El gobierno de Javier Milei ha logrado avances económicos incuestionables: la baja de la inflación, la disminución del riesgo país y la relativa calma cambiaria son logros inimaginables hace un año. Sin embargo, la forma en que se relaciona con quienes piensan distinto no parece estar a la altura de un hombre en el ejercicio de la Presidencia de la Nación. Volveremos sobre este tema.
Milei se formó en el ámbito de la Escuela Liberal Austríaca y los trabajos del premio Nobel de Economía Friedrich von Hayek. Es muy cercano a quien él reconoce como su mentor, el profesor Dr. Alberto Benegas Lynch (h), académico destacado y discípulo de Friedrich von Hayek. Por su formación, Milei comprende profundamente la importancia de reconocer al ciudadano como un hombre libre y rechaza la intervención del Estado en competencia con las actividades propias de la iniciativa privada.
Es relevante recordar el pensamiento de filósofos como Kant y Nietzsche, quienes influyeron en Von Hayek. Kant enfatizaba el respeto por la dignidad humana y la autonomía de los individuos, mientras que Nietzsche planteaba la idea de que el poder puede corromper, conduciendo a la dominación de unos sobre otros.
Kant proporcionó a Hayek una estructura filosófica para entender las limitaciones del conocimiento y la necesidad de un orden espontáneo y normativo para la sociedad. Hayek tomó de Kant la idea de que el conocimiento humano está limitado por la estructura de la mente y que no podemos conocer la “realidad en sí misma”, sino solo los fenómenos tal como los interpretamos.
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Para Hayek, el conocimiento es local y disperso y esto fue clave en su crítica a la planificación central, ya que creía que ningún individuo o autoridad podría tener una comprensión completa de todos los aspectos de una economía. Nietzsche le ofreció una crítica de la moral colectiva, lo cual reforzaba su defensa de la libertad individual frente a sistemas autoritarios. Ambos pensadores se entrelazan en Hayek, quien combinó la visión kantiana de una sociedad regida por normas evolutivas con la noción de Nietzsche de una economía y un individuo libres de coerción para maximizar el potencial creativo e innovador.
Hayek adoptó una visión más kantiana en cuanto a que el liderazgo y la ley deben ser neutrales, generales y respetuosos de la libertad individual. A su vez, integró elementos de Nietzsche en su énfasis en el individuo como motor de progreso y en su oposición a la autoridad centralizada, que a menudo actúa como un freno a la iniciativa personal.
Observando la actitud crítica de Milei hacia quienes disienten con él y su manera de relacionarse con ellos, se percibe una postura más cercana a Nietzsche. Este último no establecía una obligación de respeto universal; veía a los líderes como figuras que, en su grandeza, deben elevar a la humanidad a nuevas alturas, aun si ésto implica desafiar las convenciones morales establecidas. ¿No hay algo de esto reflejado en el comportamiento de Milei?
Al analizar la forma en que Milei se relaciona con otros –no importa si se trata de kirchneristas, radicales, jefes de Estado o miembros de su propio entorno– su liderazgo tiende a cortar lazos de raíz. Su pensamiento se opone a la “moralidad de rebaño”, ya que considera que ésta aplasta la creatividad de individuos con capacidades superiores. Esto lo lleva a un proceso de selección natural de colaboradores, incluso aplicando “motosierra” a las ramas de su propio árbol.
Bajo este enfoque, ¿qué otras formas, estilos o modos de relacionamiento le quedan para proteger su gobierno? Su mandato nació débil en el Parlamento, pero cuenta con el apoyo de votantes que no quieren más kirchnerismo ni peronismo. Una Cámara de Diputados díscola, que pasó años tolerando los desvaríos de otros gobiernos, de repente, se activa ahora votando leyes que afectan el corazón del plan económico, obligando al Presidente a vetar leyes a favor de mejoras para jubilados y universidades. La “casta” no evoluciona ni recoge la voluntad expresada en las urnas.
Las formas de Milei pueden no gustar, pero, como sostenía Nietzsche, “no se reconocen normas de respeto universal cuando es necesario romper las ataduras de la mediocridad del rebaño”.
(*) Ingeniero Electricista (UTN BA). Programa en Dirección de Empresas de la Universidad Austral. Nota publicada en Megacadena, diario digital de Paraguay.
