Los ocho jurados titulares que lleguen al final del juicio por las muertes y ataques a bebés en el Hospital Materno Neonatal decidirán por la culpabilidad o inocencia de los 11 acusados. Tienen un rol determinante. Son mayoría en relación a los jueces técnicos.
Son cuatro mujeres y cuatro hombres que se enfrentan, a partir de ayer, a la gran tarea de impartir justicia en un caso único en el mundo porque la acusación incluye a la presunta autora material de los hechos, la enfermera Brenda Agüero y a 10 exfuncionarios y exjefes de áreas del hospital y del Ministerio de Salud.
Y su decisión es de tal peso que, en caso de resolver la condena para Agüero ésta será a prisión perpetua por la calificación legal que pesa en su contra.
No será una prueba fácil de interpretar a primera vista. Ellos llegan vírgenes de información detallada del expediente que tiene 50 cuerpos, con abundante pericia médica sobre cada uno de los 13 bebés víctimas de los pinchazos con insulina y potasio, según describe la acusación.
Por esa razón, además de las seis u ocho horas de audiencia diaria, de lunes a jueves en el mes de enero; y de lunes a miércoles a partir de febrero, tendrán que dedicar tiempo a leer las pruebas que se irán incorporando a medida que avance el debate.
La Cámara 7a del Crimen, presidida por Patricia Soria, dispuso el desarrollo del juicio hasta fin de junio.
En este proceso, los 20 jurados forman un grupo muy heterogéneo. Hay un licenciado en Economía, un ingeniero, amas de casa, tres jubilados, tres estudiantes, una peluquera y una gastronómica.
Algunos trabajan en relación de dependencia donde deben justificar la inasistencia porque su rol es una carga pública y otros, en cambio, llevan el sustento a sus hogares desarrollando tareas independientes.
Sostener asistencia perfecta será un enorme desafío. Si algún día falta uno por alguna razón justificada, la audiencia no puede llevarse a cabo. Si desiste de continuar, inmediatamente el tribunal técnico lo reemplaza según el orden de la lista de suplentes.
En el primer día, ya se produjo un recambio. Santiago Molina había sido designado titular pero presentó un cuadro de dengue que le requiere reposo. Fue reemplazado por Marcos Echenique quien pasó de ser suplente a ser titular. Es decir que de 20 en total ya quedan 19.
Todos, titulares y suplentes deben asistir a cada una de las jornadas del juicio. Deben escuchar atentamente lo que sucede en el debate e ir formando su propio criterio que se cristalizará al final del proceso cuando votarán y dictarán sentencia.
Con la experiencia del juicio por el crimen policial de Blas Correas, en este caso la Cámara fijó un calendario más amplio que, según el ritmo que se le imprima a las audiencias, llegará hasta junio o podría terminar antes.
En el caso Blas, de 20 jurados iniciales al final llegaron 11, de los cuales ocho dictaron sentencia. En el transcurso de la audiencia nueve se bajaron del juicio.
