El Jockey Club Córdoba enfrenta una profunda contradicción: mientras su hipódromo, con más de un siglo de historia, languidece en el abandono, otras actividades del club prosperan con inversiones y atención. Según denunciaron cuidadores y jockeys, esta situación refleja una política de negligencia hacia el turf que llevó a la actividad a una situación crítica.
El estado del hipódromo es alarmante: empalizadas rotas, duchas destruidas, costados de la pista en ruinas, comisariato en estado de abandono y un camión de riego obsoleto que obliga, prácticamente, a depender de la lluvia para mantener el terreno. Según los trabajadores, estas condiciones no solo atentan contra el bienestar animal, sino que también dificultan la actividad diaria.
El hipódromo, fundado en 1887, no solo es un espacio deportivo, sino también un patrimonio cultural de la ciudad de Córdoba. Su decadencia afecta a trabajadores que dependen directa o indirectamente del turf, desde cuidadores hasta empleados de agencias de apuestas.
“El abandono es evidente”, afirmaron a PERFIL CÓRDOBA desde la Asociación de Empleados del Jockey Club Córdoba. “El hipódromo ha sido descuidado durante años, mientras otras áreas del club reciben atención y recursos. Es una desigualdad que necesita ser expuesta”, agregaron.
El Hipódromo Córdoba en su momento más crítico: déficit millonario y futuro incierto para el turf
Fotografías tomadas por los denunciantes muestran el contraste entre el deterioro del hipódromo y el esplendor de instalaciones como el campo de golf del club. “Las imágenes hablan por sí solas”, aseguraron, señalando que el estado actual del turf no es casualidad, sino el resultado de una política deliberada de abandono.
Las críticas también apuntan a la gestión financiera del club. Según manifestaron, terrenos históricamente vinculados al turf, como el antiguo tattersall y áreas colindantes al Paseo del Jockey, fueron vendidos sin que las ganancias se reinvirtieran en la actividad ecuestre.
“Los recursos provenientes de estas ventas nunca llegaron al turf. En cambio, se destinaron a otros sectores del club”, declararon. Este desfinanciamiento ha dejado al hipódromo en una situación de deterioro casi irreversible, según la gremial de cuidadores y jockeys.
El auge de otras actividades
Mientras el turf lucha por sobrevivir, el Jockey Club invirtió en el desarrollo de otras disciplinas deportivas. La institución planea expandir otras actividades como el rugby, hockey y tenis en terrenos ubicados camino a Alta Gracia. El objetivo es captar a nuevas generaciones y diversificar su oferta deportiva para generar recursos con más socios.
Ezequiel Mallía, presidente del Jockey Club, explicó días atrás a PERFIL CÓRDOBA que el turf genera un déficit anual de 300 millones de pesos, lo que obliga a buscar alternativas para garantizar su viabilidad. Entre las propuestas está la implementación de una aplicación de apuestas online y la reestructuración de las agencias locales.