La sesión de ayer, que a priori parecía sin contratiempos y sin mayores roces, derivó en una fuerte pulseada entre el PJ y los halcones de Juntos por el Cambio (JxC) que arrancó antes del mediodía y luego se trasladó al recinto durante la tarde-noche. A esto se sumó la protesta por aumento salarial de los trabajadores legislativos que impidió el normal desarrollo del plenario.
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Hubo dos causas que desataron el áspero choque de fuerzas entre espadas peronistas y cambiemistas que terminó con los legisladores del interbloque opositor abandonando el recinto casi al final de la jornada.
Por un lado, el reclamo insistente de JxC por impedirle la participación en Labor Parlamentaria a la deloredista Alejandra Ferrero y, por otra parte, la denuncia de “cercenamiento” de la palabra en el recinto a los opositores.
Los movimientos de unos y otros tensaron la discusión que indefectiblemente se trasladó a la dinámica legislativa. Ambos polos cruzaron acusaciones por el desenvolvimiento de los últimos plenarios que, por momentos, se tornan inmanejables. Y el reencausarlos demanda un alto grado de desgaste.
El enfrentamiento gira en torno a Labor Parlamentaria, donde se debería arribar a acuerdos para definir la hoja de ruta de la sesión. Los jefes de bloque de JxC volvieron a ausentarse en rechazo a la “censura” a Ferrero. En tanto, el oficialismo cuestiona la movida cambiemista como parte de la “interna radical”. Ambas partes se muestran intransigentes en sus posturas.
Reglamentaristas
Por el faltazo de los cambiemistas a la reunión de jefes de bloques, el oficialismo aplicó otra medida reglamentarista. Acotó la palabra en el recinto a radicales y juecistas para no dar paso al debate libre y, así, contener la dura crítica de la oposición a la SeNAF ante la muerte de Arali, asesinada por su padrastro. El caso sacudió a la comunidad de Brinkmann.
El autor de sendos pedidos de informes, Mauricio Jaimes (UCR), fue el único que pudo exponer en representación de JxC, lo que alteró los ánimos de los halcones radicales.
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El parlamentario le pidió al gobernador Martín LLaryora el apartamiento del cargo a Julia Reartes (titular) y a Romina Cristini (subsecretaria), debido “a la incompetencia y el mal desarrollo y funcionamiento que se presta desde la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF)”.
A su vez, solicitó “la inmediata reestructuración” de la SeNAF, “ya que está comprobado desde su creación, que la misma nunca funcionó”, remarcó Jaimes. A su turno, también lanzaron sus críticas Rodrigo Agrelo (EVC), Luciana Echevarría (FITU) y Patricia Botta (PRO).
Cabe recordar que el juecista Walter Nostrala ya había exigido la renuncia de la ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero, de la cual depende la SeNAF.
Réplica pejotista
Al salir al cruce de los opositores, el jefe de la bancada oficialista, Miguel Siciliano demandó: “Hay límites que no podemos pasar”, y rechazó las “barbaridades” que se dijeron en el recinto. “Tiran frases… ‘manos manchadas con sangre’… que no estoy dispuesto a bancarme”, acentuó.
En esa línea, la espada llaryorista contragolpeó: “Están dispuesto a todo. No les importan nada. Quieren que a nuestro gobierno le vaya mal. Por eso utilizan cada oportunidad, hasta la muerte de una piba, para hacer política”.
Tras reconocer que “hay cosas que modificar en la SeNAF, el oficialista afirmó que “no vale todo”. “Una cosa es estar preocupado, pedir informes. Y otra cosa es pararse en un atril y hacer política hasta con la muerte de una piba”, fustigó. “Lo de hoy supera todo límite humano”, criticó Siciliano, quien les dijo a los opositores que “para las elecciones faltan tres años”.
Más allá de los cruces, los dos pedidos de informes de Jaimes fueron aprobados. El PJ aportó el visto bueno. De este modo, el Ejecutivo deberá dar respuesta a los proyectos referidos a casos de vulneración hacia la integridad de niños, niñas y adolescentes, intervenciones y seguimiento, y respecto del funcionamiento de la línea 102 para denuncias.
Cuestión de privilegio
Ante la negativa de los cinco minutos para fundamentar los planteos de reconsideración de una serie de proyectos, Ferrero devolvió el golpe con una cuestión de privilegio. “La UCR presentó 476 proyectos de ley y resolución. Y el bloque que nos agravia presentó 161 proyectos”, refutó la deloredista ante el reclamo pejotista de falta de ideas.
En ese plano, rechazó la “calumnia” y la “agresión” de que son objeto los opositores. El dardo envenenado fue dirigido a Siciliano. “Hasta cuando nos van a censurar el uso de la palabra en este recinto. El cordobesismo no nos permite expresar”, remató Ferrero. En igual sentido, Austin acusó al PJ de “cercenamiento” de la palabra a los opositores.
“Nos ampara el Reglamento, la Constitución y el voto de la gente. Aunque quieran imponerlo con los votos no pueden hacerlo”, advirtió la radical. “Esta presidencia no ha cercenado el uso de la palabra, lo que ha hecho es cumplir con el Reglamento Interno”, retrucó Facundo Torres.
Los ánimos venían caldeados en la previa y se intensificaron durante la sesión. Casi al final, Siciliano pidió votar en bloque los proyectos opositores que requerían los 2/3 para su debate, siendo que el PJ los rechazaría. En la votación se impuso la negativa de tratarlos y se desató la catarata de pedidos de reconsideración de la oposición.
Como no se les habilitó la palabra, ni tampoco se hizo lugar a una nueva cuestión de privilegio solicitada por José Bria, los legisladores de JxC abandonaron el recinto denunciando “autoritarismo” en el accionar del PJ.