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ENTREVISTA

Juez: “Voy a ser candidato a diputado en 2025 si Schiaretti decide ser candidato”

El senador manifestó que está dispuesto a participar de la contienda el año próximo. Sostuvo que en Córdoba hay un ciclo terminado y que es necesario “expresarse con contundencia”. Se mostró crítico con De Loredo, de quien dijo que “por ahí tiene una mirada individual de las cosas”.

Luis Juez en Local partidario del Frente Cívico
Luis Juez en Local partidario del Frente Cívico | Cedoc

Luis Juez afirmó que sólo será candidato a diputado nacional en las elecciones de 2025 si el exgobernador Juan Schiaretti también se presenta en la contienda electoral. Si bien la posibilidad de que el líder del Frente Cívico “juegue” en las elecciones de medio término es reconocida en su entorno, hasta el momento había evitado expresarse en ese sentido, más teniendo en cuenta que su período vence recién en 2027.

El exintendente reconoció que el año pasado, antes del cierre de listas para las elecciones de gobernador, le dijo a Rodrigo de Loredo que iba a ser gobernador por un solo período y que después le dejaba la cancha libre. “Le di mi palabra de honor, pero él por ahí tiene una mirada individual de las cosas”. Entrevistado en ‘Punto y aparte’ (Punto a Punto Radio 90.7) habló de su relación con De Loredo y el presidente Milei y de la interna radical. “Los radicales tienen una concepción de pelea interna que es de una ferocidad enfermiza”, sostuvo.

-¿Podría ser candidato a diputado en 2025 en una eventual alianza con MileI?
-Yo voy a ser candidato si Schiaretti es candidato.

-¿En tal caso iría en alianza con La Libertad Avanza o con Rodrigo de Loredo?
-Si Schiaretti es candidato, yo voy a ser candidato y si desde LLA o Rodrigo quieren que los acompañe, les diré. De otra forma no, porque no tengo necesidad de adelantar una disputa. Creo que hay un ciclo que está terminado en Córdoba y hay que expresarse con contundencia. Le dije a Javier, al Presidente, que por más que en 2025 haga una terrible elección eso no va a cambiar la composición del Parlamento. Hay que animarse a construir consensos y eso implica que a veces hay que ceder la mitad de una idea a quien piensa más o menos igual. No me parece que la forma de gobernar sea creyendo que se puede llevar a todos por delante.

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-El año pasado De Loredo decidió ser candidato a intendente y dejar de lado la nominación a vicegobernador. Seguramente a eso a usted y a mucha gente de su partido no les gustó. Hoy, ¿le sigue teniendo confianza?
-
Fui muy claro con Rodrigo. Tengo la confianza suficiente para decirlo. Le manifesté que si me acompañaba, ganábamos por 20 puntos. Le di mi palabra de honor que sería gobernador un solo mandato y después es todo tuyo. Y le aclaré que si no se sumaba porque le habían hecho creer que iba a ser intendente de Córdoba, era difícil. Si yo no soy gobernador, a vos no te va a alcanzar la nafta para ser intendente, eso le expresé. Me respondió que él ganaba en la ciudad de Córdoba por 18 puntos. Eso no va a pasar le indiqué y lamentablemente los cordobeses nos quedamos con un esquema de poder que generó atraso y pobreza. Por ahí tienen una mirada individual de las cosas. Cuando el enemigo es tan poderoso hay que enfrentarlo con mucha inteligencia. Con un gesto más generoso podríamos haber construido un resultado que a Córdoba le hubiera cambiado la cara.

-¿Qué ve diferente de Schiaretti a Llaryora en estos meses de gestión?
-Creo que lo de Llaryora viene a terminar un ciclo. Le va a poner la lápida al peronismo de Córdoba. Estos pibes compran todo hecho. A Schiaretti lo conozco, he sido su apoderado en los ’90. José Manuel de la Sota era un constructor político por naturaleza. Martín cree que robando figuritas a un compañero de banco va a llenar más rápido el álbum. Juan es un estadista y Martín es un pibe al que siempre llevaron en coche.

¿Sigue lo que pasa en la interna radical teniendo en cuenta que la disputa puede afectar la alianza en esta provincia?
-Sí, claro que lo sigo con atención. Yo lo hablé mucho con Rodrigo, y le digo si vale la pena conducir un bloque que no se siente conducido por él. Esto que le pasa ahora es lo mismo que Rodrigo le hizo a Mario Negri. Los radicales tienen una concepción de pelea interna que es de una ferocidad enfermiza. Los tipos se odian, se pelean y se matan entre ellos. Y el verdadero enemigo no está allí sino afuera. Y eso me preocupa.

-¿Está cómo en el espacio que conforman los aliados de Milei?
-Cuando uno mira la incomodidad de la gente se da cuenta que la comodidad de la dirigencia en estos últimos 40 años ha dejado a 50 por ciento de los argentinos en la pobreza y la marginalidad. Milei es el producto del fracaso de la política. No sé por qué la gente se abraza a la motosierra y no a una esperanza mentirosa, hay que verlo bien. Lo mejor que puedo hacer es reflexionar profundamente sobre por qué la gente eligió eso. No hay un solo indicador que diga que estamos mejor en salud, en educación. La gente piensa que la política le ha jodido la vida.

-¿Su vínculo con Milei es mejor desde lo personal que desde lo político?
-Yo siempre le hablé con una sinceridad brutal, con franqueza. No necesito de él y a esto también se lo dije. Le pedí que cuando lo acompañe no me ponga en la banda de los ‘seca nucas’ y cuando me oponga no me trate de rata inmunda. Él me lo aceptó y me distingue con afecto y cariño. Yo trató de devolvérselo con inteligente lealtad, no con obsecuencia, porque no soy obsecuente de nadie. Es difícil porque mucha gente que lo acompaña no viene de la política y tiene una mirada prejuiciosa. Trato de no perder mis convicciones: le dije que no busco cambiarme de camiseta. No pido nada y en 2027 si Dios me da salud intentaré por cuarta vez ser gobernador. En estos 10 meses fui muy cauto. Por eso, en temas como el de los jubilados voté en contra y le dije que no me podía pedir que votara a favor de sus posiciones porque tiene que ver con mi convicción. Trabajé para que el veto fuera parcial. Me pasó lo mismo con el presupuesto univesitario. Le dije que no votaría en contra de la universidad pública y si quería le podía decir qué decano era honesto y quién un sinvergüenza. La universidad pública me permitió tener un título, yo que vengo de una familia extremadamente humilde. Me pasó con la emergencia. Cuando le hablé el domingo me dijo que me veía muy enojado. Y le respondí que era cierto porque la gente de él no estudia. A vos es más fácil chuparte la media que acertarte una idea. Hay que animarse a decirle las cosas al presidente.

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-¿Cómo le caen las narrativas libertarias que a veces caen en la violencia verbal?
-Yo lo he sufrido en campaña a eso. Cuando nosotros llevamos a votar por primera vez a mi hija Milagros y estábamos orgullosos, tuve un encontronazo con una puntera devenida en libertaria que fue candidata a intendenta (Nde: se refiere a Verónica Sikora) y con otros dirigentes que fueron funcionales al peronismo. Yo también hablo del presidente con eso. No se puede generalizar y no es así, no son todos los periodistas ensobrados ni los políticos todos delincuentes o ratas inmundas.