La médica patóloga pediátrica Marta Cohen declaró este lunes en el inicio de la séptima semana del juicio en la Cámara 7a del Crimen por presuntos ataques seriales a bebés en el Hospital Materno Neonatal, en el que están acusados la enfermera Brenda Agüero y 10 funcionarios públicos.
Cohen fue convocada por el tribunal a pedido de la defensa de Agüero. El punto a explicar por la experta era el hallazgo de valores altísimos de potasio.
La definición más fuerte que aportó la experta es que en el Reino Unido no se usa “el análisis del potasio post mortem porque no sirve”. Explicó el mecanismo que se produce en el cuerpo de una persona cuando muere: Se liberan todas las sustancias presentes en el cuerpo y, particularmente, el caso del potasio se incrementa aún más en la sangre.
Siguiendo esa línea de análisis, Cohen sostuvo que por esa razón “sin un diagnóstico en vida es difícil valorar el potasio post mortem”. Sólo planteó una excepción, referida en una publicación científica reciente, donde se analizó la hiperpotasemia en un caso de suicidio.
La posición explicada en detalle durante la audiencia por la experta relativiza una de las conclusiones más fuertes del toxicólogo Luis Ferrari quien no encontró explicaciones médicas endógenas -sí exógenas- a los niveles de potasio hallados en los bebés que forman el universo de casos analizados en este juicio. Ferrari ya declaró cuando lo hicieron todos los médicos que realizaron la pericia interdisciplinaria sobre los 13 casos. En esa oportunidad, el perito sostuvo que al no haber causas que expliquen los altísimos niveles de la sustancia -equivalentes a lo que se inocula a los condenados a muerte en EEUU-, sólo cabe como hipótesis la inoculación externa.
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Las conclusiones expresadas por Cohen se refirieron a posiciones científicas verificables pero no a los casos concretos analizados durante el juicio, incluso en la pericia interdisciplinaria. Son posiciones teóricas médicas que van evolucionando en el tiempo, afirmó.
Luego declararon dos enfermeras, excompañeras de trabajo de Brenda Agüero: Celeste Gómez, enfermera del Sanatorio Allende, y Noemí Orlando, enfermera de la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) de Neonatología del Hospital Materno Neonatal.
La primera señaló que Brenda tenía un muy buen concepto mientras se desempeñó en el sanatorio privado.
Orlando, la última en declarar este lunes, se refirió al desarrollo y distribución de tareas en el Centro Obstétrico. Dijo que no todos podían ingresar a las historias clínicas, que no había un único uniforme y no tenían identificación.
Sobre uno de los bebés en los que detectó lesión cutánea aseguró que ese paciente "no presentó un pinchazo" sino una especie de "desgarro o raspón" del que salía "suero y un poco de sangre". Lo vio en la pierna izquierda. Dijo que ese tipo de herida no había visto nunca en algún bebé.
"No podría separar el binomio madre-hijo" aseveró, a la hora de responder sobre los roles de las enfermeras de obstetricia y neonatología, aunque reconoció que las primeras se dedicaban a las mamás y las segundas a los bebés.