Solo tres de cada diez personas con incontinencia urinaria buscan ayuda profesional en Argentina. Especialistas del Centro Argentino de Urología (CAU) advierten que la falta de información, la normalización del problema y la vergüenza impiden que muchas personas consulten a un especialista para recibir tratamiento.
En el marco del Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, que se conmemora cada 14 de marzo, la Dra. Paula Grinstein, médica uróloga del CAU, explicó que la incontinencia urinaria es un trastorno que afecta la capacidad de controlar la vejiga, provocando pérdidas involuntarias de orina. Estas pérdidas pueden ser ocasionales y leves, como al reír o estornudar, o lo suficientemente severas como para impedir llegar al baño a tiempo. Si bien su frecuencia aumenta después de la menopausia, puede presentarse a cualquier edad.
La especialista destacó que existen diversas estrategias médicas que pueden mejorar los síntomas y la calidad de vida de quienes la padecen.
La incontinencia urinaria se clasifica en distintos tipos: por un lado la incontinencia de esfuerzo ocurre al realizar actividades que aumentan la presión sobre la vejiga, como toser o levantar objetos pesados. La incontinencia de urgencia, la cual se caracteriza por una necesidad repentina de orinar que no se puede posponer -en muchos casos, ambos tipos pueden coexistir, denominándose incontinencia mixta-. Otras formas incluyen la incontinencia por rebosamiento, que impide el vaciado completo de la vejiga, y la incontinencia funcional, que afecta a personas con dificultades físicas o cognitivas para acceder al baño a tiempo.
Por su parte, la Dra. María Belén Maza, uróloga del mismo Centro señaló que entre los factores de riesgo más comunes en mujeres se encuentran los embarazos y los cambios hormonales de la menopausia. Explicó que “el debilitamiento del suelo pélvico y las fluctuaciones hormonales pueden predisponer a la incontinencia urinaria; en cambio los hombres suelen presentar incontinencia principalmente por la edad, por causa prostática o por cirugías previas”.
Especialistas advierten sobre crecimiento sostenido en enfermedades de transmisión sexual
Para Norberto Bernardo, director del Centro Argentino de Urología, el tratamiento depende de la gravedad del cuadro. En etapas iniciales "se recomienda fortalecer la musculatura del suelo pélvico mediante ejercicios específicos y terapias de rehabilitación con dispositivos de estimulación electromagnética", indicó. Estos tratamientos ayudan a recuperar el tono muscular y mejorar el control de la vejiga. En casos más avanzados, se pueden "emplear fármacos o procedimientos quirúrgicos, como la colocación de mallas de refuerzo para brindar soporte a la vejiga", explicó. También existen opciones como la reeducación vesical a través de horarios programados para orinar y la estimulación nerviosa para mejorar la respuesta del sistema urinario.
Los especialistas del CAU recalcan la importancia de que un diagnóstico temprano permite acceder a una variedad más amplia de opciones terapéuticas y mejora considerablemente los resultados.