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INAUGURACIONES

Nuevas exposiciones en el Museo Caraffa y el Centro de Arte Contemporáneo

En las salas del Museo Emilio Caraffa pueden visitarse seis nuevas exposiciones mientras que en el Centro de Arte Contemporáneo Chateau Antonio Seguí, se realiza un homenaje al artista y docente Eduardo Giusiano.

Artistas celebran a Gusiano
ARTISTAS CELEBRAN AL MAESTRO. Siete artistas acompañan a Giusiano en el Centro de Arte Contemporáneo Chateau Antonio Seguí. | Agencia Córdoba Cultura

Con la presentación del grupo de baile Malevita –integrado por los bailarines Francisco Solá y Lucrecio Robledo– y música experimental a cargo del trío Romero, Alarcón, Alcaraz, el viernes pasado quedaron abiertas al público seis nuevas muestras en el Museo Emilio Caraffa (Av. Poeta Lugones 411).

Durante esta nueva temporada, las salas 1 a 9 del espacio cultural albergarán distintas propuestas que incluyen desde obras de la colección hasta una instalación interactiva que invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia sensorial.

“Por primera vez en mucho tiempo, hemos decidido dedicar una sala de manera más permanente al trabajo con las colecciones que pertenecen ala Provincia; en esta primera apuesta la idea fue rescatar obras de mujeres artistas de la colección que tienen relaciones con distintas narraciones, escrituras o historias que se cuentan a través de la literatura”, detalló Mariana del Val, directora del Museo.

En efecto, bajo la curaduría de Mariana Robles, ‘Narrar historias con fragmentos’ es la primera exhibición del ciclo Visualmente Incorrectas, una investigación sobre el arte y las mujeres en la colección del Museo Caraffa.
En ella, pueden verse obras como ‘El partenón de libros prohibidos’, de Marta Minujín; el óleo sobre tela ‘La urna verde’, de Rosa Ferreyra de Roca (pieza donada por la artista al museo en 1974), o incluso su más reciente incorporación: ‘Mascarita’, de la artista Liliana Maresca, adquirida en 2022 en ArteBA.

La urna verde en el Caraffa

LA URNA VERDE. Óleo sobre tela, de Rosa Ferreyra de Roca, donado por la artista al museo en 1974.  

En la sala 2 se aúnan obras de la artista Silvina Bottaro, con curaduría de Sandra Verde Paz. Se trata de ‘Itinerarios 2000-2024’, una muestra antológica en la que confluyen obras de todas las etapas creativas de la artista, con imágenes donde el color y la gestualidad cobran un valor fundamental.

En la tercera sala del museo, curada por Christian Román, se despliega ‘El velo’, una instalación multimedial de Carolina Rogé, en la que se observan diversos recursos visuales y plásticos de la artista.
Otra de las inauguraciones que tuvo lugar fue ‘Mundos reciclados’, del colectivo Espllus, una instalación que solo cobra sentido a partir de la experiencia sensorial de cada visitante: ellos deben recorrer la sala ayudados de un dispositivo visual especial y acompañados de un lazarillo. “La poética de la muestra trabaja en varios niveles de sentido. Es una producción contemporánea que, cruzando conocimientos en arquitectura, diseño, artes visuales y psicología perceptiva, se centra en la experiencia: no se propone como mensaje unívoco a ser interpretado, sino que coloca al público como parte esencial de la obra, en un verdadero juego estético relacional”, dicen desde el museo. 

Completan este nuevo lote de muestras ‘El aire que rodea las velas’ (salas 6 y 7), una serie de dibujos y pinturas de Laura Martínez Spaggiari, y dibujos de Celeste Villanueva en las salas 8 y 9, “una obra muy sutil, plasmada casi monocromáticamente en rosa y algunos sepia, donde la artista rescata imágenes, textos y reproducciones de dibujos del pasado, de una editorial inexistente ya, de la década de 1960”, finaliza del Val.

Mundos reciclados en el Caraffa

MUNDOS RECICLADOS. Una instalación que sólo cobra sentido a partir de la experiencia sensorial de cada visitante.

Giusiano y Cía en el Chateau. Mientras tanto, el miércoles se inauguró un homenaje al pintor y docente Eduardo Giusiano, que podrá verse hasta el 8 de septiembre, de martes a domingo, incluidos feriados, de 10 a 19, en Av. Cárcano 1750.

La obra de Giusiano cobró notoriedad en los años 50, mostrando algunas inquietudes americanistas al principio y saltando luego hacia figuras más expresionistas. En la muestra se exhiben 14 de sus pinturas, pertenecientes a distintas épocas, como El nido o Máquina de cazar avispas (de los 90), hasta obras de los últimos años como Movimiento continuo 1 y 2, Después de la tormenta o El horno del alquimista 2.

Pero Giusiano no está solo en su homenaje. Es que si bien el grueso de las obras que pueden verse pertenecen al maestro, la muestra contempla unas 60 piezas en total ya que a las del artista oriundo de General Viamonte se le suman obras de siete alumnos y discípulos suyos: Sebastián Silber, Ernesto Berra, Teresa Markman, María Linzoain, Jorge Cruz Crinejo, Carlos del Corro y textiles de Dora Burlet.

"Con dosis semejantes de rigor y ternura, el pintor cordobés guió la formación o la potenciación de artistas que se ubican en un arco generacional muy amplio. Sus dotes de maestro son ampliamente reconocidas. Quienes formaron (y forman) parte de la ‘galaxia Giusiano’ están además imantados por una fuerza gravitacional cuya energía primaria es el cariño. Esas cuerdas afectivas que llevan desde la vida al arte, y viceversa, hicieron posible la trama con la que se teje ‘El pintor y su legado. Eduardo Giusiano & Compañía’", dice Demián Orosz en el texto del catálogo.

Giusiano en el CAC

GIUSIANO EN EL CAC. Unas 14 pinturas del artista se muestran junto a una serie de obras de algunos de sus alumnos y discípulos.