El apellido Benegas Lynch está profundamente ligado a la vida política del presidente Javier Milei, quien –constantemente– destaca la influencia ideológica que ha tenido sobre su persona.
La familia Benegas Lynch ha mantenido una tradición liberal a lo largo de tres generaciones: padre, hijo y nieto, y son mencionados por el Presidente en sus alocuciones con frecuencia. Algunas de estas citas se han convertido en una especie de mantra para los seguidores libertarios, como por ejemplo la definición de liberalismo como "el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo".
El nieto del patriarca –economista y actual diputado– Alberto ‘Bertie’ Benegas Lynch, desembarcó en Córdoba para acompañar al Presidente en lo que fue la inauguración del nuevo edificio de la Bolsa de Comercio. En ese marco dialogó con Perfil Córdoba y brindó su mirada sobre cómo fue el primer año de gestión y qué avizora para el 2025.
“El año que viene el mapa legislativo va a empezar a cambiar. Este nos encontró pidiendo refuerzos desespe radamente y tras las elecciones entendemos que nos va a ingresar un grupo de gente capacitada. Acá en Córdoba está armando Bornoroni; lo mismo está pasando en Corrientes con Almirón, o La Rioja con Martín Menem. Gente con buenos valores y convicciones que quieran poner de pie a la Argentina. Veo un futuro espectacular”, indicó el diputado.
–¿Cómo ubica el proceso que lleva adelante el presidente Javier Milei en términos históricos?
–La batalla cultural lleva décadas, y a veces siglos, lograr un cambio, porque hay que cambiar lo que tiene la gente en su cabeza, lo que piensa y sus paradigmas. Y ha venido esta persona que aparece cada 300 años por lo que hay que aprovecharla. Yo ilustro lo que pasa diciendo que sacó el Titanic de debajo del agua y con los dientes. Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la importancia de la batalla cultural y defender las ideas que después se pueden plasmar en la política.
–¿Qué importancia le asigna a esa batalla cultural?
–Antes que nada debo decir que en el plano personal yo siento un enorme agrade cimiento hacia Javier, porque él me dio la posibilidad de tener protagonismo y poder dar esa batalla cultural. Tener este tipo de entrevistas es justamente el canal para romper paradigmas, dejar un pensamiento y no la cosa proselitista típica del político que dice: “Bueno, vamos a poner cloacas y pro mesas que nunca cumplen. Acá hablamos de conceptos, de ideas”. La batalla cultural en este momento es fundamental, tan importante como lo político o la economía. Javier la da en cada discurso ya que son clases magistrales de economía y de batalla cultural siendo Presidente.
–En ese marco, ¿a largo plazo el desafío es superar el personalismo y poder sostener justamente la filosofía y la batería cultural con el tiempo?
–Me viene a la mente una vez cuando Javier estaba en campaña, que viene una chiquita que creo le regaló un leoncito en la calle. Ella le decía que era mileísta y Javier se arrodilló y le dijo: "Yo prefiero que seas liberal”.
–¿Cree que la continuación de la batalla cultural se seguirá dando en el tono actual o piensa que con la mejora continua de los indicadores económicos puede bajar el nivel de intensidad?
–No es mi estilo esa intensidad, pero suscribo con Javier. Y si ves el timeline de él, cómo se fue desarrollando, le ha dado bastante resultado. Yo le preguntaría a ustedes: si alguien está entrando a tu casa, asaltándote cuando estás con tus chicos y tu mujer durmiendo, le decís: “Mire, escúcheme, esto es propiedad privada”. Acá es lo mismo, nos vienen afanando a través del Estado desde hace años, ¿cómo vas a reaccionar? Este no es el momento para medias tintas. Cada uno con su estilo me parece que esto es un sacudón y muchos se sienten identificados con esto.
–En materia de economía, ¿un acuerdo con el fondo debería pasar en alguna ins tancia por el Congreso?
–Entiendo que no se necesita. Ese acuerdo aceleraría el proceso vinculado al comercio exterior del que estamos tratando de salir. Durante 40 años hemos descuidado un Estado que necesita regular cada vez más. Por eso, bendito sea este momento, y el apoyo de la gente a Javier quien está haciendo cosas de fondo y que –en definitiva– son las que se tienen que hacer.
–El cepo ya comenzó a desmantelarse. ¿La salida definitiva es el gran desafío de los próximos meses?
–Si, el presidente lo anunció para 2025 y hacia allá vamos. El acuerdo de libre comercio con Estados Unidos está liga do a eso.
–Respecto a ese tratado de libre comercio con Estados Unidos, ¿está el industrial argentino en condiciones de soportar competencia externa?
–En este proceso Javier quiere evitar el industricidio. Creo que tiene que ser acompañado –justamente– con sacarle el peso del Estado a la gente y eso es parte de la competitividad porque viene de la mano de bajar la presión tributaria. A partir de allí hay que competir, y puede pasar que haya alguien de afuera que haga algo mejor. No hay que tenerle miedo al comercio internacional.
–¿Cómo ve el diálogo con otros bloques, como por ejemplo con el peronismo de Córdoba?
–Yo no me fijo en los nombres ni en los colores políticos. Aquí hay que tener una mirada común. No se necesita ser liberales rothbardianos para comulgar en la idea que hay que sacarle el Estado de encima a la gente. Hoy el 60 por ciento de lo que haces durante todo el día se lo das al Estado, que te lo roba. Entonces no funciona así porque el Estado consume capital siempre. Mientras más funciones y más le pedís al Estado es peor. Eventualmente creo que tiene que limitarse en preservar y defender los derechos e impartir Justicia.