra que montaron las gestoras culturales con la apertura del lugar en octubre pasado y que podrá visitarse hasta marzo del año que viene.
En este marco, 12 artistas exhiben sus obras en salones, pasillos y habitaciones con más de cincuenta obras.
Se trata de piezas de artistas contemporáneos unidos con un tema en común: el paisaje como reflexión de nuestro entorno. La elección de los artistas estuvo centrada en el diálogo con el paisaje, desde la ductilidad de materiales e interpretaciones, para aportar así una mirada contemporánea.
“Santiago quería que lo antiguo de la casona dialogara con lo contemporáneo. Y como el paisaje es muy imponente, pensamos en la posibilidad de que la casa dialogara con el afuera, por eso el nombre ‘Paisaje sobre paisaje’. A partir de ahí, la reflexión que cada artista hace del paisaje es lo que guía este recorrido. Sin embargo son pocas las obras que hablan directamente del paisaje; sino que son las memorias, los sentimientos que nos despiertan, las ausencias. Y entender al paisaje como una construcción propia del ser humano”, explica Lizaso.
En el mismo sentido Gauna señala que en lugar de decorar el hotel con determinadas obras, lo que pensaron fue en organizar distintos lotes que fueran cambiando con cada estación: “Pensamos en los pasajeros que pueden venir en distintas temporadas y que se encuentran con paisajes diferentes; entonces la idea es que estos lotes vayan mutando con cada estación a través de distintos hilos curatoriales. Por otro lado, la idea es que también se vayan renovando los artistas y refrescando los espacios del hotel con cada estación”, define.
Así, con cada cambio de temporada, habrá nuevos lotes de muestras en exhibición.
PAISAJE SOBRE PAISAJE. El primer lote de muestras expone más de 50 piezas de artistas locales.
Obras y artistas. El recorrido de las obras empieza en el restaurante, con una red de piezas de cerámica, cocidas a baja temperatura y entrelazadas mediante tejido con tanza, de Luciano Giménez.
En el bar se observan obras de Damián Santa Cruz: dos pequeñas cajas lumínicas con dibujos digitales, de su proyecto Nébula.
En uno de los salones se ubican boyas de cerámica esmaltada, de Federico Galará; y en uno los pasillos que llevan a las habitaciones se expone una obra de la serie blanca de Solange Bendjeunian, que dialoga con Julia Romano y su obra Cambios de estado.
Completan el recorrido obras de Manuel Coll, Roberto Lizaso, Martín Carrizo, Romy Castiñeira, Ana Gilligan, Samantha Ferro y Leonardo Menna.
Todos los artistas exponen sus piezas en los espacios comunes pero también están presentes en las habitaciones que dispone el hotel, ya que la idea es generar nodos entre el espacio compartido y lo íntimo.
Además de exponerse, todas las obras están a la venta y desde Casa Toledo no descartan la idea de ir conformando también su propia colección de arte.
OBRAS. Fotografías, pinturas y cerámicas son algunas de las disciplinas con las que los artistas visten los diferentes espacios de Casa Toledo.