El contexto social que se relevó a partir de la internación de un niño de nueve años intoxicado con cocaína mostró uno de los rostros de la altísima vulneración social que atraviesan amplios sectores de nuestra sociedad.
El fiscal Pablo Cuenca Tagle imputó por lesiones leves calificadas a la madre del pequeño, una mujer de 44 años con consumo problemático de estupefacientes y sin empleo registrado; y al padre, un changarín de 37 años que trabaja en la construcción.
La hipótesis es que ninguno le suministró deliberadamente droga al niño, sino que la consumió accidentalmente. Es más, apenas fue internado el domingo pasado en el Hospital Eva Perón se realizó un allanamiento en la vivienda y no se encontraron ni rastros de estupefacientes.
Sí se advirtió la situación de otros dos niños de 11 y 12 años de edad que podrían correr riesgos, por lo que se resolvió entregarlos temporariamente a una tía materna para que los cuide.
Los puntos a favor de los padres es que los tres chicos están escolarizados y tienen carnet de vacunación actualizado.
No concurren todos los días a la escuela, pero sí tienen ese espacio de contención y aprendizaje.
Con todo este cuadro, el fiscal Cuenca Tagle resolvió las imputaciones en un cuadro de alta vulnerabilidad social donde podrían haber incurrido en faltas de cuidado que desembocaron en un cuadro de salud delicado del que pudo recuperarse.
El pequeño continúa internado fuera de peligro. Por esa situación aún no brindó su testimonio.
