Ante la muerte de dos presos durante el mes pasado, miembros de organizaciones de DD.HH. de Córdoba se manifestaron contra el Servicio Penitenciario de la Provincia por las supuestas prácticas de tortura. La muerte de Carla Gascón, de 38 años, el 17 de octubre en la cárcel de Bouwer, y de Kevin Nicolás Godoy, de 24 años, en la cárcel de Río Cuarto, provocó críticas y denuncias hacia la gestión de Martín Llaryora, que ya acumula 6 muertes intramuros.
Sobre el caso que se dio en el Establecimiento Penitenciario N°3 de Mujeres comentaron que las compañeras de Gascón "aseguran que murió por falta de atención médica, luego de solicitarla durante más de 10 días. Carla sólo recibió atención de la doctora Salas, que es ginecóloga y es la médica que está a cargo de la cárcel de mujeres y al parecer, le dieron medicación de forma errónea".
"Desde la Red de Derechos Humanos en contexto de encierro venimos planteando el preocupante contexto de violación de derechos en la cárcel de mujeres y consideramos que el hacinamiento es el problema central, que agudiza problemas preexistentes y constituye en sí mismo, una práctica de tortura por la imposibilidad fáctica de acceso a derechos, no sólo a la salud, sino también de educación, trabajo, recreación y visita; y que infringe los estándares internacionales en DD.HH. de cantidad de alojadas por celda", denuncian desde la red.
Un informe presentado en el Comité Nacional de Prevención de la Tortura ya denunciaba la "sobremedicación" de las internas con la administración no controlada de fármacos. En el comunicado responsabilizan al Poder Judicial, "que continúa ordenando detenciones en este centro sin considerar esta superpoblación que existe desde hace tiempo en el establecimiento Padre Luchesse-Bouwer".
La "falta de atención médica adecuada" y "violencia obstétrica" es lo que se viviría dentro de Bouwer, y señalan que "incluso algunas internas relatan que las hacen parir con medidas de sujeción. El área de salud de este complejo, es utilizado por motivos de resguardo ante amenazas entre internas, y se convierte en una especie de medida de sujeción, al estar aisladas, sin salida al patio y expuestas al contagio de enfermedades de quienes van al área por cuestiones de enfermedad".
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Sobre el caso de Kevin Nicolás Godoy, el interno murió el 23 de octubre por quemaduras que cubrían el 85% de su cuerpo. Según informan, días antes se habría comunicado con su mujer por una llamada en la que le rogó que lo saque de ese lugar, ya que habría sido torturado por penitenciarios que lo golpearon y amenazaron de muerte.
Desde la red comentan que "las versiones oficiales en este caso son contradictorias en cuanto a la fecha de ingreso, estado de conciencia, horario de fallecimiento, y varias otras cosas que señalan con mucho dolor sus familiares. Sabemos que estas muertes rara vez se investigan, sin embargo corresponde destacar que según el Protocolo de Minnesota, son considerados homicidios hasta que el Estado provincial demuestra lo contrario".
Godoy había sido trasladado desde Bouwer hacia Villa María, donde estuvo unas semanas y cuatro días antes de su muerte lo movieron a Río Cuarto. En el comunicado manifiesta que "desde hace tiempo, se utiliza el traslado a otras cárceles, lejos de sus familiares, como castigo y esta decisión los exponen a mayor vulnerabilidad frente a estas situaciones".