Tras conocerse los resultados que lo coronaron gobernador de Córdoba, aquella noche del 24 de julio de 2023, Martín Llaryora disparó en el escenario munición gruesa en la campaña electoral presidencial con las PASO en el horizonte: “Basta que nos vengan a explicar qué hacer los pituquitos de Recoleta”.
De alguna manera, esa frase marcó la sintonía del vínculo venidero. La tensión con los “porteños” tuvo su pico en febrero, cuando Javier Milei llamó “traidor” al cordobés luego que los diputados referenciados en el cordobesismo no lo acompañaran en la primera versión de la ley Bases y hasta echó a un funcionario al que habían ponderado en La Libertad Avanza, como Osvaldo Giordano, exministro de Juan Schiaretti, sólo porque su pareja, Alejandra Torres no apoyó la ley Bases.
Las encuestas son una pieza clave que le permite calcular cada movimiento a la cúpula del gobierno cordobés. Consideran que allí está el termómetro de la opinión de los cordobeses. Llaryora observó que la buena imagen del electo presidente Milei en la provincia no se modificaba y el 74% alcanzado en las urnas fue casi inmutable durante el último año.
El gobernador probó con la confrontación y luego tanteó no ir tanto al choque “dando gobernabilidad”, pero sintió el riego de quedar pegado al libertario. Ahora, está analizando un nuevo camino: diferenciarse en lo gestual pero cuidando lo discursivo. No se puede confrontar con un adversario que goza de buena imagen. “La compleja relación entre Milei y Llaryora es sostenida por el antikirchnerismo del ciudadano cordobés”, sostiene Gustavo Córdoba, de Zuban Córdoba y Asociados.
Oponerse pero que no se note
Desde el Panal pegaron un volantazo en el vínculo. A cada mala noticia que comunicara el libertario, Córdoba -léase el Ejecutivo cordobés- respondería con una acción de gobierno. Todos los funcionarios y espadas del gobierno bajaron varios tonos en sus críticas, sólo se sumarían a los reclamos que plantearan otras instituciones, pero nunca saldría del riñón del cordobesismo una crítica extrema.
“El otro tema es diferenciarse con estrategias que implican ir en sentido contrario de ajustar el gasto público. Son decisiones fiscales que se las permite porque la Provincia tiene una muy buena calificación como tomadora de deuda”, sostiene César Murúa, profesor de economía de la Universidad Católica de Córdoba.
Todos los programas de obra pública y lo relacionado a la gestión del Estado obliga al gobernador a estar pendiente de los gastos. “Hoy tiene una alerta en la deuda, es un tema histórico de las gobernaciones peronistas. Aunque la tiene bajo control”, remarcó Murúa y explicó que “Córdoba, comparada con otras que emitieron bonos (La Rioja) o conflictos muy fuertes con los gremios (Misiones), está proyectando una estrategia activa para el 2025 con un esquema de prácticamente cierre de todas las canillas de fondos nacionales: sólo recibe la coparticipación que es por ley y nada más”.
Cómo ser opositor sin mostrarse opositor
Desde hace varios meses Llaryora no cuestiona directamente a Milei, pero le responde al libertario con una acción de gobierno en sentido contrario. Al corte total de la obra pública, se inauguran todos los meses inversiones en caminos “para que los turistas puedan visitar y disfrutar de la provincia”. Al recorte de subsidios al transporte lanzó su boleto metropolitano, a los envios por energéticos y medicamentos del Pami puso a trabajar a EPEC y a la Defensoría del Pueblo para ayudar a completar los trámites y mantener los beneficios de los adultos mayores.
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Hay más: a la falta de pago de la abultada deuda de la Caja de Jubilaciones, el gobernador lo utilizó para conseguir avales para emitir más deuda y contar con fondos frescos. El ministro Luis “Toto” Caputo nunca le negó la firma de Nación a la provincia, a diferencia del pasado, cuando a José Mnauel de la Sota o Juan Schiaretti se les cerraban las puertas en las administraciones kirchneristas.
La lista sigue. Al aumento de las retenciones agropecuarias planteadas en la ley Bases se respondió con un plan de incentivo para el Biocombustible y la producción de maíz. Al conflicto con el presupuesto universitario se lanzó un plan de “federalización” de la Universidad Nacional de Córdoba en todo el territorio provincial y hasta se donó una sede para la Universidad Nacional de Río Tercero. A la iniciativa de privatizar los clubes deportivos, se lanzó una campaña de rifas solidarias con Lotería de Córdoba para las entidades deportivas y al recorte de subsidios a la cultura, se apostó a mantener el acompañamiento financiero a los festivales y eventos culturales.
Hasta se gestó el crédito hipotecario más completo del país, financiando el 100% de las propiedades y llegando a superar los 600 beneficiarios durante este 2024. Sólo quedaron Daniel Passerini, el intendente de la capital y la diputada Natalia De La sota criticando a Milei.
Resta responder al plan de ajuste de la “casta política”. Llaryora todavía no jugó esa carta. Se espera que durante el verano se muevan algunas fichas, nada confirmado por el momento y por el momento se trata sólo especulaciones de un plan de “mayor agilidad y menos burocracia estatal”. Veremos.
“Llaryora construye en base a una fórmula de gestión, activismo y control fiscal. Una ecuación de tres componentes. Ahora, eso debe impregnar en el electorado. Nunca será anti Milei, pero sí piensa y gestiona de otra manera”, concluye Murúa.