El 8 de diciembre de 1999, Talleres protagonizó en el Estadio Kempes la primera y única vuelta olímpica del fútbol de Córdoba en un campeonato de clubes sudamericanos, la Copa Conmebol 1999. Un angustioso triunfo 3-0 le permitió a la ‘T’ revertir la serie final ante Sportivo Alagoano -el equipo de la familia del expresidente brasileño Fernando Collor de Mello-, que una semana antes había arrancado con derrota 2-4 en Maceió.
Aquella noche, mientras la mayoría de los futbolistas albiazules recibían el trofeo y las medallas de manos del uruguayo Eugenio Figueredo, dirigente que sobreviviría 16 años en las alturas antes de su caída en desgracia por el resonante FIFA Gate, Marcos Javier Morell, el jugador más joven del plantel, celebraba el título desde su casa, convaleciente de una operación. Una rotura de ligamentos lo había dejado afuera del campeonato que marcó el debut de los de barrio Jardín en competencias oficiales del continente.
“Yo estaba expectante, porque me habían dicho que iba a viajar a Bolivia para el primer partido del campeonato, contra Independiente Petrolero de Sucre, y justo me lesioné jugando en el torneo de reserva de AFA ante Ferro Carril Oeste”, recuerda el exfutbolista un cuarto de siglo después.
Hace 25 años, Talleres se consagró campeón de la Copa Conmebol 1999, venciendo sucesivamente a Independiente Petrolero de Sucre, Paraná de Curitiba, Deportes Concepción de Chile y Sportivo Alagoano de Maceió. Aquel equipo fue conducido por Ricardo 'el Tigre' Gareca.
éon de la Morell había sido promovido recientemente al plantel profesional por el entrenador Ricardo Gareca y su asistente Juan Manuel Sotelo, después de una carrera que él define como ‘meteórica’ en las inferiores de la institución albiazul. “Yo era volante central, pero ‘el Flaco’ y ‘el Pelado’ me preguntaron si me animaba a jugar como marcador central, ya que era zurdo, alto y saltaba bien, y por supuesto que les dije que sí”, revela el jugador surgido de Atlético La Falda, el centenario club de su ciudad natal.
Debut y despedida
“En aquel plantel de Talleres yo era más un hincha que un jugador. Imagínate lo que era para mí, con 17 años recién cumplidos, integrar la lista de buena fe en un campeonato internacional y compartir plantel con tantos buenos jugadores. Aquellos compañeros eran todos unos ‘monstruos’, y la verdad es que conmigo siempre se portaron muy bien”, destaca el benjamín de los campeones de la Copa Conmebol 1999.
Dos años más tarde, otra vez bajo la conducción de Gareca, Morell fue incluido en la nómina de inscriptos para la Copa Mercosur y jugó su único partido en la primera de la ‘T’. Fue el 25 de agosto de 2001, en La Fortaleza de Lanús y por la 2° fecha del Torneo Apertura, con victoria 4-0 del elenco granate. “Nosotros teníamos un equipazo, pero ellos también contaban con muy buenos jugadores, como Diego Klimowicz, que en esa oportunidad nos convirtió dos goles”, recuerda Morell, quien en ese encuentro suplantó a Julián Maidana a los 32 minutos del segundo tiempo.
Marcos Morell alcanzó a jugar un partido oficial con la camiseta de Talleres. Fue el 25 de agosto de 2001, en la derrota 4-0 ante Lanús como visitante, por la segunda fecha del Torneo Apertura. En aquel partido, el juvenil marcador central reemplazó en el segundo tiempo a Julián Maidana.
Después de aquella primera experiencia, otra lesión, en este caso una pubalgia, aceleró los tiempos de su alejamiento del club de barrio Jardín. “Ahí me compró (el empresario de la construcción) Jorge Petrone y me llevó a Racing de Nueva Italia, donde jugaba y no jugaba. Me tocó integrar un plantel muy lindo, que logró el ascenso al Nacional B en 2004, pero me tuve que operar dos veces y era más lo que luchaba que lo que disfrutaba, así que después de dos años largos dije hasta acá llegué”, cuenta Morell.
“Cuando decidí dejar de jugar, Petrone me ofreció que me quedara como dirigente del club, pero en ese tiempo lo empezaron a cuestionar mucho y finalmente decidió abandonar el gerenciamiento de Racing”, puntualiza.
El día después
Tras la decisión de colgar los botines, Morell emprendió un viaje a Estados Unidos. Allí permaneció durante cuatro meses, tratando de ‘barajar y dar de nuevo’ y hacer un último intento de rehabilitación. Antes de partir, Jorge Slek, conocido profesor de Educación Física del Valle de Punilla, le acercó el contacto de un amigo al que alguna vez había llevado a jugar como arquero a Atlético La Falda. “No lo dejes de llamar, porque tiene muchos vínculos en el fútbol de México y te puede dar una mano”, le recomendó.
“Con esa persona hablé una vez y después no le insistí, porque yo todavía no estaba bien de la lesión”, relata el exdefensor. Aquel interlocutor era Andrés Fassi, el actual presidente de Talleres, a cuya gestión Morell atribuye haber ‘puesto en valor’ el logro internacional de hace 25 años.
“Esta conducción ha hecho mucho para rescatar la importancia que la Copa Conmebol 1999 ha tenido para la historia del club, y ha sido precursora de muchas cosas lindas. El homenaje que nos hicieron en La Boutique en la última ‘Noche de los Museos’ fue increíble”, dice el exdefensor. “Teniendo en cuenta lo que es el predio de la institución, creo que Talleres debiera tener muchos más jugadores de sus inferiores jugando en la primera, es lo único que por ahí trataría de corregir”, apunta sobre la realidad albiazul.
“Teniendo en cuenta lo que es el predio de la institución, creo que Talleres debiera tener muchos más jugadores de sus inferiores jugando en la primera. Es lo único que por ahí trataría de corregir de la actual gestión, que puso en valor la Copa Conmebol 1999”, apunta Morell sobre la realidad albiazul.
De regreso a la Argentina, Morell se radicó en Huerta Grande, donde llevó adelante un emprendimiento hotelero, tuvo la concesión del comedor de una colonia de vacaciones y actualmente administra una heladería y un almacén. “Es un lindo lugar, el que elegí para seguir mi vida después del fútbol, luego de haber intentado un poco más recuperarme de la lesión”, señala. “El alto rendimiento también tiene estas cosas, que por ahí forzás demasiado el físico y el cuerpo te pasa factura, pero afortunadamente tuvo una buena red de contención, porque es difícil dejar el deporte”, agrega.
El partido político
Desde el pasado 10 de diciembre, Morell es el primer concejal por ‘Juntos por el Cambio’ en Huerta Grande, donde la coalición que integran el PRO, la UCR y el Frente Cívico ganó las últimas elecciones, llevando como cabeza de lista a Germán Corazza. “Por mis actividades, tengo muy buena onda con la gente. Querían que fuera como candidato a intendente, pero con mi familia consideramos que era dejar de lado muchas cosas”, apunta.
“Recibimos el municipio con un déficit de $200 millones, pero de a poco nos estamos acomodando. Aquí las prioridades son generar alternativas de trabajo, porque dependemos mucho del turismo y el trabajo cae bastante en temporada baja, y realizar obras de agua y cloacas. Necesitamos que la gente se involucre más, apoyando, exigiendo, acercando ideas y cumpliendo con los impuestos, porque es baja la recaudación”, asegura.
“Por mis actividades, tengo muy buena onda con la gente en Huerta Grande. En las últimas elecciones, querían que fuera como candidato a intendente, pero con mi familia consideramos que significaba dejar de lado muchas cosas”, apunta el actual concejal de Juntos por el Cambio.
Aunque no pudo pisar el césped en aquella Copa Conmebol 1999, Morell siempre se sintió parte de un logro histórico para el fútbol cordobés. “Obviamente fue más meritorio el aporte de los que jugaron, pero creo que tiene lo suyo haber estado en ese plantel siendo tan chico. Los grandes siempre me dieron un lugar, durante el torneo y después. Tenemos un ritmo bastante bueno en el grupo de whatsapp, así que estamos en contacto y compartimos muchas actividades”, comenta. De hecho, Morell, junto a su esposa Guadalupe y su hijo Nicolás (“tiene 15 años y también le gusta el fútbol”, destaca), se embarcaron días atrás en el crucero que Talleres organizó para celebrar el primer cuarto de siglo de su título internacional.
-¿Es cierto que no tenés la medalla de campeón?
-En algún lado se perdió… Yo estaba recién operado y no fui a la cancha el día de la final, así que no sé dónde habrá ido a parar. Sucedió así y lo tomo como una nota de color. Lo más valioso es lo que logró aquel equipo.