La localidad cordobesa de Brinkmann sigue conmocionada por el crimen de Aralí Vivas, una niña de 8 años que fue encontrada muerta tras un incendio en su hogar. La investigación avanza, y las autoridades proporcionaron detalles impactantes que apuntan a un homicidio y sugieren que el incendio habría sido provocado para ocultar el crimen.
El fiscal de San Francisco, Oscar Gieco, a cargo del caso, brindó declaraciones esclarecedoras respecto a los primeros hallazgos de la autopsia. Según los médicos forenses, la tráquea de la pequeña no presentaba signos de inhalación de monóxido de carbono, lo que indica que Aralí ya estaba sin vida cuando se produjo el incendio. Esta información refuerza la hipótesis de que la niña fue asesinada antes de que se prendiera fuego a la vivienda.
El informe de los forenses también revela que no hubo señales de agresiones con elementos punzantes ni armas de fuego en el cuerpo de la menor, pero sí se detectaron indicios de un traumatismo de cráneo.
El traumatismo, que causó una hemorragia cerebral, habría provocado un paro respiratorio y, finalmente, un paro cardíaco que resultó en la muerte de Aralí. El informe establece que la muerte ocurrió entre las 11:30 y 12:30 horas del día del hecho.
Respecto a la posible existencia de abuso sexual, se encontraron signos de desgarro en algunos órganos de la niña que podrían ser compatibles con esta situación. Sin embargo, las muestras serán enviadas al Instituto de Medicina Forense para un análisis más detallado. Se investiga si se trata de un abuso reciente o de larga data.
Quiénes y dónde
La investigación también reveló detalles clave sobre las personas presentes en el lugar al momento del fallecimiento.
A través de cámaras de seguridad, se identificó que el padrastro de Aralí, Matías Ezequiel Simeone (33 años), y su amigo Cristian Hernán Varela (40 años) estuvieron en la casa en el horario en que se produjo la muerte de la niña.
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Ambos se encuentran detenidos, y el fiscal apunta a que son los principales sospechosos de haber cometido el homicidio.
La madre de la niña, Rocío Milagros Rauch (28), también está acusada de homicidio agravado por el vínculo, debido a su relación con la menor y su posible implicancia en los hechos.
Para agravar aún más la situación, la investigación sugiere que los hermanos de Aralí se encontraban en la casa en el momento del homicidio. Los menores, presentes durante el crimen, no eran conscientes de que Aralí había fallecido.
"Son niños muy chiquitos y no tenían conocimiento de la muerte de Aralí, pero sí una hermanita contó que fue a despertarla y no respondía, y que la dejó ahí porque pensaba que tenía sueño", explicó el fiscal.
También se descubrió que los hermanos de la menor permanecieron solos con su cuerpo durante casi tres horas. Las cámaras de seguridad captaron la presencia de los menores en la escena del crimen entre las 00:24 y las 03:27. “Quedaron a la buena de Dios, sin madre ni padre”, enfatizó Gieco.