Brenda Agüero, la enfermera acusada de atacar a 13 bebés a poco de nacer en el Hospital Materno Neonatal, mantiene una actitud incólume desde que las madres comenzaron a prestar sus testimonios. Dirige su mirada a las declarantes sin expresar estremecimiento, a pesar de que los relatos son demoledores. Las mira de frente. Ella está en el costado izquierdo y los testigos se sientan delante, en el sector derecho de la sala.
Su postura es la antítesis de la expresión corporal y oral de las madres que deben afrontar la exposición y relatar los momentos trágicos que vivieron al dar a luz y ver a sus hijos descompensarse hasta morir. La conmoción es tal que impacta en sus cuerpos. Con buen tino, la Cámara 7a del Crimen dispuso la permanencia de un médico que las asiste.
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Damaris Bustamante, Yoselín Rojas, Julieta Guardia -las tres perdieron a sus bebés- recibieron asistencia médica en la audiencia y al salir de la sala. Sus cuerpos mostraron el impacto que les produce traer a la memoria la secuencia temporal que atravesaron en el Neonatal.
Esta mañana Julieta Guardia no pudo contener las lágrimas desde el primer minuto de su relato. Tuvo que interrumpir la narración en varias ocasiones ante la imposibilidad de continuar.
Aun en ese estado, conmovida al extremo, no dudó en señalar a Brenda Agüero como la enfermera que estuvo con ella en la sala de preparto, en la de parto y posparto, el 23 de mayo, en el Hospital Materno Neonatal.
Ante una pregunta que le realizó uno de los abogados, la invitaron a pararse frente a los acusados para identificar a la médica que le informó que su hijo, Ibrahim, había fallecido. Volvió a su silla para seguir la testimonial totalmente conmocionada porque tuvo que pararse a escasos metros de la enfermera que había llevado a su bebé cuando estaba en la sala de recuperación posparto, momento a partir del cual el recién nacido comenzó el proceso final. Murió tras recibir en su cuerpito una alta dosis de insulina.
Tres testimoniales de hoy apuntaron a Brenda Agüero como responsable de los presuntos ataques. No obstante, la enfermera sigue sentada en la primera fila, casi sin moverse, con las manos juntas sobre su falda.
"Esta mujer me llevó a mi hijo", dijo Julieta Guardia, mamá de Ibrahim, nacido el 23 de mayo, quien falleció horas después. Su madre, Gloria Carbajal, también se dirigió a la enfermera presente en la sala. "Usted, señorita me sacó de ahí", le dijo de frente.
En tercer término, Tamara Hermosilla relató cómo dio a luz a su hija Luna, quien logró sobrevivir. También ella se enfrentó a Agüero. "Decir que es inocente y que me mire con esa cara de que no fue, digo: yo le di a mi hija a upa". "No sé qué explicación le dan ustedes; yo sé que fue ella. Yo le di a mi hija en brazos y se la llevó", aseveró.
Ante tamaña acusación, Brenda Agüero se mantuvo sentada, mirando fijo a cada una de las testigos. Tan solo un momento giró el cuerpo para hacer anotaciones en papeles que estaban sobre el escritorio de su abogado.
Desde que comenzó este juicio, el 6 de enero, solo hubo un momento en que se vio a Agüero desencajada a punto de descomponerse. Ocurrió cuando fotógrafos, camarógrafos y periodistas ingresaron a la sala de audiencia para tomar las primeras imágenes de un juicio histórico. Su rostro acongojado, sus sollozos, la mano tendida sobre la suya del defensor Nievas, fueron retratados y los videos se viralizaron.
¿Era la expresión de dolor por las muertes cuyas causas comenzarían a develarse? Al día siguiente la propia Brenda se encargó de explicarlo. "Cuando me detuvieron fue impresionante cómo me señalaron los medios sin pensar en el riesgo que corría en Bouwer, ni en mi familia que quedó afuera. Por eso ayer me agarró un ataque. El único contacto con el exterior que tengo es con familiares de otras internas. Pensé que estaba lista para transitar el juicio porque lo venía esperando. Los nervios me jugaron una mala pasada. Hoy estoy más tranquila".
En síntesis, sufrió el impacto de verse retratada. Habló del "bombardeo" de la prensa. De ese modo se presentó, por primera vez, a los jurados que el último día dictarán sentencia y resolverán si las pruebas que se ventilen son suficientes para condenarla.