Los socios del ‘Partido Cordobés’, ahora llamado cordobesismo se preparan para un nuevo desafío en las urnas y por ahora cada uno tomar un perfil diferente para abordar los caminos que en algún momento se unirán.
El gobernador Martín Llaryora y Juan Schiaretti conforman un tándem que no lleva mucho tiempo, pero que se ha acostumbrado a ganar. El gobernador está enfrascado en la gestión y sus fogoneros tratan de empujar las agujas del reloj para que este momento de críticas y cuestionamientos pase pronto. Los aumentos en los impuestos provinciales le dejaron una apetecible porción de torta que la oposición no tardó en devorarse.
El peronismo no tuvo una actitud que sirviera para frenar el vendaval. Y ahora el Gobierno provincial paga los platos rotos. Es que la crítica fue al corazón de lo que le duele a la gente: el bolsillo. Caminantes del Centro Cívico manifiestan que la imagen de Llaryora “no cayó más de cuatro puntos” y que en poco tiempo “las cosas volverán a su lugar”.
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Su objetivo es salir del atolladero y empezar a mostrar obra pública, una de sus metas centrales, y lidiar con la agenda cotidiana: docentes, sector salud y el resto de los empleados públicos, entre otras.
El armado nacional
Schiaretti juega otro partido porque sus energías, hoy por hoy, están puestas en el armado de un espacio peronista no kirchnerista, hoy más emparentado con la centro derecha, que trata de subir a la ambulancia dirigentes de diferentes espacios. Sin embargo, existen algunas voces que llaman a la mesura. “Ojo que se está acercando gente que no sabemos si suma o resta, por eso hay que ser muy cuidadosos”, se sinceran algunos allegados al exgobernador.
Con todo, Schiaretti apunta a que el Hacemos nacional logre armar estructuras y presente candidatos en al menos 12 distritos y logre un piso electoral de 15 puntos en las elecciones de medio término que se celebrarán en octubre. Eso dejaría al sector muy bien parado para las elecciones nacionales de 2027, pero del dicho al hecho, bien se sabe que hay un trecho que puede ser muy largo.
Los cordobesistas tratan de aprovechar el mal momento del presidente Javier Milei y explotar esas falencias derivadas por el escandaloso affaire de las criptomonedas. El PJ provincial trabaja en ese sentido y con cierto sigilo. El entorno del exgobernador considera que Karina Milei, Martín y Lule Menem y Santiago Caputo tuvieron mucho que ver con lo que llaman “la metida de pata más grande del Presidente”.
Por ahora, en Córdoba no se hablan de candidaturas y Schiaretti trata de esquivarle al tema porque estima que no le conviene hablar ya que hay bastante tiempo para definir posturas. Darle pelea al candidato apadrinado por Milei es la meta. Hay pautas de trabajo puestas sobre la mesa, que miran a Buenos Aires y Caba en el mismo esquema de la elección provincial. Florencio Randazzo, Emilio Monzó y Nicolás Massot son las puntas de lanza en esos distritos. La idea es reflotar en la ciudad de Buenos Aires la alianza con el exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, quien ya presentó su candidatura.
Habrá que ver cómo juega Mauricio Macri, porque la disputa es por el mismo sector del electorado. El expresidente parece jugar fuerte y en breve habrá algunas movidas fuertes de la Fundación Pensar que tendrán su correlato en diferentes distritos, entre ellos Córdoba. En nuestra provincia, Macri le abrió la puerta al intendente de Viamonte, Facundo Manzoni para trabajar en una lista con nuevas figuras del PRO. Con este dirigente, apodado “El Gaucho”, trabaja Marian Monguzzi, otra joven del partido fundado por el jefe de Estado.
¿Macri jugará en Córdoba con dos canastas? Esto porque Laura Rodríguez Machado estaría cerca de ser la segunda candidata por La Libertad Avanza, con el auspicio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Se verá el destino de Rodrigo de Loredo, quien se anota para encabezar la lista libertaria. ¿Y Juez? Dice que no quiere nada pero…
Por ahora son especulaciones, aunque el río está sonando.
