Llamó la atención el accionar de dos legisladores que integran el ala dialoguista de la bancada UCR en el interbloque Juntos por el Cambio en la primera sesión ordinaria del nuevo año parlamentario.
Los parlamentarios radicales Ariel Grich y Oscar Saliba abandonaron las formas diplomáticas para pasar al discurso de choque con el peronismo. Sus duras expresiones –por distintas vías– parecieron enrolarlos, a partir de ahora, en el ala halcón de la oposición cambiemista.
Grich fue al hueso con el duro reclamo por la inseguridad en Río Cuarto, haciendo uso de los cinco minutos que le otorgó el oficialismo para la reconsideración de su demanda. A través de su proyecto de declaración, el radical no ahorró críticas contra la gestión del PJ al advertir de “la ola de delincuencia” y la “escalada de delitos” en la capital alterna, pero que también afecta “a los pueblos del interior del interior del departamento”.
En su demanda, el boina blanca habló de “la incapacidad del gobierno provincial de poder controlar el inminente incremento del delito en toda la provincia”, señala el texto de su iniciativa. Por lo cual, solicitó a las autoridades que “se intensifiquen las medidas de seguridad en el departamento Río Cuarto”.
A su vez, ante la “falta de respuesta del sistema”, Grich alertó que hay vecinos que “han adquirido armas para hacer justicia por mano propia” por los asaltos y entraderas a viviendas.
Asimismo, aludió al cuestionamiento del PJ por no acompañar la nueva norma de seguridad de la gestión Llaryora. En ese plano, el radical contragolpeó: “La ley puesta en vigencia hace 13 meses no está dando resultados”. Ante su fracaso, le pidió al gobernador y a su equipo de seguridad que “revea esta ley”. “No está dando los resultados que la ciudadanía de Córdoba lo requiere”, enfatizó.
La Provincia desmiente a De Loredo: "Córdoba no aumentó la planta de empleados, tiene menos"
“Necesitamos hacer un debate en serio -fuera de la política- y con el compromiso de todos para darle herramientas legales no solo a la policía sino también a los jueces y fiscales para que el sistema pueda tener reacciones rápidas como lo requiere la realidad·”, ahondó Grich.
Restricción
Por su parte, Saliba se pronunció mediante las redes sociales para exhibir su enojo ante la decisión del oficialismo de inhabilitar los cinco minutos de reconsideración para que no se hable del reclamo cambiemista por el “impuestazo” de Llaryora.
En su mensaje, el radical exhibió una leyenda que fue acompañada con una imagen suya en la banca, con una cruz color rojo que atraviesa su boca, en señal de “censura previa”.
“Urgente. Mientras que el gobernador Llaryora implementa el impuestazo, a la oposición nos prohíben el uso de la palabra en el recinto para defender a los cordobeses”, lanzó el vicepresidente 1º de la Unicameral.
Su par de bancada, Miguel Nicolás, también protagonizó un chispazo con la vicegobernadora Myrian Prunotto por el mismo reclamo. En otras sesiones, el impedimento afectó al radical Matías Gvozdenovich y al vecinalista Rodrigo Agrelo, quien promovió una cuestión de privilegio contra la titular de la cámara.
Grich y Saliba no sólo comparten bancada y signo político sino, además, ambos fueron exintendentes de localidades del sur provincial. También presidieron el Foro de Intendentes radicales, espacio institucional que articula el diálogo con el gobierno provincial.