Este jueves declaró en el juicio el matrimonio que posibilitó la apertura de la investigación judicial por muertes y lesiones sospechosas en recién nacidos en el Hospital Materno Neonatal: el ingeniero Francisco Luperi -quien firmó la denuncia- y su esposa, la médica anestesióloga Virginia Zamora.
El testimonio de ambos evidenció que había un estado de sospechas y dudas, por lo menos desde mayo. Aún más contundente fue quien era supervisora de Enfermería del Centro Obstétrico, Fabiana del Soto. “A partir de la segunda muerte comenzó a notarse algo raro”, aseveró. Nótese que la segunda muerte se produjo el 23 de abril del 2022
El primero en exponer su testimonio en la audiencia de esta mañana fue Facundo Luperi. Dijo que decidieron junto a su esposa presentar una denuncia judicial en tribunales que formalizó el 4 de julio del 2022.
Todo ocurrió luego de que, en reiteradas ocasiones, su pareja fue comentando en la intimidad familiar lo que escuchaba en el hospital cuando regresaba de las guardias.
“Había casos que no tenían explicación, muertes de las que no se sabía la causa. Lo tomamos como una noticia triste, con preocupación”, relató. Continuó contando que “a medida que se fueron acumulando los hechos lo charlamos cada vez con más alarma”.
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Aclaró que las noticias le llegaban a destiempo a su esposa. “Recuerdo que un día comentó que había más bebés muertos o con lesiones que no se sabía la causa, entonces tomamos la decisión en conjunto, que esta información tenía que ponerse a disposición de la Justicia para que tomara conocimiento. Eran hechos graves que involucraban vidas de recién nacidos”, explicó.
Luperi señaló que desconocía si había ya una investigación policial o judicial. Sí conocían que había una pesquisa administrativa pero también desconocía si era a nivel hospitalario o ministerial.
“Yo hice la denuncia para tratar de resguardar a ella -su esposa- y para que la justicia verifique si los comentarios eran ciertos, si sucedieron los hechos”, aclaró.
La médica Virginia Zamora coincidió en el relato con su esposo. Y agregó que la información le llegaba de otras colegas o de Viviana Martínez, una empleada perteneciente al gremio de los empleados públicos, SEP, quien a medida que tomaba conocimiento de algunos episodios se los comentaba. Martínez había sido citada para hoy pero la extensión de la audiencia obligó a postergar su declaración testimonial.
Zamora también dijo que, cada vez que consultaba para profundizar la información, les pedían “no preguntar para no interferir en la investigación”. Señaló que se le pasaron por la cabeza "miles de hipótesis". "Acabábamos de salir de una pandemia", recordó.
Zamora dijo que entre fines de mayo y principios de junio “ya se hablaba de pinchazos”.
Cuando le consultaron qué significó para ella la investigación judicial del Neonatal respondió: “Para mí fue un espanto. Me cuesta asimilar que haya pasado todo esto. Ha sido muy doloroso este proceso. En más de 20 años de profesión nunca pensé vivir una situación así”.
Los fiscales y las querellas agradecieron a Luperi y Zamora por el “coraje, valentía y honor” de ambos.
Zamora respondió: “A esas mamás y esas familias les deseo de todo corazón que lleguen a saber la verdad. Ayer mis dos hijas nos animaron y me dijeron que les diga que Dios las va a ayudar. A ustedes miembros de la Justicia les pido: no nos defrauden".
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Brenda Agüero estuvo trabajando en los 13 episodios extraños
La última testigo de este jueves fue la enfermera Fabiana del Soto. En el 2022, era supervisora de Enfermería del Centro Obstétrico.
Ratificó ante el jurado que, al revisar las planillas del personal, en todos los episodios extraños se repitió la presencia de Brenda Agüero. Esa tarea le habían encomendado las autoridades del hospital a la jefa de Enfermería, Alicia Ariza, imputada en la causa.
También recordó que un grupo de empleados fue licenciado. Después de la dispensa, cuando regresaron todos los trabajadores apartados y Brenda no se reincorporó, dijo que “no volvieron a ocurrir” los episodios inexplicables.
Le preguntaron si las lesiones podrían haber sucedido por la confusión de alguien entre la vitamina K y el potasio. “No fue un error. Ninguna enfermera inocula potasio porque sabe lo que sucede. Esto fue intencional”, dijo sin dudar.
Afirmó que es posible que mueran bebés en terapia intensiva por alguna patología cardiaca; pero lo extraño era que, en estos casos, todos habían nacido en buen estado de salud.
Cómo continúa el juicio. A partir del próximo lunes se abrirá una etapa clave con la presencia de peritos médicos. Los primeros serán toxicólogos que analizaron los 13 casos de bebés descompensados.
