La inflación en Argentina, un desafío cotidiano para millones de consumidores, ha dado lugar a un nuevo fenómeno económico que afecta especialmente a los productos más accesibles del supermercado.
Este fenómeno, conocido como "Cheapflation", se caracteriza por un aumento más acelerado en los precios de los productos más baratos en comparación con los más caros, impactando directamente en los sectores de menores ingresos.
Según un análisis reciente de la consultora Focus Market, la "Cheapflation" o "Cheapflación" -Cheap que en español significa barato, más inflación- es una tendencia global que responde a múltiples factores, como los efectos climáticos adversos, tensiones geopolíticas y cambios en la economía global.
En Argentina, esta dinámica se refleja en una paradoja: mientras algunos productos esenciales como la carne registran aumentos moderados, los bienes más económicos, como fideos y arroz, incrementan su demanda y su precio, en un comportamiento que recuerda al efecto Giffen descrito por el economista Robert Giffen en el siglo XIX.
"En el siglo XIX, el economista escocés Robert Giffen observó que en la crisis de precios, a pesar de aumentar el precio de las patatas, el consumo entre la población pobre seguía creciendo. Esto que hoy lo conocemos como bienes Giffen o efecto Giffen se produce cuando los consumidores de nivel socioeconómico bajo priorizan poder comprar cantidad frente a calidad. Es decir, los consumidores, por ejemplo en Irlanda, a pesar de subir el precio de las patatas, las compraban aún más respecto, por ejemplo que la carne. En el caso de Argentina, este fenómeno se da por excelencia", detalló Damián Di Pace, director de la Consultora.
Precios, calidad y estrategias de consumo
En este contexto inflacionario, muchas empresas han recurrido a sustituir materias primas por insumos de menor calidad para mantener los costos bajo control, lo que resulta en productos menos duraderos o con menor rendimiento al mismo o mayor precio.
Además, las cadenas de supermercados implementan promociones como descuentos en primeras marcas y ofertas "3x2" para atraer a los consumidores, reduciendo la diferencia de precio con las segundas marcas.
"Si bien pareciera ser algo positivo para el consumidor, las personas en situación de vulnerabilidad no pueden aprovecharlos, dado que, con un país con 52,9% de pobres, las compras mensuales, se vuelven semanales o incluso diarias comprando lo justo y necesario", continua el informe.
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Esta estrategia no siempre beneficia a estos sectores. Muchas familias, debido a su situación económica, realizan compras diarias o semanales en autoservicios locales, donde los precios pueden ser hasta "un 50% más altos que en los hipermercados". A esto se suma el costo del transporte público, que limita el acceso a grandes superficies donde los descuentos son más significativos.
Primeras marcas VS. segundas marcas
Focus Market destacó que la brecha entre primeras y segundas marcas se está estrechando e incluso invirtiendo en algunos casos. Por ejemplo, en el rubro de arroz y legumbres, las primeras marcas resultan hasta un 29% más económicas en días de descuento, desafiando la percepción tradicional de que optar por segundas marcas siempre resulta más barato.
Un consumo más informado
El fenómeno de la "Cheapflation" no solo plantea desafíos para los consumidores, sino también para las empresas y los organismos reguladores. Mientras las empresas buscan adaptarse a un contexto de alta presión inflacionaria, los consumidores necesitan estrategias de compra más informadas para sortear las dificultades que presenta este fenómeno.
La consultora de Di Pace remarcó la importancia de la transparencia en los precios y la implementación de políticas que equilibren el acceso a productos de calidad sin penalizar a los sectores más desfavorecidos.