-¿Qué fue lo mejor y lo peor de la economía en el primer año de Milei?
-Lo mejor fue la desaceleración de la inflación, la política monetaria y cambiaria, la eliminación del déficit fiscal y la eliminación de los intermediarios entre la ayuda social brindada por el Estado y los beneficiarios de las mismas. Lo peor de la economía fueron las consecuencias del ajuste que tuvieron un impacto muy fuerte en el consumo y en el nivel de actividad, especialmente en las pymes y micropymes que se desempeñan en los sectores que mayor empleo generan, como la construcción, el comercio y la industria. Le agregaría la preocupación que genera una posible apertura de la economía de forma indiscriminada y sin que la economía argentina pueda brindar las condiciones de competitividad que permita a la industria local pyme competir.
-¿Cuál es el principal desafío de Milei en el inicio de su segundo año de mandato?
-Mejorar el nivel de actividad de manera más homogénea, lograr crecimiento (hasta ahora es recuperación de algunos sectores) mejorar el poder adquisitivos de los salarios, aggionar la política tributaria, las leyes laborales y costos de logística para hacer viable una inserción de las empresas en el contexto internacionales. También podría mencionar avanzar a un modelo de adicionar valor agregado a las materias primas para evitar la primarización de la economía en los próximos años. El objetivo debe ser, además de balanza comercial positiva, la generación de empleos de calidad que permita a la Argentina, además de crecer, desarrollarse de manera armónica y federal.
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-¿Va a llegar en algún momento la euforia de los mercados a la economía real?
-Es la gran incógnita. Y si llega: ¿lo hará de manera homogénea alentando a las pymes y al empleo? ¿O sólo será un modelo exportador de materias primas aprovechando las ventajas competitivas que no alcanzará para lograr un desarrollo armónico y federal? El tipo de cambio actual, fundamental como ancla inflacionaria, ¿se transformará en un ancla para el crecimiento de la producción local? Habrá que esperar las señales que desde el Ministerio de economía surjan una vez concluido el desafío de estabilizar la economía y mejorar las expectativas.
-¿Qué factores se tienen que dar para que eso ocurra?
-Recuperación del salario real para recuperar poder de compra y dinamizar el consumo interno que tiene una altísima participación en la demanda agregada de la economía y que las industrias con ventajas competitivas a nivel internacional (minería, energía y agro) además de que alcancen un nivel de producción esperado, derramen en el sector pyme de proveedores locales y avancen con procesos que agreguen valor en argentina. Se necesita más empleo privado de calidad.
-¿Se vislumbra un plan del gobierno para empezar a trabajar en la micro?
-No aún.
-¿Hay plan productivo?
-No aún. El gobierno se ha encargado de decir y repetir que el objetivo que persigue es nivelar la cancha y que luego los empresarios jueguen el partido. Lo que sucede es que para nivelar la cancha aún faltan reformas estructurales muy profundas y difíciles de conseguir en un año electoral, entre otras una reforma integral del sistema tributario, un aggiornamento de las leyes laborales a la realidad de la época, infraestructura y logística que permita un desarrollo armónico y federal
-¿Cuál es su situación de las pymes y las perspectivas para el 2025?
-Dependiendo del sector en que se desempeñen la situación es diferente y las perspectivas también. Hay que entender que la situación de la caída del nivel de actividad se viene dando desde hace mucho tiempo, superan ampliamente el año que le toca gestionar al actual gobierno. Así mismo, la desaceleración de la inflación, si bien es una gran noticia y altamente deseable, obliga a las empresas a ser más ordenadas y eficientes en todas sus dimensiones y deja a la luz en poco tiempo las que nos tienen un potencial competitivo adecuado, más aún cuando se analiza entre posibles competidores a importadores, que aprovechen una economía más abierta y un peso fortalecido.