Andrés Malamud, uno de los historiadores y analistas políticos más destacados del país fue uno de los disertantes principales en el 47° aniversario de la Fundación Mediterránea. Frente a referentes del empresariado y de la política de Córdoba se refirió a fenómenos que están ocurriendo en el mundo en las últimas décadas, los comparó con Argentina y trazó el panorama del 2025 como año electoral.
Malamud sostuvo que para entender el contexto de la Argentina actual hay que situarlo en perspectiva y observar lo que pasa en la región: “Para entender lo que nos está pasando es importante salir del ombligo y ver qué está pasando alrededor. El mundo está cambiando, se está pos occidentalizando”, dijo en referencia a que en el comercio mundial, el 60 por ciento está dominado por el continente asiático. En ese sentido, aseguró que “en el Occidente que nosotros vivimos periféricamente, las cosas cambian mucho más rápido”. Para Malamud, el fenómeno que estamos atravesando es regional: “las democracias latinoamericanas están disolviéndose en la fragmentación, amateurización y divorcio”.
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Siguiendo esa línea, aseguró que la fragmentación se da en el ámbito de los partidos políticos, que inevitablemente acarrea una amateurización porque “somos gobernados por personas que no fueron entrenadas para eso. En Argentina, decimos: ‘gracias a Dios, finalmente, llega alguien que no es de los que nos trajeron hasta acá’. Sin embargo, ese alguien recurre a equipos que venían formados de antes. Los principales ministros de este gobierno fueron ministros de cuatro años atrás: Sturzeneger, Bullrich y Caputo”.
No obstante, Malamud también advirtió que, aunque parezca una paradoja, la fragmentación se superpone con la polarización.
Legislativas 2025
En cuanto al escenario electoral, Malamud destacó que “el primer dato a tener en cuenta es que no es una elección nacional: son 24 elecciones distritales. No habrá una boleta única en la cual un Milei vaya a la cabeza. Es probable que las boletas que apoyen a Milei tengan un león dibujado, pero los candidatos de Milei en las provincias no se han caracterizado por ser particularmente brillantes. Quizás el león no ayude. Hacen falta también buenos candidatos. Y en la política argentina, los gobernadores y líderes provinciales, incluso de los partidos que no gobiernan, tienen el poder de la lapicera”.
“Las elecciones que vienen se hacen provincia por provincia. Es decir, se tejen provincia por provincia y se leen provincia por provincia, salvo el lunes posterior a la elección. Si ustedes quieren saber cómo van a ser las tapas de los diarios llamados ‘nacionales’ (alias porteños) después de la elección, van a ser con el resultado bonaerense. Porque siempre fue así: la elección de la provincia de Buenos Aires da el tono del resultado nacional y quien gana en la provincia de Buenos Aires, gana el país. No es así, pero es la percepción que pasa”, manifestó. Las elecciones son distritales, pero la lectura será nacional. El resultado de la provincia de Buenos Aires no importa, es irrelevante”, ponderó Malamud.
Milei, Cristina y los gobernadores
El historiador aseguró que el futuro a corto plazo, en Argentina, está focalizado en el agro, el gas, el petróleo y la minería. “El RIGI es una estrategia para atraer inversiones, pero sobre todo es una estrategia para construir coaliciones, para ir desagregando gobernadores. Milei ya tiene más gobernadores que Cristina”.
Para Malamud, el RIGI es la manera, pero Kicillof no quiso adherir y advierte que eso puede perjudicarlo. “Cuando la provincia (Buenos Aires) se hunda, porque no hay inversiones ahí, entonces Milei va a asfaltar los caminos que conducen a la ciudad de La Plata para que el incendio sea en la capital de la provincia y no en la ciudad de Buenos Aires. ¿Puede fallar? Puede fallar, pero la estrategia es muy inteligente: federalizar la economía extractivamente, no productivamente”.
Sin embargo, en su análisis Malmud hizo una advertencia sobre los modos y la situación social al advertir que apuntar a los jóvenes varones puede ser un problema a largo plazo. “Si los jóvenes varones no votaran, Milei no sería presidente, Bolsonaro no lo habría sido y Trump, tampoco. Las sociedades se dividen en cuatro sectores: viejos y jóvenes, mujeres y varones. Tres cuadrantes son tradicionales”, sostuvo. Y añadió: “El cuadrante ‘masculino joven’ apoya mucho este tipo de cambio agresivo, que modifica la economía y quizás erosiona las bases de la convivencia. Quizás, digo, porque otra vez creo que la agresividad es parte de la sobreactuación para construir popularidad que le permite mantener la estabilidad”.
La advertencia del intelectual va en función de la manera en la que la violencia afecta a la democracia. “La agresividad tiene rendimientos decrecientes. En algún momento tiene que reducirla, porque de lo contrario empieza a ser contraproducente”, sostuvo.
En su planteo, se preguntó cuál es el escenario ideal para la Argentina que viene del 2025 para adelante. “Churchill ganó la guerra y al mes siguiente perdió las elecciones, pero la paz estaba conquistada. Alfonsín, a 41 años de su victoria, consolidó la democracia, perdió las elecciones y nunca volvió al poder pero la democracia estaba conquistada. Milei está estabilizando la economía. Ojalá le vaya bien. Argentina necesita, después de la estabilidad democrática, estabilidad económica. La prueba de su éxito será cuando pierda las elecciones y la estabilidad lo sobreviva”, aseveró.