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CóRDOBA
REVISIÓN HISTÓRICA

La Juventud Radical y la Franja Morada antes del golpe del ‘76

Se ha dicho innumerable cantidad de veces que el golpe de Estado estuvo apoyado por partidos y dirigentes políticos. Por la mayoría de la sociedad argentina. La Juventud Radical y la Franja Morada no apoyaron nunca el golpe.

21-3-2025-Juventud radical
. | CEDOC PERFIL

El 24 de marzo de 1976 es una fecha crucial para la Argentina. En aquel momento, los militares encabezados por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.

Lo más plausible debería ser el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia el 10 diciembre, en lugar del 24 de marzo, no sólo porque el 10 diciembre de 1983 asumió un nuevo gobierno elegido por el pueblo, sino porque es el día de los Derechos Humanos, es la entrada a la vida, la paz, a la justicia y el respeto por derechos.

Se ha dicho innumerable cantidad de veces que este golpe de Estado estuvo apoyado por distintos partidos y dirigentes políticos. En suma, por la mayoría de la sociedad argentina. Pero eso no es exactamente así. La Juventud Radical y la Franja Morada no apoyaron nunca el golpe de Estado del 24 de marzo.

Para comprender la terrible dictadura que se inició ese día es necesario observar con atención la etapa anterior al proceso militar. Más concretamente a partir de la vuelta de Perón a la Argentina. Ya desde el regreso del líder justicialista, la marca de la violencia estuvo presente. Así sucedió con la llamada “masacre de Ezeiza”, ocurrida el 20 de junio de 1973 y protagonizada por la derecha y la izquierda peronista (Montoneros y la Triple A). El gobierno peronista de este tercer período estuvo colmado de violencia, persecución política, secuestro y muerte.

Por otro lado, en los años ‘70, según cuenta Lafferriere (s.f.), distintos grupos y/o de izquierda como el Partido Comunista Revolucionario, la Vanguardia Comunista -prochinos-, los trotskistas (Partido Revolucionario de los Trabajadores, con el ERP como su brazo armado; Montoneros; y Fuerzas Armadas Revolucionarias Peronistas), entre otros, optaron por la lucha armada para conquistar el poder, considerando inviable el camino pacífico. Según ellos, la única forma de oponer una valla a la dominación imperialista era armarse. Por aquellos años, Mario Firmenich, en la revista El Descamisado, afirmaba que el poder político brotaba de la boca de un fusil.

Por todo ello, Lafferriere expresa: “lo que comenzó apenas verbalizado y casi como un juego dialéctico a fines de la década del ‘60 se convirtió en una realidad patética y sangrienta a medida que avanzaba la década siguiente”.

El 6 de septiembre de 1974, el líder montonero Firmenich, en pleno gobierno de Martínez de Perón, quien había sido elegida democráticamente en la fórmula Perón-Perón, anuncia que pasa a la clandestinidad.

Defender la democracia

Mientras los grupos tanto de izquierda como de derecha se volvieron más radicalizados y violentos, los jóvenes radicales y la Franja Morada se enfocaron en la defensa de “la vida, la paz y la democracia”.

Ante la determinación de las agrupaciones de izquierda y peronistas de pasar a la clandestinidad e insistir en que la vía de conquistar el poder no era la democracia, sino la lucha armada, la lucha de clase, en suma, la violencia, los encargados de comunicarles que los jóvenes radicales, ante esta situación, iban a abandonar las Juventudes Políticas Argentinas fueron Marcelo Stubrin, Luis “Changui” Cáceres y Leopoldo Moreau.

Se produce, entonces, una reunión en la que se notifica la decisión tomada a Montoneros. Los peronistas recibieron a los jóvenes radicales “con ‘revólveres arriba de la mesa’ (…) En el encuentro, los radicales plantearon: ‘Esta situación es insostenible. Nosotros no estamos de acuerdo y nos retiramos’ (Stubrin en Fernández, 2017, p. 254). Lafferriere recuerda que “a partir de ese momento, la Juventud Peronista comenzó a considerar a los jóvenes radicales como enemigos” (Lafferriere, CP, 18 de febrero de 2024).

La Juventud Peronista afirmaba en ‘El Peronista’ que “era preferible un gobierno militar al gobierno de Isabel”. En cambio, la Juventud Radical seguía apostando por la democracia. Por entonces, los jóvenes radicales del Comité Provincia de Córdoba editaban un diario que se llamó ‘Causa Radical’.

En este periódico se reflejaba que en la provincia de San Luis se había reunido la Juventud Radical de las provincias de Cuyo. En este encuentro se redactó un documento en el que se manifestaba en contra de cualquier aventura golpista, ya sea de derecha o de izquierda. La Juventud Radical remarcaba que, pese a las diferencias enormes que tenía con el gobierno de Isabel Perón, llamaba al “pueblo a defender su soberanía contra intentos golpistas seudoinstitucionales (…) denunciamos y condenamos a los golpistas”.

En su editorial de noviembre de 1975 ‘Causa Radical’ titulaba: “No obstante los fracasos, no al golpe”. El radicalismo, consciente de las posibilidades de un nuevo golpe, le advertía a la sociedad que pese a las dificultades del gobierno había que mantener la democracia, porque las posibles soluciones se debían buscar en democracia, por los carriles institucionales. Por entonces, se pensaba que la democracia, por más frágil que fuera, era preferible a un golpe.

Con libertades, aunque mínimas, pero al final de cuentas con la posibilidad de dar a conocer las propias ideas. “Eso no se puede hacer en una dictadura militar (…). De allí la necesidad de mantener la vía institucional, por ello rechazamos la violencia de la subversión. Sólo sirve a los intereses golpistas y margina a las masas del proceso de lucha revolucionaria”, se lee en la editorial.

Los jóvenes militantes de Franja Morada y de la Juventud Radical, de fines de los ‘60 y los ’70 van a enfrentar de forma muy crítica y contundente a la dictadura que se inicia el 24 de marzo de 1976. Una vez culminada ésta, muchos de ellos van a ocupar un rol muy importante en el gobierno de la UCR, que se inicia el 10 de diciembre de 1983, con el liderazgo de Raúl Alfonsín. Pero esta es otra historia.

(*) Licenciado en Política y Sociología