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SIN DEVALUACION

La nueva competitividad: empresarios y consultores ajustan agenda para impulsar baja de costos y aumento de productividad

Con el oficialismo enfocado en no tocar el tipo de cambio, la mejora en la competitividad para la industria y los sectores exportadores no vendrá de un salto devaluatorio. Así, ya hay proyectos nacidos desde el sector privado y lobby para canalizar en el sector público y lograr mejoras. "El año que viene habrá mucha fricción porque la velocidad de la estabilización que busca el ejecutivo irá más rápida que la velocidad de los cambios regulatorios o de las reformas estructurales que permitan mejorar la productividad. Ahí tienen que trabajar las empresas", se apunta.

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NUEVO ESCENARIO. Con inflación a la baja y tipo de bajo contenido la competitividad pasa por otro lado. | Cedoc

“Es urgente activar una agenda nueva de competitividad. El gobierno lo tiene claro, pero es clave el rol de las gremiales empresarias. El mensaje del presidente ya lo incluye, está empezando a decir que la competitividad no va a pasar por el tipo de cambio, sino por reducción de costos”.
El comentario, de un economista local que trabaja en estrecho vínculo con cámaras empresarias resume el nuevo escenario que se le viene al sector privado, al sector privado productivo en general y en especial al sector privado vinculado con los mercados externos: no pueden seguir enfocando la competitividad atada a la evolución del dólar.

En ese sentido, en Córdoba comenzaron a moverse hace tiempo. Como se sabe, la Cámara de Industriales Metalúrgicos hizo aportes para ajustar el RIGI para que se contemple la realidad de la industria metalmecánica local. Ese espacio también está trabajando en la creación de un Centro de Estudios para la Producción Metalúrgica y estudiar a fondo estos temas.

Los fabricantes de maquinaria agrícola están trabajando en el desarrollo de modelos de gemelos digitales de cosechadoras, sembradoras, tolvas, que permiten ver, en un entorno digital, dónde, cuánto y cómo reducir los costos. En línea con un modelo que ya implementó en Córdoba Renault, en su planta de Santa Isabel.

Entre algunos aspectos concretos, los industriales de Córdoba están enfocados en pensar qué hacer, por ejemplo, con el saldo técnico de IVA: “los tipos pagan el 21% por los materiales y la mano de obra tercerizada y cobran 10,5% por la maquinaria agrícola que venden. Les queda un saldo técnico que implica estrictamente prestarle al Estado y tienen que salir a buscar guita y pagar intereses. Hoy eso es el 3% del precio final, pero en algún momento del año pasado fue 10%. Cuando hablas de competitividad cada centavo cuenta, por eso estamos intentado hablar con el gobierno para pensar cómo arreglamos esto. Son problemas que antes no se estudiaban, porque la inflación cubría todo”, explicó un asesor.

Desde la Unión Industrial de Córdoba, Gastón Ferrero, miembro de la comisión directiva y presidente del Coloquio que la entidad tuvo semanas atrás amplía: “Hay que pensar que a lo mejor el valor del dólar no es tan malo, pero si a eso le aplicas retenciones los números no cierran. El gobierno tiene que acomodar urgentemente el complejo impositivo. Nosotros no podemos competir con otras potencias mundiales industriales solamente con desregulaciones a las importaciones. Las desregulaciones van más rápido que acomodar el complejo impositivo que tenemos. Son muchos años de desaciertos, pero somos expectantes. Todos los industriales somos optimistas”.

Nuevo paradigma. Esta semana, la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) tuvo se cumbre regional en Córdoba. Su presidente, Sebastián Beato remarcó que ahora, más que nunca, hay que revisar los costos impositivos para hacer viable el negocio. “Ahora nos toca trabajar para mejorar las condiciones, y empezar a revisar los esquemas tributarios porque más de la mitad del valor de un vehículo son impuestos”, dijo.

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En ese evento, PERFIL CORDOBA dialogó con el consultor Dante Sica para quien “cambiaron las preguntas y consultas. Las empresas están empezando a asumir que la macro se estabiliza y que el cambio es más profundo de lo que parecía al principio”.

Para el director de Abeceb: “Hasta el año pasado, como empresa tenías dos objetivos: minimizar el impacto de la macro sobre tu negocio y sortear las dificultades en la micro que te generaba el gobierno, el impacto de la inflación, la brecha cambiaria, cuidar la caja y conseguir las SIRA, los dólares, que te dejaran importar, exportar. Los puestos relevantes eran institucionales y financieros. Hoy la economía dio un giro de 180°, la economía se mueve distinto, la inflación a la baja te cambia el paradigma, las empresas se habían olvidado de hacer pricing, tenían dificultades para saber cuánto valían las cosas, cómo vender, en qué mercado”.

En esa línea, remarca que las empresas están empezando a volver a mirar la competitividad de su negocio. “La inflación tapaba ineficiencias, total todo era lo mismo. Hoy empezás a preocuparte por el scrap, el gerente de compras. Tenes que saber vender pero también saber comprar. El de producción es importantes, el de relaciones laborales, etc. Con inflación alta la paz social la comprabas a cualquier costo. Hoy tenes que ver todo. En una economía desequilibrada la tasa de rentabilidad es muy alta, ahora la tasa de economía empieza a ajustar a parámetros normales”.

En un encuentro con empresarios organizado por Punto a Punto el titular de Economics Trends y del Instituto de Economía Política, Gastón Utrera refuerza la tesis de la nueva competitividad y que tienen que dejar de esperar mejoras vía corrección o saltos en el tipo de cambio.

“La estrategia del gobierno está enfocada en que la inflación no se mantenga en la franja del 4%, ni del 3%, sino más cerca del 2% y apostar a que converjan las líneas de aumento de precios con el ritmo de devaluación. Logrando contener la presión monetaria, lo peor que puede hacer el gobierno es volver a subir el tipo de cambio porque sabe que eso genera un nuevo corrimiento en el ritmo que se logró para la inflación. Subir el tipo de cambio, que implica un rápido pase a precios implica perder todo lo bueno que hicieron en este tiempo”.

Así, sostuvo: “Como clave de análisis hay que pensar que va a ser rarísimo que se salgan de la pauta de corrección cambiaria del 2% mensual. Todo lo contrario, si se estabiliza la inflación en el 2% mensual el camino del gobierno puede ser subir la apuesta y endurecer el crawling peg al 1%, porque si funcionó para llevar la inflación al 2% va a funcionar para seguir bajándola o contenerla ahí. Y serviría para alinear expectativas y dejarnos a todos claro cómo es el juego. Creemos que llegando la inflación al 2% el tramo siguiente es con crawling peg para abajo y con desinflación más rápida todavía”.

Volviendo a Sica, el economista redondea esta línea de diseño de políticas hacia adelante: “El desafío como país no es sólo salir de la recesión. Argentina tiene que salir de la depresión. Hace 15 años que no crece y ha perdido mucha competitividad y mucha productividad. La estabilidad te permite salir de la recesión, pero para salir de la depresión se requiere inversión y sector externo. Para eso hace falta un programa de competitividad, que el gobierno empezó a generar. La Ley Bases es el inicio de un programa que ataca los fundamentals que regulan la economía. Pero hay distintas velocidades. Una velocidad depende solo del ejecutivo y de la firmeza y pragmatismo del ejecutivo y otra es la que te da el legislativo. El año que viene habrá mucha fricción porque la velocidad de la estabilización que busca el ejecutivo irá más rápida que la velocidad de los cambios regulatorios o de las reformas estructurales que permitan mejorar la productividad. Ahí tienen que trabajar las empresas, no sólo llevando una hoja de ruta a los gobiernos. Y también las provincias y municipios, que tienen mucha injerencia para eliminar restricciones para mejorar la competitividad sistémica”, remarca.