Buen comienzo de año para el mercado automotor… o eso parece. Esta semana, la Cámara del Comercio Automotor (CCA) de Córdoba informó que en enero y febrero las transferencias de autos aumentaron un 41,7% en comparación con el mismo mes de 2024.
En números concretos, los datos preliminares del Registro indican que en los primeros dos meses del año se transfirieron 37.542 vehículos en Córdoba. El año pasado se registraron solo 26.489 unidades.
Desde el sector proyectan un 2025 con buenas oportunidades para la adquisición y renovación de unidades, en un mercado en crecimiento. Pero entre medio de todo ese optimismo, deslizaron una gran preocupación que afecta al rubro desde tiempos históricos: el avance del mercado informal en la venta de autos usados.
"Miretti (por Federico Miretti presidente de la Cámara) mencionó con preocupación un incremento de oferta de unidades por parte de comerciantes no inscriptos, lo cual genera un perjuicio para los comercios formales, generadores de empleo y responsables tributarios, y una desprotección creciente para los consumidores", lee el informe de la CCA.
Un mercado paralelo en expansión
En definitiva, el crecimiento del volumen de operaciones también ha generado un aumento en la oferta de vehículos por parte de comerciantes no inscriptos, conocidos en el sector como "galponeros". Estos vendedores, que se presentan como particulares, generan una competencia que describen como desleal con las agencias oficiales, que deben afrontar costos tributarios y garantizar derechos al consumidor.
Desde la Cámara explicaron que este tipo de comercialización impacta directamente en la recaudación fiscal. Haciendo cálculos rápidos, se estima que el Estado (municipal, provincial y nacional) deja de percibir alrededor de 60 mil millones de pesos mensuales debido a la evasión de impuestos en este mercado.
Aunque no existen datos precisos sobre la cantidad de galpones en la provincia, sí es posible contabilizar el volumen de operaciones. "Estimamos que el movimiento es muy parecido al que tienen las agencias oficiales. Hablamos de 8.000 transacciones por mes", explicó Miretti en diálogo con este medio.
Para la Cámara, además de afectar a las concesionarias y agencias formales, el comercio informal de vehículos expone a los consumidores a distintos riesgos. La falta de garantías sobre el estado del automóvil, su documentación y posibles deudas de impuestos en otras jurisdicciones pueden derivar en problemas legales para los compradores. "No hay nadie a quien reclamar, no aparecen como responsables en ninguna instancia de la operación", advirtió el presidente.
Por otro lado, quienes venden sus autos sin transferir de inmediato también corren riesgos. Hasta que la operación no se formaliza, el titular sigue siendo responsable civil y penal del vehículo, incluso si este es utilizado en actividades ilícitas o sufre accidentes.
Una falsa percepción de ahorro
Uno de los argumentos que sostiene este mercado paralelo es la supuesta ventaja económica de evitar intermediarios. Sin embargo, según afirman desde el sector formal, los precios de los vendedores informales no son significativamente menores. "La diferencia entre lo que se paga entre formal y el informal no es grande. Lo que terminas pagando 'de más' lo pagas en seguridad", precisó Miretti.
El problema principal de esta situación es el gran desconocimiento que existe. Muchas personas terminan involucradas involuntariamente, creyendo que están vendiendo su vehículo a un particular cuando, en realidad, se trata de un revendedor. En muchos casos, el auto pasa de un comprador a otro de manera casi inmediata, sin que el propietario original lo sepa. "Se disfrazan de particulares, pero no lo son".
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Además, el mercado formal y el informal a veces se "codean". Algunas concesionarias han detectado que dentro del propio sector hay actores que facilitan la circulación de vehículos en el circuito informal. "Se los entregan a revendedores no registrados para liberar stock", explican desde la Cámara.
Regulación
Desde el sector automotor indican que la regulación de este problema requiere un trabajo coordinado entre distintos niveles del Estado. Actualmente, la municipalidad y la provincia de Córdoba han mostrado predisposición para abordar el tema.
"Hay un muy buen diálogo entre estos actores y la Cámara", indicó Miretti.
Aunque a nivel nacional aún falta una normativa específica para controlar esta actividad desde los Registros del Automotor.
Mientras tanto, los especialistas recomiendan a los vendedores y compradores operar exclusivamente con concesionarias oficiales o agencias multimarca asociadas a la Cámara del Comercio Automotor. "Lo que parece un ahorro inicial puede terminar siendo un gran problema legal y económico", concluyeron.
